Alumnos de una Escuela de Segunda Oportunidad. Sur. Archivo

El porcentaje de jóvenes 'ninis' baja en Málaga hasta el 11%, la mitad que hace diez años

La buena coyuntura económica, los frutos del Plan de Garantía Juvenil y el avance de la FP contribuyen a reducir el colectivo de quienes ni estudian ni trabajan

Nuria Triguero

Málaga

Martes, 21 de mayo 2024, 00:12

El estereotipo del 'nini', ese joven que permanece apoltronado en el hogar familiar sin estudiar ni trabajar, ha hecho mucho daño a la imagen de la juventud en España. Este cliché se popularizó coincidiendo con la gran crisis que comenzó en 2008 y es cierto ... que en aquellos años había un alto porcentaje de jóvenes que permanecían inactivos. El máximo se alcanzó en 2015, cuando más del 21% de la población malagueña de entre 15 y 24 años confesaba no estar ni estudiando ni trabajando. Desde entonces el porcentaje se ha reducido prácticamente a la mitad y está en el 11,1%, según el último dato disponible (de 2023) en el Observatorio de la FP de CaixaBank. En 2022 llegó a situarse incluso más abajo, en el 10,1% de la población situada en esa franja de edad.

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Esta drástica reducción sugiere que la interpretación que buena parte de la opinión pública hizo de este fenómeno –«Los jóvenes de ahora son unos vagos»– no era acertada. Por el contrario, parece indicar que aquellos chavales que permanecían ajenos al mercado laboral y al sistema educativo lo hacían –al menos en parte– por falta de oportunidades o por un 'efecto desánimo' causado por la adversa situación económica.

La reducción del colectivo de 'ninis' no es la única buena noticia en relación al empleo juvenil. El paro entre los menores de 25 años también se ha reducido a menos de la mitad en una década: de los 20.447 desempleados que había en la provincia de Málaga en 2014 a los 9.512 de 2024. El empleo ha crecido cerca de un 90%, desde los 24.000 afiliados hasta los más de 45.000 que hay ahora en dicha franja de edad.

También hay indicadores que hablan de una mayor permanencia en el sistema educativo: en 2012 la tasa de abandono temprano era del 27,7% y en 2022 había bajado al 15,9%. El número de estudiantes universitarios no ha aumentado, pero sí lo ha hecho (prácticamente se ha duplicado) el de estudiantes de FP: de 5.985 egresados en 2012 a 10.445 en 2022.

¿Qué ha cambiado en diez años?

La ONG Arrabal-AID tiene una larga trayectoria en la atención a jóvenes desempleados y en riesgo de exclusión en Málaga. Su presidente, Julio García, apunta dos causas principales para explicar que ahora haya menos 'ninis' y más jóvenes trabajando o formándose: el Plan de Garantía Juvenil y el desarrollo de la Formación Profesional.

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Fue en 2013 cuando la UE lanzó el Plan de Garantía Juvenil: una iniciativa transnacional que tiene como objetivo reducir el desempleo juvenil y que se basa en el compromiso de los Estados miembros de asegurar que todos los jóvenes menores de 25 años reciban una oferta de empleo, educación continua, formación de aprendiz o prácticas en un plazo de cuatro meses tras quedar desempleados o finalizar su educación formal. En España tardó en arrancar y se empezó a aplicar de forma efectiva en 2015, invirtiéndose desde entonces 3.200 millones de euros. Entre sus medidas se incluyen bonificaciones a la contratación de jóvenes, cursos de formación para el empleo y orientación laboral.

En la parte educativa, la gran palanca para sacar a los jóvenes de la inactividad está siendo la FP. «Se han ido implantando nuevas ramas y familias de Formación Profesional que son atractivas y con una alta empleabilidad y eso ha hecho que muchos más jóvenes se animen a estudiar», apunta el presidente de Arrabal. «Con la nueva ley de Formación Profesional esto va a mejorar todavía más. Se va a potenciar la FP dual y la vinculación con las empresas y mercado laboral, así como la orientación y el acompañamiento a los estudiantes», añade.

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A esto se suma una circunstancia obvia: «Estamos en un periodo de expansión y hay más oportunidades de empleo», reconoce Díaz, que suma otra interpretación más subjetiva: «Estamos en otra generación de jóvenes y también en de padres y madres. Y esta generación de progenitores es la más preparada de la historia. Está demostrado que las personas que tienen más formación están más interesadas en que sus hijos tengan formación y quizá tienen más recursos para conseguir que no se aparten del sistema educativo», apunta.

Ofensiva contra el paro juvenil

La situación ha mejorado, pero dista mucho de ser ideal. El paro juvenil sigue siendo muy alto: del 37% en Andalucía, casi diez puntos por encima de la media nacional. Reducir esta brecha es «una prioridad» para la Consejería de Empleo de la Junta. Su titular, Rocío Blanco, anunció recientemente una ofensiva contra el paro juvenil que incluirá incentivos a la contratación estable de desempleados jóvenes por valor de más de 250 millones, además de partidas dirigidas a la orientación laboral y la formación que sumarán otros 67,5 millones.

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La principal pata de este estrategia autonómica es un programa de incentivos, financiados con el Fondo Social Europeo, para la contratación indefinida de jóvenes y colectivos vulnerables, por importe de 145,3 millones de euros, cuyas bases se publicarán antes de verano con efecto retroactivo para las contrataciones realizadas desde el 1 de marzo. A ello hay que sumar el plan de empleo Andalucía Activa, con 110 millones de euros para los ayuntamientos y entidades locales que contraten a desempleados, que contempla una línea específica dirigida a ayuntamientos de hasta 50.000 habitantes para la contratación de personas entre los 18 y 35 años.

Además, en otoño saldrá la primera convocatoria de Proyectos Integrales para la Inserción Laboral de Personas Jóvenes, con un importe de 65,8 millones de euros que se invertirán en colaboración con entidades públicas y privadas especializadas en el trabajo con este colectivo. La previsión es llegar a 12.300 jóvenes. Y hay otro programa más, llamado 'Alma Jóvenes', de prácticas profesionales en el extranjero, dotado con 2,5 millones, que se pondrá en marcha en el último trimestre con la previsión de que participen 150 jóvenes andaluces.

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Escuelas de Segunda Oportunidad, un modelo que funciona

Las Escuelas de Segunda Oportunidad son un modelo de intervención pedagógica y sociolaboral pensado para rescatar del ostracismo a jóvenes de 16 a 29 años sin empleo ni titulación. «Se ofrece un acompañamiento individualizado, tanto en materia laboral como académica, con el doble objetivo de que completen la educación secundaria y un itinerario de inserción laboral. No va un objetivo antes que el otro: se abordan los dos a la vez», explica Julio García, presidente de la ONG Arrabal, que atiende a 60 alumnos en su Escuela de Segunda Oportunidad de Málaga. Este modelo presume de una tasa de éxito del 61% y la Junta va a apostar por extender su implantación en Andalucía, destinando 12,8 millones de euros para la financiación de estas escuelas a partir de 2025.

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