Una joven teletrabaja desde su casa junto a su gato. Alberto Valdés / EFE
Nómadas digitales

Málaga se abre paso entre los principales destinos para los teletrabajadores de Europa

Tienen en su mayoría entre 25 y 35 años, se dedican al sector tecnológico y alquilan pisos turísticos de uno a tres meses

Domingo, 28 de marzo 2021, 01:17

Hay un tipo de viajero que lo primero que mira, más que la ubicación o el precio, es la velocidad en megas –de subida y ... de bajada– de la conexión a internet, que tiene que ser, sí o sí, de fibra de alta capacidad. Son los llamados «nómadas digitales», que surgieron antes de la pandemia pero que han explotado como fenómeno durante estos meses, gracias a la generalización del teletrabajo y a la oportunidad de elegir el lugar al que llaman «oficina», que puede estar perfectamente en una terraza de Pedregalejo frente al mar. En Málaga hay una cifra no cuantificada –pero sí numerosa, a tenor de los testimonios recabados– de jóvenes que han elegido la Costa del Sol para pasar varias semanas al año produciendo y disfrutando al mismo tiempo de su calidad de vida.

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El año anterior al coronavirus, durante la temporada baja (de noviembre a Semana Santa) ya había gente que venía a teletrabajar, pero justo después del confinamiento, sobre todo a partir de agosto, la demanda fue en aumento. En el arranque de 2021 la tendencia se ha acentuado. Así lo explica Carlos Mota, propietario de La Recepción, empresa con sede en la calle Carretería que gestiona un centenar de propiedades. De estas, actualmente al menos 15 están ocupadas por inquilinos que han venido a trabajar temporalmente desde Málaga.

Son por lo general jóvenes, de hasta 35 años, y la estancia media va de uno a tres meses. Junto a ingleses, nórdicos y alemanes también llegan de otras ciudades españolas, como Madrid y el País Vasco. «Tenemos un inglés que trabaja desde un estudio en la calle Dos Aceras para China; y hay otro que lo hace para una empresa de márketing y videojuegos de Canadá», ilustra. «Para gente joven que está empezando en el mercado laboral es muy sencillo teletrabajar, han nacido directamente en este formato y se vienen a Málaga porque se vive bien y están contentos».

La demanda principal es la conexión a internet y las buenas comunicaciones aeroportuarias, por eso muchos optan por quedarse en la capital malagueña. «Todos piden una buena conexión a internet y que haya un espacio de trabajo agradable; algunos se traen sus propias sillas o se las mandan sus empresas».

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José Manuel Cañete es propietario de un piso vacacional en el Centro. Dado que no vienen turistas, para cubrir gastos le puso un precio con descuento para largas estancias... Y la respuesta no tardó en llegar. «Desde septiembre llevo tres estancias de gente que se ha venido a Málaga a trabajar por un tiempo». El primero fue un chico de Londres que estuvo seis semanas; le siguió una pareja de Edimburgo, y ahora mismo aloja a otra de República Checa, que ya lleva dos meses. «Lo primero que preguntan es si hay buena conexión a internet y un sitio para trabajar; la conexión es clave para captar este tipo de turismo». Hasta tal punto es así que tuvo un caso de un potencial inquilino que llegó a hacer un test desde el apartamento para comprobar la velocidad real. También piden poder usar el buzón de correo postal. Con todo, reconoce que la rentabilidad es baja: «Este tipo de viajeros sirve para salvar los muebles, para no tener el piso vacío, da para cubrir los costes y poco más».

Carlos Pérez-Lanzac, presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (AVVA), admite que sus alojamientos están recibiendo cada vez más inquilinos que vienen a teletrabajar, bien por el atractivo de la provincia, o bien porque su empresa tiene una sede aquí en la que pasan temporadas. «Ahora, lo que hacían en Madrid o en otro país lo pueden hacer desde Málaga», comenta, y añade: «Tenemos gente alojada que viene de otras ciudades, con edades entre 30 y 45 años, con capacidad de decisión, en pareja o incluso con familia, que pasan tres, seis u ocho meses y luego piensan en otro destino». Algunos tras la experiencia se quedan a vivir de forma permanente.

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«Buscan calidad de vida y precios más asequibles, es un proceso que la pandemia ha acelerado, atraemos talento de un perfil más alto, a los que les sale más a cuanta vivir varios meses aquí». En su mayoría son profesionales autónomos, empleados de empresas muy digitalizadas y empresarios.

«Está siendo una oportunidad para el sector», admite Pérez-Lanzac, que fija en 2020 la eclosión de este fenómeno. «Tenemos un nivel de calidad y exigencia del cliente cada vez mayor y por la posibilidad de independencia, privacidad y cocina, la vivienda turística es el alojamiento ideal para ellos».

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El Ayuntamiento de Málaga es consciente del potencial de la ciudad para atraer talento de otras urbes, y para ello ha impulsado el 'Málaga WorkBay' (Bahía para trabajar), una iniciativa que suma acciones de difusión, promoción, asesoramiento y servicios de acomodamiento. El teletrabajo tiene una fuerte implantación en sectores como el tecnológico y tendrá continuidad una vez que la pandemia se acabe. El Consistorio se ha propuesto promocionar a Málaga ante la oportunidad que se le está abriendo de posicionarse como un destino preferente para los «nómadas digitales», dentro de un circuito mundial de ciudades amables, con buen clima, calidad de vida, precios asequibles, buenas comunicaciones de transporte (aeropuerto internacional y AVE), telecomunicaciones y atractivos de ocio, culturales y naturales.

En los casos en los que la familia tiene hijos, otro aspecto muy valorado es la amplia disponibilidad de colegios internacionales en la capital y en la Costa del Sol, que cuenta con una de las mayores ofertas de España de centros ingleses, franceses, alemanes e incluso finlandeses.

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Natalia Sánchez, vicepresidenta ejecutiva y secretaria general de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), ve claras oportunidades para Málaga en esta nueva tendencia. «Somos conscientes de que hay trabajadores y empresas, sobre todo del ámbito tecnológico, que desde hace meses no están físicamente en sus oficinas y se desplazan a otros sitios como Málaga, Cádiz y pueblos del Valle del Guadalhorce».

La directiva recuerda que no sólo las viviendas turísticas sino también hoteles (como el Molina Lario) han hecho promociones para estancias largas, de más de un mes. «Málaga es un destino interesante para profesionales jóvenes que pueden desplazare y que vienen a trabajar a donde irían de vacaciones, es algo que va al alza y donde nos estamos posicionando bien».

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Otro colectivo que espera recoger los frutos del teletrabajo es el de las escuelas de español para extranjeros. Miguel Ochoa, presidente de la asociación que las agrupa, reconoce el interés por formar parte de este movimiento. «Podemos aportar mucho a estos teletrabajadores, para ayudarles en su llegada, su inmersión lingüística y para conocer a gente».

Si las previsiones se consolidan, en los próximos meses barrios como el Centro, Pedregalejo y Huelin, así como zonas de la Costa del Sol recibirán un aluvión de jóvenes vecinos llegados de todas partes, que buscan la experiencia de ser malagueños, al menos durante algunos meses al año.

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