Iván Gelibter
Viernes, 10 de junio 2016, 22:10
Si nos sonaba raro una campaña electoral en Navidades, la celebración de unos nuevos comicios en el mes de junio también es una novedad, máxime cuando el terral, que golpeó ayer de manera intensa la capital, se convierte en una suerte de omnipresencia desagradable. Si a eso le añadimos una entrada triunfal de los líderes a golpe de banda sonora de Los Cazafantasmas, lo cierto es que el mitin de Unidos Podemos de inicio de campaña era un retrato singular de cómo hemos cambiado en este país.
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Ahora bien, lo que no es nuevo es la intención del resto de partidos que no son el PSOE, de asediar y conquistar el voto de los andaluces; que elección tras elección demuestra ser una clave en el devenir del resultado definitivo. Con esa consigna saltaron a las tablas una buena representación de la coalición, liderados por el malagueño Alberto Garzón y el numero dos de Podemos, Íñigo Errejón, que estuvieron secundados por Irene Montero, Pablo Echenique, Antonio Maíllo, y Teresa Rodríguez, además de los candidatos por Málaga Alberto Montero y Eva García Sempere.
En esta clave andaluza, y que en Málaga tiene un espejo con ese ya famoso undécimo diputado en liza, el ya coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón que no cesó en los halagos a su tierra, pero tampoco en una radiografía sobre la situación en que se encuentra la comunidad autónoma «tras 34 años de gobiernos socialistas que nos han dejado a la cola del resto del territorio nacional» se refirió sin citarlo al líder de los socialistas malagueños, Miguel Ángel Heredia, debido a las palabras de éste en las que acusaba a la coalición en general y a Pablo Iglesias en particular de traer «la pobreza y la miseria» a España si ganaran a las elecciones. «Los que insisten en que traeremos la catástrofe son los mismos a los que generamos miedo, aquellos que han saqueado el país, algo que no podrán volver a hacer después del 26 de junio», pauntó.
En una plaza de la Merced llena de gente (y de sombrillas para paliar el calor), el malagueño insistió en que el patriotismo no es llevar una pulserita con la bandera de España, sino pagar los impuestos aquí y no llevárselo a los paraísos fiscales. «No somos recursos humanos a los que mandar fuera, sino personas que luchan por su país», sentenció, no sin antes, justo al final de sus discurso, incidir en que él es «republicano», acallando así los rumores que aseguraban que se había pedido a IU que escondiera la bandera tricolor.
Si después de los discursos de Errejón y Garzón con continuas referencias a Andalucía no habían sido suficientes, los dos líderes regionales de IU y Podemos, Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez, se cubrieron con la bandera andaluza durante el acto para reforzar aún más un discurso andalucista con la intención de minar la movilización de los votantes de Susana Díaz. Maíllo y Rodríguez protagonizaron los dos discursos más emotivos de la tarde. En ellos citaron a Blas Infante, a los «nervios de la presidenta regional e incluso hubo un recuerdo para el encarcelado Andres Bódalo. En el fragor de los discursos, el público asistente comenzó a gritar las proclamas de «presidente, presidenta», en referencia a una Teresa Rodríguez que quiere, pero que aún está lejos.
También a la cuestión andaluza se refirió Íñigo Errejon, encargado de poner el broche final al acto, con una frase que levantó al público de sus asientos. «Estamos cerca de ganar, y ese desempate se juega en Andalucía», señaló. El numero dos del partido morado hizo una referencia explícita a Torrijos«ahora que estamos en su plaza», reclamando la vuelta de la soberanía nacional. «Somos la gente; somos la ciudadanía, y hemos venido a recuperar nuestros derechos», clamó a la multitud.
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«De El Palo hasta el Limonar»
El cabeza de lista de la formación por Málaga, Alberto Montero, sí centró ayer su discurso en la desigualdad «creciente» en España, y para ello lo ilustró con las diferencias entre los barrios de la capital de la Costa del Sol. Como Marifé en esa copla del Limón, Limonero, Montero habló de cómo cambia la ciudad «de El Palo hasta el Limonar», o incluso del propio centro histórico a la barriada de la Luz. «Vivimos en una ciudad en la que llega el barco más lujoso del mundo, mientras hay vecinos en La Palmilla a los que se les cae la casa encima», aseguró. Unidos Podemos está apostando por el sur de España tras casi tener apuntalado el norte. Andalucía marcará el camino, en un sentido, o totalmente en el contrario.
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