Macarena Olona fijando un cartel electoral con su rostro y el lema de Vox para las elecciones del 19J. SUR
Elecciones Andalucía 2022

Colgar carteles electorales en 2022, ¿un esfuerzo inútil o un gesto con efecto?

Andalucía, como el resto del país, vive en plena era digital pero los partidos no renuncian a la parte más tradicional y analógica de las campañas

Sábado, 4 de junio 2022, 11:24

Lo mucho que se ha discutido en los últimos años sobre la importancia de lo digital en la política. Más pronto que tarde, Facebook, Twitter, Instagram y acciones hechas a medida iban a dominar las campañas electorales. Sin un uso intensivo de las redes sociales, ... ningún partido podría aspirar a nada. Menos, llegar a las capas del electorado más joven. Y, pese a ello, desde ya, las calles de Málaga, como las del resto de provincias, se han vuelto a llenar de carteles electorales con el rostro de los principales candidatos que se presentan a estas elecciones en Andalucía. ¿Acaso los partidos no han detectado el devenir de los tiempos actuales?

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Nadie duda de que los carteles electorales son testigos importantes de su propia época. «Con Susana más Andalucía» o Juanma Moreno, garantía de cambio» son dos ejemplos de las últimas elecciones de 2018. Un cartel electoral es también la señal indicadora de cada partido en un momento concreto.

Expertos en comunicación y demoscopia hace tiempo que han concluido que ni los mejores diseños o el mejor mensaje son capaces de propiciar un cambio en el voto. Pero los carteles electorales seguirían cumpliendo varias funciones a las que los partidos nos quieren renunciar.

Los carteles electorales mandan una señal poderosa a los ciudadanos: se está a las puertas de las elecciones y es hora de prestar atención a los temas que se ponen sobre la mesa. Los carteles, por tanto, siguen siendo una herramienta de campaña con un amplio alcance. Además, brindan a los partidos la oportunidad de colocar en la agenda sus mensajes centrales.

El tiempo medio que la vista se mantiene en los carteles no suele superar los dos segundos. Por ello, nadie se extraña de que un cartel electoral no esté copado de grandes parrafadas. Los textos largos no surten efecto. En dos segundos, lo que se busca es transmitir una sensación de positividad. La carga ideológica también ha aminorado en comparación, aunque la polarización política esté creciendo.

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