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Dice la canción de los Aslándticos que abre cada uno de los mítines de la confluencia de Adelante : «Que trata de Andalucía, primo, que no enteras de ná». Cantan sus simpatizantes a viva voz las estrofas de esta canción tan sentimental como 'garrapatera'; y sus líderes entran bajo una ola verdiblanca con la satisfacción de haber elegido el tema que va más acorde con su mensaje. Esa fue la puesta en escena de ayer por la tarde de los dos partidos de izquierda en un mitin tan multitudinario como coral que reunió a más de 2.500 personas y hasta ocho intervenciones. Andalucía, libertad, justicia social, lucha. Estas fueron las palabras más pronunciadas por un Antonio Maíllo y una Teresa Rodríguez que llegaron crecidos al final de la campaña. Dicen en 'petit comité' que son segundos, que el cambio está cerca y que la alternativa a lo que llaman 'susanismo' no pasa «como todo el mundo pensaba» por la derecha, sino por ellos.
En esta última jornada la presencia de Pablo Iglesias y Alberto Garzón en Málaga le dio un especial protagonismo a la provincia. Quizá fue una forma de compensar que apenas hayan pisado la segunda circunscripción que más parlamentarios aporta, pero sin duda el acto de ayer fue uno de los más importantes. Sellaron sus mensajes en un clima de triunfo. «Este camino empieza ahora a recorrerse ahora», decían por la mañana.
El primero en tomar la palabra fue el líder nacional de Podemos. Pablo Iglesias incidió en que el resto de partidos –y sus máximos representantes nacionales– han venido a Andalucía a hablar de Cataluña. «Es una falta de respeto con los andaluces», sostuvo Iglesias, que también aprovechó para criticar que a Susana Díaz le gustaría estar en la Moncloa. «Andalucía era para ella un trampolín, un segundo plato; y sospecho que cada vez más gente ve para quién es una prioridad y para quién no. ¿Hubiera sido posible la moción de censura o un acuerdo de presupuestos con ella?», se preguntó el líder de Podemos.
Tras acusar al resto de partidos de legitimar y dar espacio a la ultraderecha, dio las dos recetas para parar el fascismo: las mujeres y el Sur. «Andalucía tiene que empoderarse y mandar el mensaje de que se puede construir una Europa solidaria y diferente», argumentó. Precisamente, señaló que en su criterio el patriotismo no tiene que ver con la bandera más grande, sino con las políticas públicas. «Algunos se envuelven en banderas y hablan de Cataluña, pero cuando se hablan de bajar impuestos para los que menos tienen miran para otro lado, como bajar el IVA a los productos de higiene femenino o del pan», añadió.
«El mensaje del domingo puede ser claro –defendió en la última parte de su discurso– porque será un mensaje de justicia social, de decencia y de democracia. Le tienen que brillar los ojos a Andalucía, le tienen que brillar los ojos a los jóvenes, a los mayores y a la gente trabajadora. Dicen que vamos segundos, pero las urnas siguen abiertas y puede pasar cualquier cosa. Adelante que Podemos», sentenció.
Especialmente aplaudido en su tierra, el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, cogió el testigo de su «amigo y compañero», y como ya hicieran todos los intervinientes previos, nombró a varios de los colectivos presentes a los que apoyan en su lucha, como el de los taxistas o las 'kellys'. «Hace cuatro años competíamos y ahora estamos juntos, pero esa es buena noticia porque nos hemos dado cuenta de que así sumamos más», afirmó en sus primeras palabras en referencia a Podemos.
Así, citó los conceptos de futuro, esperanza, libertad y dignidad. «La derecha viene a Andalucía a intentar que nos peleemos los pobres con los más pobres», criticó, para argumentar que la culpa del empeoramiento de los servicios públicos es de los recortes, «pero también de la corrupción que ellos defienden a capa y espada», matizó. «Habrá gente dudando entre varias candidaturas. Socialismo es lo que hay en esta candidatura, porque votar a Díaz es abrir la puerta a la derecha de PP y Ciudadanos», afirmó el malagueño.
En un discurso plagado de retórica política y con la celebración de los 40 años de aprobación de la Constitución, Garzón sostuvo que la democracia no la trajo ni Suárez, ni Fraga, ni Carrillo, sino que la trajo «la clase trabajadora». «Sin los comunistas en este país no habría democracia», dijo ante el fervor del público y justo antes de definir lo que es la democracia. «Es tener trabajo, ir a la universidad si se quiere, es la sanidad pública y poder quedarte en tu tierra. La democracia es lo que defiende Adelante Andalucía».
Con el ambiente venido totalmente arriba salieron al escenario Maíllo y Rodríguez. El primero –al que se le nota a la legua que es profesor de instituto– convirtió su discurso en una conversación con el público, que le respondía como si fuera un concierto, demostrando que la cercanía del coordinador regional de IU con sus votantes es una de claves en las que basan las esperanzas de tener un buen resultado.
Eso sí, la anécdota del mitin fue, sin duda, la calificación –varias veces– que le 'regaló' Teresa Rodríguez al líder del PP, Pablo Casado, por sus declaraciones «irresponsables» sobre la inmigración:«Eres un mamarracho», afirmó. Aun así, ante de irse, dejó la frase que define su campaña y a la que apuestan todo para el domingo: «Ya no soy opositora a Susana. Soy su alternativa. Somos su alternativa porque ya les va tocando».
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