Este mes y el que viene, coincidiendo con las fechas clave de las operaciones Salida y Retorno, los trabajadores de gasolineras de Repsol harán huelga para exigir que les suban el sueldo. Es sólo un ejemplo de los conflictos laborales que empiezan a surgir como ... consecuencia de la inflación desbocada. Habrá más: ayer lo advirtieron CC OO y UGT en concentraciones convocadas por toda España con el lema 'Salario o conflicto'. Con el IPC y el euríbor en plena escalada, la subida salarial se ha convertido en la prioridad número uno de la lucha sindical.
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Lo cierto es que los salarios pactados en convenio ya están subiendo, aunque no sea al ritmo que querrían los sindicatos. Los 56 convenios registrados entre enero y mayo de este año en la provincia de Málaga (y con efecto en 2022) incorporan un incremento medio del 2,44%, según la estadística del Ministerio de Trabajo. Es un cambio considerable respecto al 1,05% pactado el año pasado, el 1,65% de 2020 o incluso el 2,27% de 2019. De hecho, hay que retroceder hasta antes de la crisis de 2008 para ver aumentos salariales más intensos en los convenios colectivos malagueños.
Esos 56 convenios firmados en los cinco primeros meses del año incluyen cinco pactos sectoriales que afectan a 113.000 trabajadores, con una subida media del 2.47%. Los otros 50 convenios son de empresa y, por tanto, su alcance es mucho más limitado: no llegan a 6.000 trabajadores los que van a verse beneficiados por ellos. La subida media pactada en estos es del 1,88%.
Desde CC OO aportan información más detallada sobre cómo se está reflejando la inflación en la negociación colectiva. Así, de los 23 convenios con contenido salarial que se han negociado y firmado durante el primer semestre en la provincia (no todos los que se firman entran en materia de sueldos), la mitad (11) incorporan subidas superiores al 2%. La mayor subida corresponde a una empresa del sector de oficinas y despachos, que va a subir los sueldos de sus trabajadores un 8% este año (el IPC del año pasado, que fue del 6,5%, más un 1,5% adicional en concepto de «recuperación del poder adquisitivo»). También destaca el convenio provincial del sector de la aceituna, con una subida del 7,1%; y el de automoción, con un 6,5%. Los sectoriales de panaderías y limpieza de aviones se quedan en la media, con incrementos salariales del 3% y el 2,5% respectivamente.
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También hay casos opuestos: empresas con congelación salarial total o que solamente van a subir los sueldos a los trabajadores que cobran el salario mínimo.
Los sindicatos tienen una estrategia clara en la negociación colectiva de lo que queda de año: imponer cláusulas de garantía salarial en todos los convenios donde sea posible. Estas cláusulas, que actualmente sólo están presentes en el 15% de los convenios, obligan a actualizar las tablas salariales en función del IPC. No es difícil imaginar la postura de la patronal ante ellas: rechazo frontal. Ayer mismo, por cierto, se dio a conocer la firma del convenio del Metro de Málaga, que incorpora una cláusula de revisión salarial.
Ayer, en la concentración ante la sede de la CEM, la secretaria de Empleo y Formación de CCOO de Málaga, María José Prados, manifestaba: «La crisis nos ha afectado a todos, patronal, personas trabajadoras y al conjunto de la sociedad, pero lo cierto es que las empresas se están recuperando, y muchas están teniendo beneficios históricos, y están repercutiendo la subida del IPC a los precios de sus productos, cargando todo el peso de la inflación en la ciudadanía».
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El presidente de las patronales malagueña y andaluza, Javier González de Lara, asegura que los empresarios están «abiertos» a negociar subidas salariales pero «no se puede contemplar indexar los sueldos al IPC». En otras palabras: rechazan de plano las cláusulas de garantía salarial. «Las empresas no podrían resistirlo y se generaría una inflación de segunda ronda que se convertiría en estructural», dice.
González de Lara afirma que la aspiración de los trabajadores de compensar la inflación con una subida salarial es «tan legítima como la de las empresas de no perder competitividad». «No estamos en contra de una subida razonable pero hay que ser prudentes para no empeorar el problema», afirma, recordando la última propuesta de la CEOE: 3,5% para este año, 2,5% para 2023 y 2% para 2024.
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