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Los resultados electorales han despejado una de las dudas que más debate ha generado en el espectro ideológico de la izquierda durante la campaña y sus semanas anteriores: si Teresa Rodríguez (Podemos) y Antonio Maíllo (Izquierda Unida) acertaban o no sumando sus fuerzas en la coalición Adelante Andalucía. O dicho de otro modo: si la cabeza de lista sería capaz de invocar a los tres dragones de 'Juego de Tronos' a los que sacó a pasear en mitad de la campaña o tendría que seguir esperando desde su reino a acabar con los Caminantes Blancos.
Visto lo visto, la 'Khaleesi' andaluza y los suyos se han quedado del lado de los actores secundarios y tendrán que ver como el protagonismo futuro lo asumen, más que previsiblemente, PP, Ciudadanos y Vox. El fracaso absoluto de la coalición de izquierdas en la provincia está más que acreditado: no sólo no han sumado más escaños, sino que pierden uno (de cuatro a tres); y la bajada de votos entre sus filas ha sido la más acusada entre los grandes partidos: se han dejado más de 52.000 papeletas por el camino. En el escenario andaluz las cosas no han ido mejor. Ahora toca hacer autocrítica y asumir responsabilidades: no vale mirar a otro lado y echar la culpa al resto, porque si no ese dragón al que invocan los terminará devorándolos y cambiando definitivamente el 'Adelante' por el 'para atrás'.
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