Teresa Rodríguez, flanqueada por Carmen Máximo y Álvaro Bazán, este sábado en El Perchel. Salvador Salas
Elecciones Andalucía 2022

Teresa Rodríguez se calienta en Málaga: «Somos el grano en el culo de la clase política»

A la solanera del Perchel, la matriarca de Adelante Andalucía critica la «turistificación» de las ciudades y carga contra el «suavón» de Moreno Bonilla

Sábado, 4 de junio 2022, 15:42

La pequeña Candela todavía no ha cumplidos dos años y lleva desde las cinco de la madrugada metida en la furgoneta que tira de la campaña de su madre en las elecciones de Andalucía, así que lo primero que hace la hija menor de Teresa Rodríguez cuando se baja del coche a las once y pico de la mañana es pedir tierra y libertad. La matriarca de Adelante Andalucía se disculpa por el retraso y apenas abre el carrito de Candela, una colaboradora de su equipo se la lleva para que desfogue un poco. «Es la primera vez que salimos con este chisme y se nos ha hecho un poco tarde. Perdonad, de verdad», insiste la candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía, en alusión al remolque que han convertido en escenario ambulante para sus mítines.

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Porque Adelante libra una campaña de guerrilla. Excluida de la herencia del grupo parlamentario que lleva su nombre, la formación se encomienda al tirón de su candidata y al poder de la distancia corta, donde Rodríguez se mueve como pescadilla en el agua. Porque la lideresa de Adelante es lo más parecido que tiene la izquierda andaluza a una estrella del rock y como tal actúa. Sonriente y cercana, no regatea una foto ni un corrillo nada más bajarse de la modesta furgoneta con la que llega desde su Cádiz natal.

Rodríguez hace el paseíllo junto a los miembros de la plataforma 'El Perchel no se vende', que luchan por salvar sus viviendas de la espiral del mercado inmobiliario. Las camisetas azules de los miembros de este colectivo llevan el patrocinio del Café Aguilar, templo laico en el barrio desde hace cuatro décadas y allí los parroquianos ven llegar a la candidata con la curiosidad mojada en el último café o la primera cerveza de la mañana.

Al fin y al cabo, Rodríguez ha venido a criticar -entre otros asuntos- la especulación inmobiliaria y la «turistificación» de las ciudades y eso rima con la lucha de 'El Perchel no se vende', cuyo portavoz, Enrique Gutiérrez, hace de guía por las callejas del barrio malagueño. Rodríguez hace el paseíllo perchelero y tras ella, Arquina y Almira sostienen con rigor y alegría un cartel que resume la lucha de esos vecinos por sus hogares. «Llevamos viviendo aquí 18 años. Somos gente trabajadora y seria, si nos tiran las casas, ¿dónde vamos a ir?», lamenta Arquina bajo su pañuelo celeste.

A pleno sol

Por lo pronto, van al llano situado a la espalda del Mercado de la Merced, bautizado en el callejero con cierto aire de grandeza como Plaza de la Libertad. Claro que ahora las plazas apenas tienen bancos ni sombra, así que igual sí que esto es una plaza. Aquí se torran sin remedio medio centenar de fieles y será por la solanera, por el madrugón o por todo junto, que Rodríguez se va calentando: «Esta es una candidatura que ha molestado mucho. Y ha molestado tanto que nos han sacado de todos los sitios donde han podido. Hasta de las farolas donde se ponen los carteles. ¿Por qué? Porque hemos sido un grano en el culo. Y un grano en el culo, en concreto, de algo que es muy molesto hablar de ello, que son los privilegios de la clase política».

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La candidata de Adelante protagoniza un acto modesto y combativo, con la audiencia sentada en sillas de plástico vestidas con fundas blancas como en las bodas, bautizos y comuniones propias de estos días de primavera vestida de verano. Camiseta de la recordada rapera Gata Cattana y falda floreada para una Rodríguez mitinera, quizá uno de los territorios donde más brilla. «El PP no son los amigos de los niños. Juanma Moreno, con esa cara de suavón que tiene, no es ni tu cuñado ni tu vecino de arriba, es tu casero, es tu jefe, es la oligarquía, los terratenientes, las grandes farmacéuticas, los fondos de inversión», grita Rodríguez ante la ovación del acalorado respetable.

Carmen Máximo, una «leona»

Antes que ella han tomado el micrófono los representantes de colectivos como el 'Bosque Urbano', 'No al Rascacielos' y los anfitriones de 'El Perchel no se vende'. Actúan como teloneros de Rodríguez los cabezas de cartel de Adelante en Málaga. El número 2 de la lista, Álvaro Bazán, viene del sector agrario y con ese conocimiento de causa, sostiene casi tímido: «Somos los eslabones más débiles de la cadena alimentaria, el principio y el final». Y con esa metáfora denuncia el estrangulamiento del campo, por un lado, y de la economía de miles de familias, por otro, a cuenta de las leyes del mercado.

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Bazán le da el relevo a la «leona» de Adelante en Málaga, Carmen Máximo, número uno en la formación en la provincia. «Tenemos que tener un pie en las instituciones y mil pies en la calle», reivindica Máximo en una intervención que, a imagen y semejanza de la mañana, va subiendo de temperatura.

Cierra Rodríguez con el público bajo un sol de injusticia. De nuevo la «turistificación» de las ciudades y la falta de industria; guiños al campo, el sector del taxi y los pequeños comerciantes; críticas feroces a los fondos de inversión y «la dictadura del oligopolio eléctrico» y dos horas después del inicio de la visita, Mireia sigue preocupada: «Abuelo, vente para acá, que te va a dar algo malo». Y Paco, su abuelo, le hace caso y le pide que pida «una cerveza fresquita». Los dos llevan camisetas de 'El Perchel no se vende' y por fin se sientan bajo el toldo de la terraza de la cafetería del mercado, que sirve de tribuna a la sombra en el primer mitin de Rodríguez en Málaga.

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El bar, por cierto, se llama El Cocedero.

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