Hacer un debate tan a principio de la campaña de las elecciones en Andalucía puede no ser tan buena idea. Los candidatos están aún fríos, esperan al rival en su campo y creen que tienen posibilidades a todo. Así empezó anoche una batalla que parecía ... más bien de ajedrez que a campo abierto. Los seis se miraban entre ellos, inquiriéndose mutuamente que tomaran la palabra porque, o no tenían nada que decirse, o bien eran demasiado calculadores. Lo más destacado de los primeros compases fueron el segundo botón de la chaqueta de Espadas (que menos mal que se desabrochó en algún momento), a Inmaculada Nieto casi olvidándose de los nombres de los partidos de la coalición; o a Teresa Rodríguez leyendo su intervención del minuto.
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De repente Juanma Moreno sacó un papel con cifras, y cuando ya parecía que el debate no tenía remedio, los candidatos despertaron del letargo. Bueno, en realidad Macarena Olona estaba en la cresta desde el principio, y la prueba es que tardó apenas unos segundos en hablar de la cocaína y de su sentimiento de andaluza. Fueron precisamente la candidata de Vox y la de Adelante –Teresa Rodríguez– las que animaron el cotarro. La primera declamando, la segunda gesticulando; pero ambas evitaron que el sofá se comiera el sueño de los andaluces.
Unos minutos antes, Olona sacó los audios de Juan Marín en los que aseguraba que era mejor no aprobar los presupuestos. Marín necesitaba –como ella– algo de protagonismo, pero intentaba silenciarlo recordando su cercanía con el PSOE en su época municipalista. Disparaba una ametralladora, pero nadie parecía caer en el campo de batalla. Repitió lo del 'word perfect' de la comisión de investigación para irritar a Espadas, y en parte lo consiguió. Por sacar, sacó hasta la final de la Champions y los conflictos que hubo en la puerta. «La diferencia de Saint-Denis con El Ejido es que en Andalucía todavía no se ha jugado la final de la Champions», decía la de Vox para agitar el fantasma de la inmigración ilegal, pero olvidaba que en Sevilla se celebró la final de la Europa League con las únicas consecuencias de ver las calles de la ciudad hispalense (también en Málaga y Córdoba) más gente rubia de lo normal.
Mientras todo esto ocurría, Juanma Moreno sacaba papeles y papeles para que hablaran más que él mismo, evitando en algunas ocasiones tomar la palabra. Lo que sí se trajo aprendido fue lo del pasado de Espadas, al que recordó que llevaba tropecientos años en política, aunque el presidente recordaba especialmente las etapas en las que fue consejero de Chaves y de Griñán, pero dejando a la imaginación del espectador lo que quería decir con ello. Fue sutil hasta que tuvo que hablar de él, definiéndose como «el hombre de moda».
El tedio volvía, pero entonces Olona y Rodríguez (esta última, quizá, la que más ganó si es que se gana algo) comenzaron el partido de tenis de acusaciones. Una negando la violencia de género, y la otra llamándola racista y acusando a Vox de ser el «brazo armado del terrorismo machista». Solo la portavoz de Adelante Andalucía se atrevió a confrontar con la de Vox, al tiempo que el resto hacían como que no la escuchaban.
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La alicantina intentó romper el debate en varias ocasiones, pero el resto tenía la lección bien aprendida. Sobre todo Inmaculada Nieto, que aunque resulta didáctica, parecía más una 'seño' de Primaria que una política en un debate. Tuvo un momento hilarante cuando le pidió a Juanma Moreno un autógrafo ya que todo lo había hecho «tan bien». Eso sí, debe tener algún tipo de dualidad corpórea, porque mientras hablaba tuiteaba desde su cuenta. Esperemos que fuera un colaborador.
Quizá fuera por la voz de maestra de Nieto, pero sacar un libro de Primaria fue de los 'off topic' más entretenidos del debate, aunque Olona no parecía estar en la misma frecuencia que el resto. Lo mismo ocurrió con la 'administración paralela', un asunto en el que se notó el desconocimiento de una y la condescendencia del resto. Un debate –este primero– que no elimina del todo a nadie, en el que nadie sale como gran ganador, y que deja abiertas algunas puertas para el resto de la campaña. Habrá que ver si Juanma decide participar en el próximo; si Juan se encuentra cómodo; si el otro Juan convence a alguien de volver a votarles; si Macarena entra en la onda; si Inmaculada le pone emoción; y si Teresa consigue introducir el andalucismo. Por si acaso, habrá que ir preparando café para todos.
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