A. Gómez
Viernes, 17 de junio 2022, 23:01
A pocos metros del Muelle de la Sal, donde el PP cerró su campaña, Vox lanzaba su último grito de guerra electoral en la otra orilla del Guadalquivir. Como una metáfora de que el 19 de junio ambos partidos pueden acabar condenados a entenderse, sus principales actos estuvieron separados sólo por el puente de Triana. Macarena Olona, la gran apuesta de la formación de Santiago Abascal para acceder a San Telmo, estuvo arropada por el propio Abascal y el exfuncionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, uno de los fundadores de Vox y símbolo del partido, que siempre le presenta como la auténtica encarnación de la «dignidad» y los «valores» después de permanecer 532 días secuestrado por ETA.
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Vox encara la jornada electoral con la convicción de que su resultado será mejor al que auguran las encuestas y el aviso al Partido Popular de que tendrá que aceptar la formación de un Gobierno de coalición si necesita a sus diputados para la investidura, ya sea con el voto a favor o solo la abstención.
«Patria, tierra, familia, libertad y seguridad». Es el mensaje repetido por Olona durante toda la campaña, también anoche. No faltaron alusiones directas a los inmigrantes, sobre todo a los menores extranjeros no acompañados, a quienes acusa de recibir «derecho preferente» a la vivienda «mientras vuestros hijos se tienen que marchar». Con una exaltación de los principios que han llevado a su formación a atraer parte del voto indignado, entre críticas a las políticas de igualdad («La violencia no tiene género», insiste) y reivindicaciones de la familia tradicional, Olona volvió a darse un baño de masas con la mirada puesta en la entrada al gobierno de la Junta de Andalucía, su principal reto en la cita con las urnas.
Olona también tuvo tiempo para arremeter contra el PSOE, al que censura «40 años de socialismo que han traicionado a los más humildes», pero no para Ciudadanos al considerar que es una pérdida de tiempo, recurso introducido por Vox en su argumentario estas últimas semanas. Comprometida con acabar con «la administración paralela» que, según sus datos, cuesta miles de millones de euros a los andaluces, la candidata de Vox ha protagonizado una campaña más descafeinada de lo esperado, sin la virulencia de sus intervenciones en el Congreso. Pero en Vox confían en dar el 'macarenazo', hacerse imprescindible para formar Gobierno y superar los 20 escaños, muchos de ellos arañados en las zonas más humildes de la región, donde el discurso de la formación de Abascal ha calado... Y este domingo sabremos con cuánta profundidad.
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