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Juan Marín posa frente a la entrada de la estación María Zambrano. Salvador Salas
«No jugaré a más de lo mismo. Si entramos en el gobierno será para liderarlo»

«No jugaré a más de lo mismo. Si entramos en el gobierno será para liderarlo»

Juan Marín, candidato de Ciudadanos

Sábado, 17 de noviembre 2018, 00:31

La campaña arranca en plena resaca por el aluvión de actos previos. El candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Marín, confiesa que no siempre sabe en qué ciudad se despierta. Niega cualquier posibilidad de pacto con el PSOE y arremete contra Adelante Andalucía («Me da pánico que gobiernen los populistas») y el PP («Nunca ha salido a ganar, sino a no perder mucho») para postularse como «el partido más útil para los andaluces tras el monopolio socialista».

–¿Cómo de necesario considera un cambio político en Andalucía?

–No es que lo considere yo. Hay encuestas que dicen que siete de cada diez andaluces creen necesario un relevo en las instituciones, y más después de 40 años de gobierno, porque la transparencia se pierde. Cuando alguien comete alguna irregularidad y no pasa nada, luego la hace un poco más grande. La corrupción del PSOE parece que no tiene punto final.

–¿El cambio no resultaba ya así de urgente en 2015?

–En 2015 éramos nuevos y el gran reto era entrar en el Parlamento. Algunos decían que no lo íbamos a conseguir. Con nueve diputados hemos llevado al PSOE a hacer cambios, pero no es suficiente. Somos el partido más útil para los andaluces después de cuatro décadas de monopolio socialista. Ciudadanos es el motor del cambio. Hace falta abrir ventanas para que entre aire y oxigene las instituciones.

–¿Qué papel juega el PP en el escenario político andaluz?

–El PP se ha dedicado a mantener su estructura, a su gente. Nunca ha salido a ganar, sino a no perder mucho. Nunca le ha importado el sur.

–¿A qué partido le gustaría tener como socio de gobierno?

–Al que esté dispuesto a cumplir los acuerdos a los que se compromete y sea capaz de llevar a cabo una regeneración democrática. Si eso se consigue, al final habrá cambio. Pero no voy a jugar a más de lo mismo.

–¿Qué puesto ocupa el PSOE en esa lista de posibles socios?

–El PSOE ha perdido nuestra confianza. La señora Díaz me dijo el 4 de septiembre que no hablaría de regeneración. No estaba dispuesta a eliminar los privilegios de los políticos ni a que el voto de los andaluces valga lo mismo. Ni siquiera ha querido poner en marcha una oficina contra la corrupción, algo tan necesario en este momento. A partir de ahí perdió la credibilidad y, lógicamente, no es un buen compañero de viaje.

–¿Es consciente de que aquella ruptura de pacto pareció más un teatrillo que una decisión tomada desde el convencimiento?

–Lo he escuchado, sí. ¿Usted cree que yo iba a tener a todo mi equipo trabajando el mes de agosto, sin vacaciones, elaborando una auditoría del acuerdo de más de 80 páginas para entregársela al PSOE el 4 de septiembre si todo hubiera sido un teatro?

–¿En agosto confiaba en que la legislatura se agotaría?

–Confiaba en que en septiembre se pondrían en marcha las medidas acordadas y, a partir de ahí, empezaríamos a negociar unos presupuestos para dar estabilidad a Andalucía en 2019. Estampar una firma en una proposición de ley para eliminar los aforamientos, ¿qué trabajo cuesta? No le encuentro explicación.

–¿Se ha producido algún caso de corrupción esta legislatura?

–Creo que no. Hemos fiscalizado la administración para procurar que no sucediera, pero Díaz no puede decir que no es del PSOE de Chaves y Griñán. Era consejera de Presidencia en los gobiernos de Chaves. ¿No se enteraba de nada o miraba para otro lado?

–¿Cuántas veces ha sentido que pagaba la novatada esta legislatura?

–Quizá podríamos haber mejorado algunas cuestiones a la hora de ser más exigentes con el calendario de ejecución de los compromisos. Mi sensación es que hemos sido muy útiles, forzando reformas mientras el PP asistía de espectador desde el banquillo. Nunca ha salido al terreno de juego, ni siquiera para apoyar las iniciativas que hemos presentado para bajar impuestos. Moreno Bonilla ha perdido el norte, quizá porque solamente le preocupa su sillón. El PP y el PSOE han sido cómplices de la situación en que está Andalucía.

Es probable que necesiten al PP. No sé si esta confrontación puede lastrar futuros acuerdos.

–El PP nunca ha sido mi enemigo. Ningún partido lo es. Mis enemigos son la precariedad, el paro y el conformismo. Se habla de que Adelante Andalucía y el PSOE ya han llegado a un acuerdo para gobernar, pero yo he escuchado a Maíllo hace nada decirle a Díaz: «Quien no te conozca, que te compre». Y Teresa Rodríguez le dijo: «Con usted, ni muerta». Hay una gran diferencia de ideas y posicionamientos, pero deben primar los debates y no las descalificaciones personales.

«Hace falta abrir ventanas y oxigenar la institución. La corrupción del PSOE parece no tener punto final»

cambio político

«Moreno Bonilla ha perdido el norte, quizá porque solamente le preocupa su sillón»

el papel del pp

–¿Cree posible que haya acuerdos puntuales entre todos los partidos?

–El 80 por ciento de las iniciativas presentadas en el Parlamento andaluz se han aprobado por unanimidad.

–¿Los enfrentamientos políticos son atrezzo, entonces?

–Hay fuerzas más radicales y otras más centradas, como la nuestra, que trata de buscar soluciones y puntos de encuentro. Pero algunos solo luchan por su sillón, y los sillones no nos importan en Ciudadanos.

Pero han reformado sus estatutos para poder entrar a gobernar.

–Fue una medida tomada a nivel nacional, pero que la aritmética sea posible no significa que vayamos a hacerlo. Si entramos en un gobierno en Andalucía será para liderarlo, no para acompañar a nadie. Ahora es el momento de que el PSOE y el PP se planteen si, dentro de sus planes, se encuentra la posibilidad de hacer presidente al candidato de Ciudadanos.

–¿Sólo entrará a gobernar si es presidente de la Junta?

–Esa decisión se tomará en función de los resultados electorales. Ahora toca llegar al 2 de diciembre y ganar las elecciones. Lo demás lo decidirán los andaluces, no Juan Marín.

«Hay 2.300 cargos públicos en Andalucía nombrados a dedo. ¿Cómo van a ser capaces de ser críticos?»

gestión socialista

«Málaga da un valor añadido a Andalucía que tiene que recompensarse con inversiones»

propuestas para la provincia

Pero ya han cerrado la puerta a la posibilidad de pactar con el PSOE.

–Porque hay una razón evidente: Susana Díaz ha dicho que no está dispuesta a regenerar las instituciones. Queremos que se acaben los dedazos y que haya auditorías, y al PSOE no le interesa nada de eso. ¿Cómo vamos a llegar a un acuerdo? No existe posibilidad de que nos sentemos a negociar un gobierno con el PSOE.

–¿Qué propuestas tiene Ciudadanos para la sanidad andaluza?

–La sanidad andaluza tiene un presupuesto de 9.800 millones y más de 100.000 profesionales, pero al Gobierno le falta confiar en la capacidad de nuestros profesionales, poner en sus manos la posibilidad de que, por méritos, opten a dirigir áreas para, por ejemplo, acabar con las listas de espera o mejorar la atención primaria.

–¿Es sólo cuestión de confianza?

–Es cuestión de acabar con el sistema de dedazos. Hay 2.300 cargos públicos en Andalucía nombrados a dedo en nuestra sanidad, nuestra educación y nuestras consejerías: 2.300 personas que llevan el carné del PSOE. ¿Cómo van a ser capaces de ser críticos y plantear otras fórmulas de gestión? Ese clientelismo debe acabar.

–¿Y en materia de empleo?

–Apostamos por dignificar los planes de empleo y extenderlos a la colaboración público-privada. ¿Por qué sólo sirven para entrar en ayuntamientos o mancomunidades? Vamos a dar a los desempleados de larga duración la oportunidad de estar en una empresa en la que puedan quedarse.

–¿Cuáles son los ejes del programa de Ciudadanos para Málaga?

–Málaga es una punta de lanza en el desarrollo y la prosperidad no sólo de Andalucía, sino de España y Europa. Da un valor añadido a nuestra comunidad autónoma que tiene que ser recompensada con inversiones. Hay que garantizar el agua a los ciudadanos y el riego a los agricultores. Tenemos un PTA que necesita nuevo suelo y quiere desarrollarse, pero no se soluciona una conexión ferroviaria con la ciudad para aliviar esas colas interminables. Hay que construir un puente para los problemas de inundabilidad del polígono del Guadalhorce. También hay un problema con el metro. Que el alcalde de Málaga sea de un partido y la presidenta de la Junta de otro no debe ser un obstáculo para que las obras terminen.

Habla de recompensar ingresos. ¿Por qué se resisten a provincializar los presupuestos?

–Sólo serviría para confrontaciones políticas, como quieren otros partidos, no para solucionar problemas.

–¿En qué punto se encuentra su relación personal con Susana Díaz?

–No hay relación. Como si no hubiera existido. Me sorprende. Lo normal sería que me hubiera dicho: «Hasta aquí hemos podido caminar juntos, Juan». Y desearse suerte, o no sé. Algo.

Cerrando la puerta al PSOE, ¿no le preocupa que Susana Díaz y Teresa Rodríguez lleguen a un acuerdo y Ciudadanos pierda campo de acción?

–Me da pánico que entren los populistas en el gobierno, porque eso significa que los impuestos van a subir. Nos van a meter la mano en la cartera. ¿Alguien piensa que van a crear un solo puesto de trabajo?

«No le encuentro ningún fallo a Albert Rivera»

–¿En algún momento le ha inquietado la irrupción y el ascenso de Javier Imbroda?

–Todo lo contrario. Javier es un tesoro. Nos hace una ilusión enorme trabajar de la mano. Para mí ha sido un regalo, de verdad.

–Como amante del Carnaval, ¿qué chirigota le dedicaría a Díaz?

–'Los enteraos', de El Selu.

–¿Ha enseñado Ciudadanos a pescar a los andaluces, como anunció Rivera en 2015?

–Ciudadanos ha hecho un trabajo apasionante. Hemos procurado que los andaluces se sintieran cercanos a un proyecto político por primera vez. Si eso nos hace pescar votos, bienvenido sea. Pero lo más importante es que tengan la sensación de que esto que hemos hecho ha servido para algo.

–Usted que tiene fama de conciliador, dígame alguna virtud de cada uno de sus contrincantes.

–Juanma es un hombre afable, cercano. Me quedo con el amigo. De Susana Díaz me cuesta un poco encontrar algo positivo ahora, pero creo que es una mujer luchadora que cree en sus ideas, aunque le falta humildad. A Teresa Rodríguez la conozco menos. Quizá sea excesivamente apasionada y poco conciliadora. No es capaz de escuchar a nadie si se le mete algo en la cabeza, aunque tengo una relación muy correcta con ella.

–Al único a quien no ha puesto pegas es a Juanma Moreno.

–Es que Juanma pasaba por el Parlamento de vez en cuando, casi de puntillas. Cuando he querido hablar con él de cosas serias, como bajar los impuestos, me ha preguntado cómo están los niños. ¿Cómo puedes pensar mal de alguien que ni siquiera te ha dado la oportunidad de debatir?

–Albert Rivera parece un líder incontestable en su partido. ¿Se atreve a hacerle alguna crítica?

–A Albert Rivera no le encuentro fallos. Es un hombre al que admiro: inteligente, valiente y capaz de defender valores y principios incuestionables para los demócratas. Una vez, hace mucho tiempo, le dije: «Pongo en ti el futuro de mis hijos. Si no creyera en ti, no pondría en tus manos el tesoro más grande que tengo».

–¿Sigue intacta esa fe?

–Sí, y eso dice mucho de un político que lleva tanto tiempo en primera línea de batalla.

–¿Ha salido rana Vargas Llosa?

–Admiro al escritor, pero no me meto en el ámbito personal.

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