La recuperación de la vivienda cojea de la pata de la obra civil por la falta de inversión pública

El presidente de la patronal constructora malagueña, Emilio López, se esforzó por recalcar ayer que el optimismo ante la marcha de su sector es «moderado». En realidad, esta moderación es el término medio entre dos realidades muy diferentes: la euforia que experimentan los promotores y la difícil situación que siguen afrontando las constructoras especializadas en obra civil por la sequía inversora. López exigió ayer a las administraciones que eliminen «gastos superfluos» de los presupuestos para poder volver a destinar dinero a infraestructuras.

El presidente de la ACP reconoció que el año pasado se incrementó el volumen de licitación de obra pública en la provincia (de los 130 millones de euros de 2015 a los 188 millones de 2016). Un crecimiento que ha continuado en el primer trimestre de este año con 68 millones, el doble que en el mismo periodo de 2016. Sin embargo, López afirmó que estas cuantías son «muy bajas para una provincia como Málaga». «Sólo hay que recordar que en 2006 se alcanzaron los 1.500 millones. No podemos pedir alcanzar esa cifra otra vez pero creo que llegar a 400 ó 500 sería lo mínimo», argumentó.

Consecuencia de la escasez de licitaciones y de la consiguiente desesperación de muchas constructoras es la «preocupante» tendencia que denunció ayer el presidente de la patronal: las bajas en los concursos públicos rozan ya el 30% en la provincia de Málaga. «La situación es insostenible. Las constructoras tenemos que hacer presupuestos realistas en los que no prime coger la obra por cogerla y luego no tener beneficio. Aplaudimos la iniciativa del Ministerio de Fomento para evitar las bajas desproporcionadas y animamos a las demás administraciones a seguir su ejemplo», afirmó López, que también recordó otra vieja reivindicación de los empresarios del ladrillo: aligerar los plazos de tramitación urbanística.