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Ramón Pérez
Miércoles, 6 de julio 2022, 00:11
«Hay personas que han llegado a venir un día a probar el oficio y esa misma tarde se han ido». La hostelería afronta la temporada alta con un problema acuciante de falta de personal. No hay suficientes camareros. SUR ha recorrido algunos de los ... restaurantes, bares y cafeterías del Centro, El Palo y Pedregalejo y la fotografía que ofrecen los profesionales del sector es clara.
«Necesitamos dos camareros, porque a lo mejor hay dos a los que no se les va a renovar el contrato y, por lo tanto, se están haciendo entrevistas para buscar a un par de personas». Lo cuenta Francis Ramírez, del restaurante La Cueva de 1900, en la calle Martínez. Sin embargo, el proceso de las entrevistas se le está haciendo cuesta arriba: «De diez que teníamos previstas la última vez, sólo vinieron dos». Para este profesional, esta situación se debe a que la gente no quiere trabajar en el sector.
En una línea similar se expresó Sergio Sánchez, del bar Alameda-Martiricos, en plena Alameda Principal. «Nos está llegando mucha gente joven, sin experiencia, y a menudo muy informal». Y no escondió la crítica: «Hay mucha gente que busca trabajo pero que no sabe cumplir horarios, que es muy informal». «De hecho –concluyó–, hemos llamado a algunos que dicen sí a todo y que luego no se han presentado».
En ese sentido, la mayor parte de los hosteleros consultados ponen el acento en la necesidad de buscar perfiles más profesionales, al margen de los estudios o la formación de los candidatos.
En el mismo Centro se encuentra la cafetería Anserini. Después de dos temporadas frenadas por la pandemia y sin contrataciones, este año se habían propuesto reforzar el personal para afrontar el que llaman el verano de la recuperación. Y no lo están teniendo fácil, según admitieron.
Son muchas las formas con las que se buscan nuevos trabajadores, desde aplicaciones como Job Today, Infojobs o Milanuncios, hasta el boca a boca. Este último método para anunciar vacantes es muy común en El Palo, según explican algunos de los profesionales que trabajan en la zona. Desde el popular Merlo confiesan que incluso se han llegado a ir camareros en un mismo día. «Es un oficio duro, complicado y con mucha presión; a nadie le gusta estar cerca de 40 grados al sol trabajando y atendiendo alrededor de 300 personas», explican desde el restaurante.
«Nadie quiere trabajar», esgrime José Miguel López, director general del chiringuito Rompeolas. A su juicio, se está estigmatizando de forma excesiva la hostelería. Él también busca camareros, pero cree que no hay suficientes profesionales. «Cuando pongo un anuncio me aparecen menos candidatos que en otros años, y apenas hay españoles», expresó. López insistió en la necesidad de que el personal tenga una mínima experiencia: «Hay que estar preparado para dos horas de presión». Reveló además que antes trabajaban tres camareros con los que contaba aumentarles las horas los fines de semana, pero dejaron el trabajo. «Normalmente el verano tiene mucha carga y no hay gente dispuesta a sacrificarse aunque trabajen bien», añadió.
Desde el otro de punto de vista, el de los camareros, la visión difiere. Uno de los profesionales, que prefiere no dar su nombre, lo explicó así: «Las personas quieren disfrutar de su vida y no estar todo el día en un bar». En su opinión, abolir los turnos partidos sería una de las soluciones para que haya más personas interesadas en el oficio. «No se dan las condiciones óptimas para poder trabajar», criticó.
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