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Martes, 27 de julio 2021, 08:21
Comprar una vivienda es una de las inversiones más importantes a realizar a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, también puede convertirse en una interesante fuente de ingresos. Según los datos del Banco de España, en el último trimestre del pasado 2020, la ... rentabilidad de la vivienda se situó en el 5,2% un dato que, pese a situarse por debajo del 7,4% registrado en 2019, deja claro que sigue siendo un activo interesante para obtener ganancias.
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La cuestión es aún más evidente si miramos los porcentajes relativos al alquiler ya que, según los datos del propio Banco de España, el 3,7% del rendimiento de los inmuebles procedería del mismo y el resto de la propia revalorización de los precios. Si a todo ello sumamos que la crisis sanitaria ha dado un impulso al turismo de interior, que muchos establecimientos hoteleros permanecen cerrados o con limitaciones de aforo y que muchos profesionales se han convertido en teletrabajadores parece lógico pensar que puede ser un buen momento para sacarle partido a una segunda residencia en la playa.
Conseguirlo dependerá, en buena medida, de las necesidades particulares y objetivos de cada propietario. Sin embargo, hay ciertas fórmulas universales que pueden ayudar a mejorar el rendimiento de una propiedad en la costa o, sencillamente, aprovecharla al máximo para uso propio.
Alquiler vacacional
Es la fórmula por excelencia. Muchas de las segundas residencias ubicadas en zonas costeras pasan largas temporadas deshabitadas debido a que sus propietarios solo pueden acudir a ellas en vacaciones y puentes. El alquiler vacacional es una alternativa a tenerlas cerradas que, por otro lado, permite obtener unos ingresos extras que, en función de la ubicación y las propias características de la vivienda, pueden ser muy lucrativos.
Alquiler de larga duración
El auge del teletrabajo ha impulsado la movilidad de los trabajadores. Desde este punto de vista, colocar una segunda residencia en el mercado del alquiler puede ser otra fórmula para obtener unos ingresos estables sin renunciar al uso de la propiedad al 100%.
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Al contrario que el alquiler vacacional, se trata de encontrar perfiles que busquen una solución habitacional para temporadas más largas, pero tratando de reservar los momentos en los que tengamos planeado acudir al inmueble.
Venta
La estampa idílica de retirarse a una casa en la playa resulta de lo más evocador. Pero las circunstancias pueden hacer que los planes iniciales no sean todo lo fieles a la realidad que nos gustaría. Tener una casa junto al mar está bien pero que esté cerrada la mayor parte del año puede convertirse en un problema.
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Al deterioro que puede sufrir como consecuencia del paso del tiempo hay que añadir los gastos que genera (seguro del hogar, impuestos, suministros…). Por eso, la alternativa pasa por plantearse la venta. Si tenemos en cuenta que, dependiendo de la zona, muchas segundas residencias pueden revalorizarse, esta es otra manera de obtener rentabilidad.
Recomendaciones generales
Con independencia del tipo de alquiler al que vayamos a someter a la vivienda -incluso si optamos por la venta- servirse de ciertas herramientas puede ayudar a mejorar los resultados. Los portales inmobiliarios especializados, por ejemplo, son el mejor escaparate para buscar posibles arrendatarios. No obstante, dado que se trata de una segunda residencia es posible que esté alejada del domicilio habitual y, en consecuencia, resulte complicado gestionar el alquiler en la distancia. Contratar los servicios de una agencia o un agente inmobiliario facilitará la tarea minimizando las tareas más tediosas vinculadas a este tipo de operaciones.
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Recurrir a las técnicas del home staging o, lo que es lo mismo, preparar la vivienda con el fin de llamar la atención de los potenciales inquilinos destacando por encima del resto de los inmuebles ofertados, es otra de las fórmulas para conseguir los mejores resultados.
Si bien el alquiler es la manera más popular de rentabilizar una segunda residencia en la playa, si hablamos de optimizarla en términos de uso propio, quizás no sea la más apropiada. En este caso, existen otras recomendaciones que pueden ayudar a sacarle el máximo partido.
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Una de las cuestiones más importantes tiene que ver con el momento de la compra. Más allá de las características propias de la vivienda es importante tener en cuenta otros aspectos como el tiempo disponible para disfrutarla o la distancia que habremos de recorrer para llegar hasta ella. Uno y otro pueden limitar nuestras posibilidades por lo que, antes de elegir, hay que valorar estos aspectos y ser realistas para que la compra resulte lo más acertada posible.
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