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Pedro Sánchez celebró ayer en Chiclana el que probablemente sea su único acto en la campaña de las elecciones andaluzas, dado que su agenda internacional, en concreto la ratificación del acuerdo europeo sobre el 'Brexit', le impedirá estar en Marbella el próximo día 25 ... en el que iba a ser su segundo mitin para arropar a Susana Díaz. En un marco amigo, ya que el alcalde de Chiclana, José María Román, es de los pocos ediles andaluces que le respaldaron en las primarias, lanzó claros mensajes de apoyo a Susana Díaz. Incluso en el mismo sentido que la candidata a la Junta ha venido marcando en los primeros días de la campaña, Sánchez reclamó una victoria «rotunda» del PSOE para evitar «bloqueos parlamentarios» de PP y Ciudadanos, dado los vetos que ambos partidos han advertido contra la investidura de Susana Díaz si esta gana sin mayoría absoluta. «¿Por qué pierde la derecha en Andalucía? Porque no se puede despreciarla y luego aspirar a gobernarla», afirmó.
Las encuestas pronostican la victoria de los socialistas, pero a gran distancia de la mayoría absoluta de 55 escaños, lo que le haría depender de pactos con otros partidos, posiblemente Adelante Andalucía, para poder formar gobierno. Sánchez también insinuó el temor de los socialistas a que las líneas rojas que marque la confluencia Podemos-IU para la investidura incluyan la renuncia de Susana Díaz, algo que descartan los socialistas y que podría desembocar en unas nuevas elecciones. «El PSOE ganará en Andalucía, pero no sabemos quién quedará segundo, lo más importante es que nadie se quede en casa para que haya una mayoría rotunda», afirmó Sánchez para añadir: «Saben que van a ser derrotados y calculan y suman para paralizar y recortar».
Susana Díaz, por su parte, pidió el voto del centro además del de la izquierda «útil» de toda la vida, lanzando lo que se ha convertido en una coletilla cada mitin, la de situarse al frente de un PSOE «de banda ancha», que ella aclara que es el partido que representa los intereses de arquitectos y camareros, de jóvenes en busca de empleo y de mayores. En este contexto advirtió de que Cs, su antiguo aliado, se «ha quitado la careta» al confirmar Albert Rivera que el objetivo es desbancarla de la Presidencia si suma con el PP. «Votar a Ciudadanos es votar al PP», dijo.
José Luis Ruiz Espejo, cabeza de lista del PSOE por Málaga, sigue recorriendo la provincia explicando las propuestas de su partido y reuniéndose con colectivos. Este domingo, la parada fue en Villanueva del Trabuco, donde mantuvo un encuentro con regantes, y allí destacó la apuesta de los gobiernos socialistas por los pueblos «garantizando su desarrollo».
«Mientras que la derecha ha maltratado, atacado y discriminado a nuestros pueblos, los socialistas garantizamos que todos los andaluces tengan los mismos servicios públicos y las mismas oportunidades independientemente de su renta y de donde vivan», destacó.
Ruiz Espejo enumeró iniciativas impulsadas por la Junta como las inversiones para la dinamización socioeconómica de los municipios a través de las Estrategias de Desarrollo Local; el incremento en las aportaciones regionales al antiguo PER; las ayudas a las explotaciones agrarias y los incentivos a las comunidades de regantes y a jóvenes agricultores. Además, anunció nuevos compromisos como una PAC para Andalucía «con un presupuesto fuerte, justo y suficiente», un nuevo programa para la incorporación de jóvenes emprendedores en el sector agroalimentario, mediante el apoyo financiero, el asesoramiento y el acompañamiento en la implantación y consolidación de los proyectos y el apoyo a las inversiones, la innovación y la diferenciación por la calidad del producto.
«Votar al PSOE y a Susana Díaz el próximo 2 de diciembre es sinónimo de que nuestros pueblos sigan teniendo garantizada una educación y una sanidad pública de calidad y garantiza el desarrollo de nuestros pequeños y medianos municipios y la igualdad de oportunidades», dijo.
Díaz señaló que los líderes nacionales de PP y Cs tapan a sus candidatos e ironizó con el lema de la campaña de los populares, 'Garantía de cambio', para describir a Juanma Moreno, sin mencionarlo, como «un candidato con derecho a devolución».
Pero Sánchez, como Casado, también admitió en cierto modo lo de la primera vuelta de las andaluzas: «El tren de las victorias socialistas tiene su primera parada en Andalucía, para después ganar las elecciones municipales y autonómicas», subrayó el jefe del Ejecutivo, quien, sin embargo, descartó unas elecciones generales pronto como exigen los conservadores. Aseveró que su gobierno «no es de meses, sino de años».
El presidente, que cerró el mitin en una bodega de la localidad gaditana, al que asistieron casi dos mil personas, cumplió su cometido y lanzó continuos mensajes de apoyo a la candidata andaluza, con quien hace año y medio compitió por liderar el PSOE. Reiteró que propondrá la reforma de la Constitución para suprimir los aforamientos de los diputados. Cs rompió su alianza con Díaz el pasado septiembre por no haber cumplido esta medida en el Parlamento andaluz, argumentando la presidenta que primero debía hacerse a nivel nacional.
Sánchez también destacó el plan transversal de casi mil millones de euros para el Campo de Gibraltar aprobado en el último Consejo de Ministros, por lo que recibió numerosos aplausos. El presidente lamentó que la derecha le acuse de «electoralismo» por ello. «Han estado siete años y no lo han hecho», dijo del PP. También destacó su compromiso de destinar en los Presupuestos Generales el 17% de las inversiones estatales a Andalucía en cumplimiento del Estatuto y censuró que el PP hubiera dejado de invertir 1.700 millones de euros en esta comunidad.
El presidente quiso también celebrar en Chiclana, uno de los pocos enclaves sanchistas en Andalucía, los cuatro meses del triunfo de la moción de censura que presentó a Mariano Rajoy .«Antes del 2 de junio, de la toma de posesión de mi Gobierno, mucha gente decía que el futuro ya no pertenecía al PSOE y que nunca más un Gobierno socialista estaría al frente del país. Os quiero dar las gracias a los militantes y compañeros de Andalucía, porque nunca perdisteis la esperanza», dijo.
Quizás sea la única vez que el presidente del Gobierno y Susana Díaz coincidan juntos en la campaña de las andaluzas, dada la intensa agenda internacional del presidente. Hoy viajará a Marruecos, país en el que tratará de negociar con el Mohamed VI una salida a la crisis migratoria, un asunto del que ninguno habló pese a que a escasos kilómetros el mar ha devuelto los cadáveres de 20 jóvenes marroquíes ahogados al naufragar una patera. Luego irá a Cuba, a la cumbre del G20 y a la reunión europea del Brexit. El PSOE cree difícil cuadrar una nueva fecha.
Casi dos mil personas acudieron al acto de campaña, embargado de cierto olor a vino por el lugar elegido, una bodega del municipio. Estuvo lleno de incidentes durante la intervención de Díaz. Una mujer interrumpió su discurso con gritos y una pancarta con la leyenda 'Susana corrupta, voto nulo por mis hijos y mis nietos'. Díaz instó a no caer en la crispación mientras la mujer era desalojada por la fuerza: «No vayáis a un acto de otro partido salvo para escucharlo». También un asistente sufrió una lipotimia, ante lo que Díaz paró su discurso para interesarse por su estado. Díaz continuó un tanto desconcertada, no sin reñir al secretario de Organización, Juan Cornejo: «¡Juan, esto pasa por buscar un sitio chico para un partido grande!». Y es que a la candidata le sentó fatal que decenas de militantes se quedaran fuera en un patio bajo la lluvia por falta de espacio.
La de Chiclana (Cádiz), tercera jornada de la campaña socialista, ha resultado muy accidentada. La intervención de Susana Díaz, antes de la de Pedro Sánchez, ha sido interrumpida en dos ocasiones, por la protesta de una mujer contra Díaz y por el desmayo de un hombre. Una mujer de mediana edad ha irrumpido al comienzo de la intervención de Susana Díaz. La mujer se ha levantado de las primeras sillas del salón de una bodega, donde se celebra el mitin, ha exhibido una pancarta con la leyenda: «Susana, corrupta, voto nulo por mis hijos y nietos».
Mientras la mujer era desalojada por los servicios de seguridad, Díaz ha seguido hablando, aunque se le ha visto un tanto desconcertada. Ha hecho un llamamiento a una campaña limpia, a la no crispación y a no insultar: «No vayáis a un acto de otro partido salvo para escucharlo», ha dicho la presidenta. Luego fuera del recinto la mujer ha seguido protestando porque se los servicios de seguridad le han quitado la pancarta. Ha denunciado que le han agredido. Ha habido un momento de tensión y nervios cuando las cámaras de prensa grababan el forcejeo entre la mujer y miembros de seguridad del PSOE. Estos les han instado a los cámaras a dejar de grabar bajo amenaza de retirarles las acreditaciones, según han contado presentes en el acto.
Pocos minutos después, Díaz sí dejó de hablar cuando uno de los presentes en el acto sufrió un desmayo y hubo de ser atendido. Los dos incidentes ha hecho que los responsables de seguridad del presidente se hicieran más visibles en el salón bodega donde se ha celebrado el mitin.
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