Juan Espadas, en el plató de Diario SUR. Salvador Salas
Entrevista | Elecciones Andalucía 2022

Juan Espadas: «No me he emborrachado en mi vida»

«Me quedaba embobado escuchando a Felipe González», afirma el candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta

Javier Recio

Málaga

Sábado, 11 de junio 2022, 01:00

Bienvenido a SUR para esta entrevista que pretende conocer su lado más personal. ¿Dónde nace Juan Espadas?

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–En Sevilla, cerca de la Macarena, ... justo donde allí llamamos extramuros, junto a la muralla que divide la ciudad histórica. Es un barrio llamado el Retiro Obrero.

Su infancia entonces son recuerdos de un patio de Sevilla, como decía Machado…

–Sí. Nací en el hospital de las Cinco Llagas, como la gente de mi generación, hoy sede del Parlamento de Andalucía. En ese barrio vivían mis abuelos. Mi abuelo era funcionario del Ayuntamiento de Sevilla, en el departamento de Hacienda, y fue represaliado cuando la Guerra Civil, con Queipo de Llano, por lo que perdió su condición de funcionario. Fue entonces cuando se fue a vivir a ese barrio.

–¿Tenía adscripción política su abuelo?

–Qué va, era un funcionario público, lo que pasa es que en el Ayuntamiento de Sevilla se represaliaron a unos 500 empleados públicos. No había señal política, sino que simplemente aquellas personas que no se presentaron al 'día siguiente' porque tenían miedo o no sabían lo que iba a pasar, porque ese 18 de julio debió de ser terrible en Sevilla, pues perdieron su puesto. En ese barrio tuvo que buscarse la vida enseñando a leer y a escribir a sus vecinos.

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–¿Tuvo que buscarse la vida al dejar de ser funcionario?

–Efectivamente. Era una persona que debía ser culta. Luego se hizo profesor de Dibujo y de Matemáticas en la Escuela de Artes y Oficios y acabó siendo empleado de Sevillana, lo que hoy es Endesa.

–¿Y a qué se dedicaban sus padres?

–Mi padre era de La Carolina, de Jaén, y se fue muy joven a ganarse la vida como comercial, puso una tienda de telas con un hermano suyo. Primero se fue a Peñarroya, en Córdoba, y allí conoció a mi madre, que era sevillana y se fueron a vivir a Sevilla.

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La mujer tiró para su tierra…

–Sí, sí.

Usted tiene acentillo jiennense.

–Tengo ese acento que me hace que en Sevilla no parezca tan de Sevilla y en Jaén me dicen el sevillano. Estoy orgulloso, porque soy un híbrido entre Sevilla y Jaén. Mi padre trabajó en una empresa de muebles que era muy conocida en Sevilla, Muebles Rodri. Estuvo 35 años allí y siempre decía que fue el que le vendió el dormitorio a la Pantoja.

–¿Y es verdad que lo hizo?

–Sí, sí. En los años setenta en Sevilla había dos o tres tiendas de este tipo que eran donde iban las parejas que se casaban. La tienda estaba en Triana y lo recuerdan. Debíó de ser un buen vendedor. Algo he debido de heredar de eso…

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–¿Cuál es su edad?

–Tengo 55 años, en septiembre cumplo 56 si Dios quiere.

–¿Tiene usted hermanos?

–Tengo una hermana.

–¿Y a qué se dedica?

–Ella es docente, profesora de enseñanza secundaria. Trabaja en un instituto público en el Aljarafe.

–¿Dónde hizo usted su formación escolar?

–Soy antiguo alumno salesiano. Estudié en los Salesianos de mi barrio.

–¿Era privado?

–No, siempre ha sido concertado. Era el colegio de referencia del barrio del Retiro Obrero y la barriada de Santa María de Orlac, que fue donde salimos de la casa de mi abuelo, porque mi padre se compró un piso allí cuando yo tenía siete años. Es un barrio con las típicas torres altas, como por ejemplo hay en Huelin. Allí me crié hasta que me casé. El colegio de referencia era ese y ahí fue donde me llevaron mis padres. Entonces no había muchos colegios públicos de referencia. Tengo mucho orgullo de haber estudiado allí tanto la básica como el BUP.

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–¿A qué universidad fue?

–Estudié Derecho en la Universidad de Sevilla y estuve a punto de estudiar Derecho en Málaga, porque mi padre en la crisis de los ochenta llegó a un acuerdo con la empresa de muebles y se marchó, porque era el segundo trabajador más antiguo. Estuvo a punto de intentar hacer carrera en Málaga, porque tengo a mis tíos aquí, pero aquello no salió bien, pero estuve a punto. Quizá la historia hubiera sido diferente, me hubiera llevado por otro lado. Soy un enamorado de mi carrera, a los tres o cuatro meses de terminarla me estaba preparando para colegiarme para ejercer. En marzo del 90 me colegié.

–¿Fue a un despacho con su padrino de jura, solo..?

–No, no. Acabé en junio y tenía un buen expediente porque era un buen estudiante.

–¿Era de notable y sobresaliente, un empollón?

–Sí, bueno, tengo que reconocer que cuarto y quinto de carrera se me dieron muy bien. Saqué muy buenas notas. A mí me apetecía ejercer o bien plantearme hacer unas oposiciones de fiscal, porque tuve unas prácticas con un fiscal en la universidad y aquello me apasionó. Me apunté con un preparador para Fiscalía, empecé a juntar algo de dinero, porque mi padre el pobre tenía pocos recursos. Daba clases particulares y también empecé a ejercer y me salió una oportunidad. Firmé un contrato mercantil para hacer una asesoría jurídica de temas medioambientales, cuando era una disciplina muy poco conocida y fíjese después la de años que estuve relacionado con ello.

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«Tengo orgullo salesiano. Soy católico de ir a misa los domingos»

«Sólo he tenido una novia en mi vida, mi mujer. Soy un hombre fiel en el amor»

–¿Tenía una iguala?

–Me saqué mi licencia fiscal y lo normal era empezar de pasante, sin cobrar, que era lo habitual, de hecho estuve a punto de trabajar con un penalista. Fue entonces cuando me ofrecieron el contrato mercantil con la que entonces era la Agencia de Medio Ambiente, que era un organismo técnico. Buscaban un abogado junior especializado en Derecho Comunitario europeo, y yo me había especializado en eso, para los temas medioambientales.

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–¿Cuánto tiempo estuvo ejerciendo?

–He ejercido muy poco, porque no podía compatibilizarlo con este trabajo. Entre el 93 y el 94 me especialicé en temas medioambientales en la Universidad Carlos III de Madrid.

–¿Entonces nunca se ha puesto la toga?

–Me la puse en la toma de posesión, pero no he defendido en juicio a ningún cliente.

–¿Cuándo entra en política?

-Mi primer puesto fue la Dirección General de Calidad Ambiental, en el 2000. Me nombró la consejera Fuensanta Coves.

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–¿Era ya militante del PSOE?

-No, yo trabajaba en la empresa pública de gestión ambiental, lo que se conocía como SMASA, desde el año 97. Empecé a colaborar con el PSOE en las elecciones municipales del año 91 sin ser militante a través de lo que se llamaban las organizaciones sectoriales enfocadas a los simpatizantes. Yo hacía dictámenes, papeles, como suele decirse. Me afilié en el año 97, creo que trabajaba como jefe de gabinete del entonces consejero de Educación, Manolo Pezzi. No tenía ninguna responsabilidad orgánica, era militante de base de la Agrupación de Dos Hermanas, que era donde vivía tras casarme.

–¿Cuándo conoció a su mujer?

–Conocí a mi mujer en el verano del 84, la conocí en Linares, de donde es ella. Yo iba allí a pasar un par de semanas con mis primos y ella era amiga de una de mis primas y empezamos a vivir juntos.

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Se repite la historia entre un sevillano y una jiennense...

–Correcto, aunque en este caso al revés, porque mi padre era de Jaén y mi madre era la sevillana. Sólo he tenido una novia, soy fiel.

–¿No ha sido usted un ligón?

–No, no, al contrario. Estuve toda la carrera con novia en Linares y teniendo que ir cada dos o tres fines de semana en autobús con el dinerillo que sacaba con mis clases particulares. Recuerdo los domingos por la tarde que volvía con todos los soldados. El autobús iba lleno de militares escuchando por la radio el fútbol. Era cuando se tardaba en ir de Sevilla a Linares cuatro horas y media.

Ya quería usted a su mujer...

–Pues sí, la quería y la quiero. Siempre he sido una persona muy fiel en los amores.

–¿Tiene usted hijos?

–Sí, tengo dos hijos. Tengo una familia bien avenida con la que desafortunadamente no paso todo el tiempo que quisiera.

–¿A qué se dedican sus hijos, en qué colegios estudiaron?

–Los dos han decidido estudiar Derecho. Ellos estuvieron en la guardería precisamente donde yo había empezado, hasta mi madre fue allí, en el Retiro Obrero, porque viví dos o tres años en Dos Hermanas y luego me volví a Sevilla, porque a mi mujer no le gustaba coger el coche todos los días para ir y volver al trabajo. Finalmente me compré una casa cerca de donde viví con mis padres. Ellos decidieron estudiar en el mismo colegio que yo, en los Salesianos. Les hacía ilusión además porque sus amigos del barrio también estaban allí y los niños al final acaban donde están sus amigos del bloque o de su entorno. Y lo cierto es que había un buen instituto público junto a mi bloque, pero ellos optaron por los Salesianos.

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–¿Es usted católico?

–Sí soy creyente.

–¿Es usted de ir a misa los domingos?

–Sí, sí. Soy un tipo formal que suele cumplir con lo que creo, ya se lo dije con mi mujer y también con el credo que tengo. Por eso en política no me ha ido mal porque intento ser sincero e ir por derecho. Eso es lo que me enseñaron en mi casa y en los salesianos. Decía Don Bosco que para ser buen salesiano había que ser buen ciudadano, y buen cristiano en este caso. Yo respeto la religiosidad de todo el mundo, pero yo formo parte del movimiento cristianos de base, de socialistas cristianos.

El candidato socialista, en un momento de la entrevista. Salvador Salas

–¿Siempre ha votado al PSOE?

–Siempre, porque en mi casa, aparte de la ascendencia de mi abuelo, que era republicano, aunque no tenía ascendencia política ni sindical, me marcó. En la familia no se hablaba nunca de política.

–¿Nada?

–No se hablaba de política porque de la casa de mi abuelo se llevaron a un familiar que no volvió nunca más, que murió fusilado y estará seguramente en una de las fosas comunes que hay en el cementerio. Era un primo de mi madre. Lo sacaron por la mañana unos señores, como decía mi madre, con las camisas azules, el pecho descubierto y una gran cruz colgando para vergüenza de lo que eso representa. Ese recuerdo impregnó permanentemente la casa de mis abuelos, había ese miedo al franquismo, a la Dictadura y por eso no se hablaba de política. Mi padre, ya en democracia, escuchaba a Felipe González y a Alfonso Guerra en Sevilla.

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–¿Era usted más de González o de Guerra?

–Ahí fue cuando empecé yo a interesarme por la política. Siendo un chaval me quedaba embobado escuchando a esos señores que hablaban tan bien y con tanto coraje. Siempre me gustó mucho Felipe González porque tenía magnetismo. Recuerdo que mi padre decía que ese hombre le convencía cuando lo veía por televisión. A mí ese Alfonso Guerra tan guerrillero me atraía menos, lo veía muy agresivo. Me acercaba más a la visión de Felipe como hombre de Estado, que iba a Europa o Latinoamérica como un líder político. El mejor político que ha tenido la democracia en España ha sido Felipe González.

–¿Los políticos de ahora no son como los de antes?

–Recuerdo que estaba en el comité federal en el año 97, con voz pero sin voto, y había allí unos políticos con una altura impensable ahora. Un diputado era un personaje, había un gran respeto por las instituciones y eso hay que recuperarlo para fortalecer la democracia.

–¿Su primer puesto importante fue el de consejero?

–Soy un poco rara avis, porque a mí nunca me han elegido por tener un puesto orgánico en el partido. En 2008 el presidente Chaves me llamó para ofrecerme una consejería alrededor del urbanismo, la ordenación del territorio, la vivienda, porque se vislumbraba que había un problema grave. Recuerde el PGOU de Marbella, los planes metropolitanos, había un lío tremendo…Estuve dos años, porque Pepe Griñán me planteó ir a la Alcaldía de Sevilla y sólo pude estar media legislatura.

–¿Tienen medio escondida a Susana Díaz?

–No, en política hay que saber entender cada una de las etapas. Celebramos unas primarias y defendíamos dos posiciones, la continuidad o el cambio. Y yo soy amigo personal de Susana, que ahora tiene en la organización un rol de expresidenta, senadora y sigue aportando, aunque ahora no tiene una responsabilidad orgánica o un foco que le lleve a tener más visibilidad pública. Pero eso no quiere decir que no esté trabajando por el partido y evidentemente por ganar estas elecciones.

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Volvamos a temas más personales, ¿habla usted idiomas?

–Sí, hablo inglés y me ha costado, porque he dedicado muchos años para estudiarlo. Me defiendo.

–¿Qué libros está leyendo actualmente?

-Tengo una acumulación de libros sin leer, entre los que te dan amigos, te recomiendan y otros que compras por tener un gesto cuando vas a librerías…El último que he podido leer a velocidad de crucero es uno de Rafael Escuredo, que además era regalado a los miembros del comité regional del partido para saber bien qué es lo que viene. También tengo pendiente de leer el de Pepe Griñán que fui a su presentación. Eso en el ámbito de los ensayos en el mundo de la política. Hace dos veranos terminé de leer 'Patria' y lo hice antes de que te pongan la serie. A mí eso me da mucho coraje, ver una serie sin haber terminado de leer el libro. Además soy muy cinéfilo.

–¿Cuál es su película favorita?

–Tengo un montón, el otro día dije 'El Padrino', pero para mí una película antológica fue 'La vida es bella'. Soy de los que ve todas las películas de Cannes, de los Oscars. Mi padre me metió el gusto por el cine, yo era de los que iba a filmotecas. Veía películas en versión original con mi padre, de Humphrey Bogart, por ejemplo. A veces me quedaba dormido, porque mi padre salía a las ocho y media de trabajar y nos íbamos a verlas. A mi padre le encantaba, veía hasta dos películas al día.

–¿Sus hijos se han ido de Erasmus?

–Mi hija se quedó a las puertas de ir a Roma, tenía concedido ir para estudiar tercero de Derecho en la Pablo de Olavide y la pandemia lo impidió. Tiene una frustración tremenda por ello. Tenía hasta el piso buscado con las amigas en Roma. Mi hijo no lo hizo, se fue a Madrid después de terminar la carrera y está trabajando además de estar haciendo un master. Trabaja en cosas de derecho digital, haciendo contratos en inglés. Me llama la atención cómo han cambiado las cosas.

–¿Cuál es su ojito derecho, la niña o…?

–Los dos, los dos.

Siempre hay alguno que pueda tirarle más.

–Siempre dicen que las niñas y tal, pero no, tengo absoluta perdición por los dos y estoy siempre muy pendiente de lo que necesiten.

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–¿Tiene ganas ya de ser abuelo?

–No, no, no. Qué va. No tengo esas perspectivas, ni ellos tampoco. Los dos tienen pareja, pero no tienen esa idea en la cabeza. El concepto de disfrutar de la vida de nuestros jóvenes es muy diferente ahora. Yo recuerdo empezar a trabajar y estar pensando en casarme. Yo era de los que cuando empecé a trabajar ya quería casarme, además de estar aportando algo de dinero a la casa de mis padres.

–¿Le daba dinero a sus padres?

–Sí, sí.

–¿Sus padres viven todavía?

–Han fallecido los dos. Mi madre murió a los quince días de empezar la pandemia.

–¿Por el covid?

–Bueno, ella llevaba ya varios meses mal porque tenía una enfermedad grave, que le hizo estar ya ingresada un par de veces en los hospitales. Decidimos ingresarla en una residencia, pero sólo estuvo un mes. No pudimos ir a verla por el confinamiento y tuvo una parada cardiorrespiratoria. Mi padre falleció en el año 96 por un cáncer.

–¿Era muy joven?

–Sí, lo perdí muy joven, yo tenía treinta y tantos años, llevaba dos o tres años casado.

–¿Qué edad tenía él?

–Pues el pobre tenía mucha ilusión por jubilarse, pues llevaba trabajando desde que tenía 17 años. Murió a los 62 y ya veía la jubilación muy cerca y no pudo disfrutar de su nieto, pues yo tenía ya a mi hijo…

–¿Es usted futbolero?

–Me gusta el fútbol, aunque era un desastre jugando.

Era de los que se ponía de portero…

–Ni de portero, era un horror, un paquete. Por eso en mi cole siempre jugaba al baloncesto. Echaba horas y horas.

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–¿De qué jugaba?

–Creo que era un buen alero, dentro de lo que cabe. Tiraba bien. Sí he sido de hacer deporte. He hecho mucha bici de carrera, he jugado mucho al tenis, he corrido una maratón.

–¿Dónde?

–La primera maratón Ciudad de Sevilla en el año 85. Entonces pesaba unos veinte kilos menos.

–¿Cuánto pesa usted?

-Yo peso ahora 84 o 85 kilos.

–¿Y cuánto mide?

–1,82. Podía pesar unos cuantos kilos menos, pero con la vida que uno lleva..Ahora no hago nada y eso tengo que resolverlo.

«En mi casa no se hablaba de política por miedo, por lo que le pasó a mi abuelo»

«Mi padre trabajaba en una tienda de muebles y siempre decía que le vendió el dormitorio a la Pantoja»

–¿Le gusta mucho la comida?

–Me gusta comer y disfruto, pero no como mucho. Me gusta todo, soy de los de cuchara.

Los potajes...

–Sí me gusta y mi mujer guisa muy bien.

–¿Cuál es su plato favorito?

–Cualquier guiso, hace unas lentejas, unas habichuelas, un cocido...es muy habilidosa.

–¿Ayuda en casa?

–Intento ayudar, tengo que ser sincero, pero es que paso muy poco tiempo en casa. No hay una distribución justa y equitativa. El fin de semana soy de los que meto el cuello en casa para limpiar, para ordenar, porque durante la semana estoy fuera siempre. Eso te genera…porque estoy todo el día hablando de igualdad y conciliación y metes poco el cuello en casa. Intento no escaquearme, pero no doy de sí todo lo que debería.

–¿Su mujer trabaja?

–Sí, en la Junta de Andalucía.

–¿Le gusta viajar?

–Sí, pero lo circunscribo al verano, a agosto. Intento descansar, bajar el ritmo. Me escapo a Rota, donde tengo un apartamento. Me gusta pasear. Soy bastante sencillo para mis cosas, no me gustan los lujos, las cosas que cuesten mucho dinero ni que sean especialmente divertidas. Debo reunir el perfil de tipo aburrido que prefiere quedar con unos amigos a cenar o dar un paseo o estar en casa. Esto es la reacción a tener un trabajo absolutamente asfixiante, aunque eso no quiere decir que no sea sociable. He viajado fundamentalmente por trabajo.

–¿A dónde le gustaría ir con su mujer?

–París nos gusta mucho, hemos estado tres veces, o Roma. Son ciudades de las que no te cansas de visitar. Me gustaría conocer otras ciudades, por ejemplo Amsterdam.

Se lo recomiendo, porque es una ciudad encantadora.

–Me lo han dicho. Conozco Copenhage, pero no Amsterdam. España y Andalucía sí las conozco muchísimo.

–¿Se toma alguna vez alguna copilla de más? ¿Nunca se ha emborrachado?

–Qué va, qué va. Yo no soy de copa larga, por lo que tengo poco riesgo. Además es que no me sentaría bien. Me puedo tomar dos gin tonics, pero nunca me verían pasar del segundo. No me gusta el alcohol, me gusta la cerveza, pero me tomo dos o tres no más. No he sido de extremos, alguno me llamará aburrido, pero soy una persona bastante ecuánime. Como soy libra tiendo bastante al equilibrio. No tengo ningún recuerdo de haber estado dando tumbazos por ahí. Era de los que llevaba a los amigos a casa cuando se habían pasado.

–¿Sabe usted lo que es ser un cis?

–¿Cis? No.

Pues usted creo que es un cis.

–¿Qué es eso?

La nueva terminología que se utiliza para la persona que sí se identifica con el sexo asignado nacido.

–Nunca me habían hecho ese comentario, todos los días se aprende algo nuevo.

–¿Qué le parece esta nueva terminología?

–Es fruto de estos tiempos y de la opción que hay por respetar la diversidad. El gran riesgo de la sociedad es la gente que es excluyente.

Dígame algo bueno de Juanma Moreno.

–Lo conozco poco, pero es una persona cordial y respetuosa, nunca he tenido un encontronazo con él.

¿Antes no me ha dicho si es bético o sevillista?

–Bético, bético, por tanto sufridor.

Este año ha ido bien la cosa.

–Los béticos hemos disfrutado este año, pero somos muy sufridores.

Pues imagínese a los malagueños con el Málaga…

–Hay que ver, es verdad. A mí me hacía mucha ilusión ser el alcalde y esperar al Betis con un trofeo y a los tres meses de dejar la alcaldía gana la Copa del Rey…

Bueno, pero dicen que se coló en el balcón durante la celebración…

–Es que tenía auténtica…Bueno soy senador y excalde, por lo que no creo que colarse sea ir a disfrutar con muchísima más gente de la llegada del Betis. Eso son anécdotas y la ciudad de Sevilla necesitaba que el Betis ganara un trofeo.

Sí porque los de enfrente han ganado mucho.

–Sí, he respetado mucho al Sevilla y lo he acompañado, han llevado el nombre de la ciudad por Europa. Yo tampoco soy muy agresivo en lo futbolero. Fíjese que mi hija me ha salido sevillista acérrima y mi hijo es bético.

Imagínese que le salen de Vox o del PP…

–Jajaja no por Dios, prefiero que sean del equipo que quieran de fútbol. De política al menos que no sean ultras..

–¿Le dicen de qué son?

–Yo creo que sé lo que votan y están muy lejos de Vox.

Le votarán a usted…

–Supongo, pero quiero que sean libres y no quiero condicionarlos. Espero que no voten al PSOE solo porque padre es el candidato. Son críticos, porque la juventud necesita que los partidos en Andalucía espabilemos. Mis hijos no son ajenos a la realidad de la gente joven.

Para terminar, ¿de qué se siente especialmente orgulloso en su vida?

–De haber trabajado hasta la extenuación en todos los sitios que he estado. Mi padre me enseñó a fuego que si te dan una responsabilidad había que hacerla bien.

Muchas gracias y suerte.

–Muchísimas gracias por esta entrevista tan agradable y tan cálida.

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