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La función de la estadística es ayudar a entender la realidad. Pero a veces surgen expedientes X como la última Encuesta de Población Activa, que dice que el empleo no sólo no ha caído, sino que ha crecido en 2020 en Málaga. Entonces es cuando se invierten los papeles y hay que empezar a buscar explicaciones para intentar entender la estadística.
¿Se equivoca la Encuesta de Población Activa? Sería la solución más simple para este misterio. «Es sólo una encuesta», dicen algunos. «El Gobierno ha 'cocinado' los datos como hace con el CIS», apuntan otros. Bueno, pues no es tan sencillo. La EPA no es «sólo una encuesta».Es la encuesta más completa y exhaustiva que se realiza sobre el mercado laboral español: 65.000 viviendas y 160.000 personas participan cada trimestre en este estudio, que sigue unas estrictas normas metodológicas dictadas por la Unión Europea. De hecho, como recuerda Felisa Becerra, coordinadora de estudios de Analistas Económicos de Andalucía, «los resultados de la EPA son los que utiliza el Eurostat [el instituto de estadística comunitario] para comparar los niveles de empleo, paro y actividad de España con los del resto de países europeos». La UE no se fiaría de estos datos si fuera una 'encuestilla' que el político de turno puede maquillar a su antojo. Además, y respecto a las acusaciones de manipulación, ¿por qué va a distorsionar el Gobierno solamente los datos de Málaga y no los del resto de España, donde la EPA sí detecta la pérdida de 622.000 empleos?
Ahora bien, toda encuesta, por muy fiable que sea, tiene un margen de error. Y Jesús Sánchez, profesor titular de Estadística y Econometría de la Universidad de Málaga, recuerda que cuanto más desciende la EPA por territorios, mayor es ese margen de error. Lo explica así: «La EPA es muy fiable a nivel nacional porque se basa en entrevistas a 65.000 hogares. Pero esta fiabilidad es más endeble a nivel provincial, especialmente fuera de las provincias más pobladas como Madrid o Barcelona, porque cada respuesta representa a un número mayor de personas y por tanto cualquier mínimo error o variación casual al hacer la encuesta se amplifica mucho». Según se expone en la nota metodológica de la EPA, en Málaga se encuestan 1.560 hogares cada trimestre, es decir, unas 5.000 personas. Es decir, que cada respuesta 'representa' a más de 300 personas.
LAS CIFRAS
Está claro que 2020 no ha sido un año normal; se han producido muchas anomalías derivadas de la pandemia que pueden haber afectado a la realización de la encuesta. El propio INE advirtió en su día que los resultados del primer y segundo trimestre podían estar distorsionados porque las encuestas no se pudieron realizar de la manera habitual. «Se supone que ya en el tercer y cuarto trimestre de 2020 la situación se normalizó», indica Sánchez.
Hay circunstancias del mercado laboral que también condicionan los resultados de la EPA: para empezar, los ERTE. Los trabajadores afectados por suspensiones de empleo se consideran ocupados y no parados; eso ha contribuido de forma decisiva a amortiguar la caída del empleo.
En cuanto al paro, hay una paradoja curiosa: hasta ahora, el dato de paro procedente de la EPA siempre era superior al que indicaban los registros oficiales. Esto tenía una explicación: que había personas sin trabajo que no se apuntaban al paro porque, al no tener derecho a prestación ni subsidio, no tenían aliciente para hacerlo. Ahora pasa al revés: la EPA estima que hay 156.000 personas desempleadas en la provincia, cuando el SAE tenía registrados a casi 200.000 parados a cierre de diciembre. ¿Por qué existe esta diferencia? Los expertos insisten en que son fuentes diferentes y no tiene sentido compararlas. Pero casi 50.000 parados de diferencia se antojan demasiados. Una posible explicación, apuntada por Jesús Sánchez, es que en el cuarto trimestre, con las restricciones de actividad existentes en muchos sectores, haya un número importante de desempleados que no salen en la 'foto' de la EPA porque no cumplen el requisito de estar buscando trabajo activamente (que es imprescindible para ser considerado parado en la encuesta). Y es que con los hoteles cerrados, ¿cómo busca trabajo un recepcionista, por ejemplo?
Florentino Felgueroso, investigador en la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y experto buceador en los datos de la EPA y otras fuentes estadísticas del mercado laboral, aporta otra pista interesante. «Quizá la distorsión no hay que buscarla en el cuarto trimestre de 2020, sino en el de 2019». El año pasado por estas fechas publicábamos en SUR un artículo con el titular «¿Málaga va bien o mal? La EPA dice una cosa y los registros de paro y Seguridad Social, otra».
Y es que la EPA del cuarto trimestre de 2019 traía un titular desconcertante: Málaga sufría la mayor subida del paro de toda España. Entre el cuarto trimestre de 2018 y 2019, el número de personas que se declaraban en busca de trabajo había aumentado en 10.800, cuando a nivel nacional y autonómico había bajado. Además, el paro registrado bajó en 2019, contradiciendo la tendencia apuntada por la EPA. Lo mismo pasaba con los datos de empleo. Según la EPA, Málaga había perdido 2.500 ocupados entre los cuartos trimestres de 2018 y 2019, cuando la estadística de la Seguridad Social revelaba que había 20.000 trabajadores más cotizando que el año anterior.
Un año después nos volvemos a encontrar con una contradicción entre la EPA y los datos de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social, pero en sentido inverso: la encuesta del INE refleja una realidad más positiva de la que retratan los registros oficiales. Es sólo una hipótesis, pero podría ser que aquellos datos 'raros' del cuarto trimestre de 2019 sean los que hayan producido los resultados 'raros' de 2020. En otras palabras: si se subestimó el nivel de ocupación que había en Málaga en 2019, también se habría subestimado la caída de empleo que se ha producido en 2020.
Tanto Felisa Becerra como Jesús Sánchez abogan por acoger los resultados de la EPA «con prudencia» y no quedarse tanto con los datos concretos como con las tendencias que sugiere. Para Becerra, hay una conclusión incuestionable: «Los ERTE han servido para amortiguar la caída del empleo, que al principio de la pandemia, en el mes de marzo, todos pensábamos que iba a ser mucho peor de lo que ha sido».
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