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Ha sido la voz más serena de la campaña, un guante de seda, al menos en apariencia. Porque Inma Nieto se ha caracterizado esta legislatura por ser el azote de Juanma Moreno en el Parlamento. Al presidente le espetó durante el primer debate, no sin ... ironía: «Si quiere luego, al salir, nos firma autógrafos a todos». Porque frente a las formas exquisitas de la candidata de Por Andalucía cualquier salida de tono, por leve que sea, adquiere condición de escandalera. Teresa Rodríguez, su enemiga íntima, con quien se ha disputado el espacio a la izquierda del PSOE, la llamó «suavona» por intentar vetarla de los debates. Ahora su lucha fratricida se resuelve sin que sea posible identificar a una ganadora; Nieto ha obtenido más diputados que Adelante Andalucía, la marca de Rodríguez, pero contaba con el respaldo de Podemos e Izquierda Unida, formación de la que procede. Conocidos los resultados, cuando sólo la derecha ha mejorado su posición respecto a 2018, el desgaste para ambas parece más que evidente.
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Susana Zamora
Nieto seguirá en el Parlamento, aunque esta vez como diputada por Málaga, provincia que apenas ha pisado. Es una práctica habitual entre los partidos tradicionales, heredada por las nuevas formaciones que sobre el papel venían a regenerar el sistema: cuando el candidato tiene más posibilidades de salir elegido en otra circunscripción que en su tierra natal, en este caso Cádiz, es enviado como un paracaidista allí donde las encuestas soplan a favor. Los cinco escaños obtenidos este 19 de junio le bastan a Por Andalucía para formar grupo parlamentario, aunque la comparativa con los 17 diputados alcanzados por la coalición hace cuatro años, entonces bajo el nombre de Adelante Andalucía, resulta sangrante para un partido apoyado por parte del Gobierno central, aún con los ecos de los mítines de ministros como Irene Montero y Alberto Garzón, y una candidata amadrinada por Yolanda Díaz.
La candidatura de Nieto se acordó sobre la bocina, después de que se barajaran otros nombres como los de Garzón y Toni Valero. La algecireña había agotado el número de legislaturas permitidas por los estatutos de Izquierda Unida, pero conservará el sillón al presentarse bajo otras siglas. En Málaga no han cosechado el segundo escaño por el que luchaban, una vez que el primero, correspondiente a la propia Nieto, parecía asegurado. Poco faltó para que el paracaídas no llegara ni siquiera a abrirse.
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