Los supermercados hacen su agosto con el turismo en Málaga

Viajar a la otra punta del país o del continente para acabar comiendo en un Mercadona. El turismo actual brinda paradojas como ésta. Cuando el presupuesto escasea y los precios de los restaurantes se vuelven inasequibles, los supermercados emergen como alternativa económica de subsistencia vacacional. Se observa también por el Centro de Málaga: en los parques y plazas no es raro ver a visitantes almorzándose una ensalada envasada o un sándwich que acaban de adquirir en un súper.

El auge del turismo residencial y de los alojamientos extrahoteleros tiene unos beneficiarios claros en los supermercados, que hacen su agosto llenando las neveras de los viviendas turísticas en un contexto, además, de encarecimiento de precios en la restauración. En realidad no es algo nuevo en la Costa del Sol: en toda la franja del litoral desde Torremolinos hasta Estepona y también en los municipios axárquicos más turísticos como Nerja o Torrox, los súper e hipermercados siempre han multiplicado su facturación en verano con la llegada de los propietarios de segundas residencias y los inquilinos de apartamentos turísticos.

Donde sí es un fenómeno reciente es en Málaga capital. La proliferación de viviendas de uso turístico en los últimos años ha generado una jugosa oportunidad de negocio que las cadenas de distribución no han dudado en aprovechar. El Centro y sus aledaños, donde antes escaseaba la oferta comercial de alimentación, ahora están salpicados de supermercados urbanos: una tipología de establecimientos que se caracteriza por su pequeño tamaño, su repertorio limitado y, sobre todo, por que suelen abrir todos los días, incluidos domingos y festivos. Están pensados para facilitar compras pequeñas y de última hora: perfectos para comprar el pan y el café del desayuno, una botella de agua o una pizza para la cena. Carrefour Express y Supermercados Mas son dos de las enseñas que han apostado por este formato en Málaga. La primera de las citadas tiene ya quince establecimientos en la capital, de los cuales cinco están en el casco histórico.

¿Qué dicen las cadenas de distribución? ¿Se está reflejando el aumento de turismo extrahotelero en las ventas de los supermercados? Desde la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería, su director general, Álvaro González Zafra, habla de un crecimiento de ventas «moderado, de entre un 2 y un 3%» respecto al verano pasado. «Está siendo un verano positivo», afirma. La misma cifra refiere Sergio Cuberos, propietario de la cadena malagueña Maskom Supermercados. Ninguno de los dos se atreven a relacionar directamente este aumento de ventas con el turismo, aunque reconocen que todo ayuda.

Cuberos explica que en el caso de su cadena, los establecimientos situados en municipios costeros, como Torremolinos o Fuengirola, siempre han incrementado de forma muy notable su facturación en los meses de verano por el componente turístico. «Eso no es nuevo», afirma. Sí reconoce que el cliente no autóctono se ha vuelto también importante para varios de sus supermercados de la capital. «El que más turistas recibe, sin duda, es el del mercado de la Merced, pero también vienen muchos al de la calle Duque de Rivas, en la zona del Molinillo», afirma.

¿Qué y cómo compran los turistas? «Sobre todo, cosas para el desayuno: café, pan, leche, zumos. También muchas comidas preparadas: ensaladas, tortillas, mucho 'snack' y aperitivos, bocadillos para llevarse a la playa, fruta... También artículos de higiene personal. Luego ya depende del perfil de turista: los jóvenes normalmente son más caóticos e improvisan más: vienen un día a por una cosa, otro día a por otra... lo que les va surgiendo. Las familias hacen compras más organizadas», explica el propietario de Maskom.

Los supermercados adaptan su oferta para atraer a la clientela foránea. Desde poner cartelería en inglés hasta buscar personal con idiomas, pasando por adaptar el repertorio de productos a los gustos y necesidades de estos clientes. No es extraño encontrar 'baked beans' o las marcas de té más populares en Reino Unido, por ejemplo. Pero en este sentido, Cuberos indica que los hábitos de consumo no difieren tanto de las de la población autóctona: la apuesta por platos preparados es habitual en cada vez más hogares, estando de vacaciones o no.