Si a los políticos les diera por explotar su burbuja, inflada, todo hay que decirlo, por los medios de comunicación y las redes sociales, se ... darían cuenta de que la campaña está pasando sin pena ni gloria. Aún hay gente que ignora que este 19 de junio abren los colegios y mercados para celebrar lo que los cursis llaman fiesta de la democracia. Apostaría el poco dinero que tengo en el banco a que la mayoría de andaluces ni siquiera conoce a los candidatos. Y de esa desafección sale victorioso Juanma Moreno, el rostro más visible por su condición de presidente de la Junta. Por eso lleva semanas cultivando un perfil bajo, incluso subterráneo, consciente de que lo mejor que puede ocurrirle es que no ocurra nada. Que los días pasen y el desinterés mantenga en los márgenes la vasta pero cada vez menos eficaz maquinaria de eslóganes, promesas y cruces de acusaciones activada con cada cita electoral. No es que la política haya dejado de ser atractiva en estas elecciones andaluzas; hace tiempo que se aleja de las preocupaciones y esperanzas de la gente, pero en esta ocasión ni siquiera se percibe indignación o cabreo, que suelen ser los estados anteriores a la tristeza, dos motores que a menudo se averían demasiado pronto. Será una sorpresa que el domingo no gane la abstención.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.