La desescalada permite en mayo una ligera caída del paro y el rescate de 14.328 trabajadores de los ERTE en la provincia de Málaga

No obstante, queda mucho por recuperar. Pese al ligero repunte del empleo, sigue habiendo 51.773 trabajadores menos cotizando a la Seguridad Social que el año pasado por estas fechas en la provincia. La caída interanual de afiliación es del 8,16%, la más intensa de España después de la de Baleares y la de Gerona. El paro está en una situación muy similar: son 190.744 los malagueños inscritos en el Servicio Andaluz de Empleo a 31 de mayo, 49.739 más de los que había en mayo de 2019. A ellos hay que sumar los ya mencionados 115.785 trabajadores afectados por ERTE y los 62.071 autónomos que se han acogido a la prestación extraordinaria por cese de actividad al cerrar su negocio o quedar gravemente mermado por la pandemia.

En total, las personas que están en inactividad forzosa (sea temporal o permanente) en la provincia de Málaga superan las 368.000. Esto quiere decir que por cada diez trabajadores en activo hay seis que no tienen empleo o lo tienen suspendido.

Como consecuencia del aumento del paro y, sobre todo, de los ERTE, el gasto público en prestaciones por desempleo se ha disparado en la provincia hasta cotas nunca vistas. Entre desempleados y afectados por suspensiones temporales, el Servicio de Empleo Público Estatal tenía en nómina a finales de abril (estos datos se publican con un mes de retraso) a 199.008 personas en Málaga, de las que 137.447 cobraron la prestación contributiva (en esta cifra están incluidos los ERTE) y el resto, diferentes tipos de subsidios. Hace un año eran menos de la mitad los beneficiarios, 77.000. Y es que solamente en abril solicitaron una prestación o ayuda por desempleo más de 133.000 malagueños.

En consecuencia, el gasto público destinado a esta cobertura social del paro se disparó hasta los 201,7 millones de euros en ese mes en la provincia. Es un 252% más de dinero que el Estado destinó a Málaga con este fin en el mismo mes de 2019. Y a esta cifra hay que sumar los ya mencionados 62.000 autónomos que están cobrando la prestación por cese de actividad.

La bajada del paro de mayo ha estado impulsada por el sector de la construcción, en el que 2.007 personas abandonaron el desempleo. Se trata de trabajadores temporales a los que sus empresas les cortaron el contrato cuando el decreto de 'hibernación' obligó a paralizar todas las obras consideradas no esenciales, y que han sido recuperados cuando se ha reanudado la actividad.

En cambio, en el ramo de los servicios y la industria el descenso del paro ha sido anecdótico, de 121 y 196 personas respectivamente. El único sector en el que se registró una subida del desempleo en mayo fue la agricultura, aunque fue sólo de 40 personas. Por otra parte, el colectivo sin empleo anterior se engrosó con 625 parados más.

Los datos del mes de mayo vienen a confirmar que los ERTE y la prestación por cese de actividad para autónomos han sido una herramienta eficaz para contener la destrucción de empleo derivada de la paralización de la economía durante el confinamiento. La cuestión que inquieta tanto a la patronal como a los sindicatos es cómo evitar que esos puestos de trabajo que están ahora mismo 'congelados' terminen perdiéndose. De momento, la fecha tope para la vigencia de los ERTE por causa de fuerza mayor sigue siendo el 30 de junio, aunque los agentes sociales están negociando con el Gobierno una ampliación de su plazo para sectores como el turístico.

De cualquier modo, por mucho que se puedan prorrogar los ERTE, las empresas tienen otros gastos aparte de los laborales y no podrán sobrevivir si no recuperan un nivel aceptable de actividad a corto plazo. Todos los ojos están puestos, lógicamente, en el turismo: si los hoteles consiguen un nivel de ocupación aceptable durante la temporada alta se generará también oxígeno para los demás negocios que se nutren del turismo en la provincia.

Y es que los empleos que están protegidos por los ERTE son los estables, pero tampoco hay que olvidar los estacionales que no se están creando. El secretario provincial de CCOO Málaga, Fernando Cubillos, habla de «60.000 malagueños que no van a tener ningún ingreso este verano» por la falta de contrataciones de refuerzo, y muchos de ellos no tienen derecho a prestación por desempleo. Los datos del mes de mayo dan idea de esta situación: en la provincia se han firmado 27.247 contratos elpasado mes, un 64% menos de los que se hicieron en el mismo periodo del año pasado.