Parlamentarios por sorpresa versus expectativas frustradas

Ocho parlamentarios, cuatro más de los que tenían hasta ahora, era la cifra marcada en rojo de los objetivos del PP en la provincia. Cuando se configuró la lista, en los puestos nueve y diez se situó a dos políticos cercanos al presidente provincial, Elías Bendodo, en previsión de que pudieran sustituir a alguno de los que estaban en los lugares de salida en caso de que estos asumieran responsabilidades en la estructura orgánica o territorial de la Junta si gobernaban, como sucedió en 2018 con Patricia Navarro cuando fue nombrada delegada del Gobierno en Málaga y tuvo que dejar el escaño. Sin embargo, Francisco Oblaré, número nueve, y Dolores Caetano, en el décimo lugar, han entrado directamente en el Parlamento.

Oblaré tendrá que dejar, por tanto, antes de lo previsto su puesto como vicepresidente cuarto de la Diputación. Su inclusión en la lista, según fuentes consultadas, obedeció a una petición personal después de más de una década en la institución provincial. Por su parte, Caetano, que es presidenta provincial de Nuevas Generaciones, cerró el domingo un buen fin de semana ya que a su elección como parlamentaria se unió que el sábado hizo las oposiciones a maestra y, según añadieron las fuentes, realizó un buen examen. La entrada directa de ambos, abre la opción a que por la vía de la sustitución puedan ocupar un escaño en próximos meses los siguientes números de la lista. El puesto once lo ocupa el exparlamentario Miguel Ángel Ruiz, un casadista que había sido relegado en la candidatura y que ahora ve más cerca poder volver a la Cámara regional, y la doce es Jessica Trujillo Pérez, que es concejala en Alhaurín de la Torre, donde se ocupa de las áreas de Comercio, Medio Ambiente, Sanidad y Consumo.

La otra cara de la moneda se vivió en el PSOE. En la precampaña, su cabeza de lista, José Aurelio Aguilar, fijó en seis parlamentarios el objetivo a lograr en Málaga. Finalmente los socialistas se quedaron con los cuatro que tenían y no lograron escaño ni Víctor González, concejal en Vélez-Málaga e integrante de la ejecutiva provincial que lidera Daniel Pérez, ni Ana Villarejo, la secretaria general de Juventudes Socialistas en Málaga. Ambos aspiraban a dar el salto a la política regional.

Vox, por su parte, acudía a estas elecciones con la expectativa de mejorar sus resultados de 2018, sin embargo, se quedaron en dos escaños. Un resultado cuya consecuencia es que Antonio Luna, número tres de la lista, no pueda dar el salto a la política autonómica y permanezca como concejal en el Ayuntamiento de Fuengirola. También se queda sin representación María Checa, que venía siendo asesora del grupo de Vox en el Parlamento autonómico y en estas elecciones pretendía lograr un asiento en el salón de plenos.

Una Cámara en la que ya tenía nulas opciones de continuar Guzmán Ahumada, coordinador provincial de IU, tras haber sido relegado al puesto número 6 de la lista de Por Andalucía. Una coalición que aspiraba a repetir el resultado de Adelante Andalucía hace cuatro años cuando logró tres escaños. Al final, logró uno -el de su candidata a la Junta, Inmaculada Nieto- y se quedaron sin escaño José Manuel Piña, que buscaba el salto a la política autonómica y permanecerá como concejal en Torremolinos, y Eva García Sempere, asesora del Ministerio de Consumo y que ya en 2019 se quedó sin acta en el Congreso de los Diputados.

En el caso de Ciudadanos, la formación liberal ha pasado de cuatro parlamentarios a quedarse sin representación. Un hecho que abre la incógnita sobre el futuro político de su cabeza de lista, Nuria Rodríguez, que ahora se queda sin ningún cargo público tras haber sido delegada de Turismo de la Junta y, previamente, concejala en Mijas. Y todo ello, en medio del desmoronamiento del partido naranja.