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El precio de los alimentos ha subido un 17,5% en Málaga en el último año. Miguel Fernández
La subida del sueldo de los malagueños apenas cubre un tercio de la inflación

La subida del sueldo de los malagueños apenas cubre un tercio de la inflación

Los precios crecen al 8% mientras los nuevos convenios colectivos actualizan las nóminas una media del 2,53%

Jueves, 17 de noviembre 2022, 00:31

El humorista José Mota ha hecho célebre una frase que ha ido calando en las conversaciones cotidianas hasta convertirse en lugar común: «Las gallinas que entran, por las que van saliendo». La sentencia viene a defender que todo necesita una organización mínima para funcionar y puede aplicarse a casi todo en la vida, también a la economía doméstica. Lo que pasa es que, de un tiempo a esta parte, no paran de salir gallinas, pero cada vez cuesta más que entren. Y en este caso, las gallinas son los euros.

Porque el agujero negro de la subida de precios (conocida en términos económicos como inflación) se está tragando la escueta revalorización de las nóminas de los malagueños. En concreto, la subida de los sueldos de los malagueños apenas cubre un tercio de la escalada de precios en la provincia. Así, el Índice de Precios al Consumo (IPC) conocido este martes y relativo al mes de octubre deja la inflación media en Málaga en un 8% durante el último año, mientras que la subida salarial media pactada en los convenios colectivos firmados en la provincia entre enero y octubre se queda en un 2,53%. Ni multiplicando esa última cifra por tres, los sueldos llegarían al nivel de la subida de precios.

La pérdida de poder adquisitivo es mayor en Málaga que en otras provincias de Andalucía. Sólo Córdoba y Jaén presentan un mayor desfase entre sueldos y precios en el territorio andaluz. Este desfase también es más acusado en Málaga que en el conjunto del país. El dato de IPC nacional está casi un punto por debajo del provincial. Eso hace que la brecha entre salarios y sueldos sea menor en el cómputo nacional. A nivel regional, la brecha entre la subida salarial y el coste de la vida es más acusada en las comunidades del sur, con algunas excepciones. La diferencia entre salarios y precios en Andalucía duplica a la del País Vasco.

Los datos parten de las estadísticas recabadas por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y dan cuenta de la actualización que han tenido más de 220.000 malagueños en sus nóminas entre enero y octubre. Esa subida media del 2,53% para los asalariados malagueños queda lejos del incremento del 3,5% que recibirán de media los empleados públicos este año, al que sumarán otra actualización el año próximo que puede dejar esa subida en torno al 7% entre 2022 y 2023. También los pensionistas se enfrentan a un escenario diferente, con una revalorización de las pensiones que se mantiene vinculada al IPC y que puede rondar el 8,5% según los cálculos más recientes.

Así las cosas, los asalariados malagueños ven cómo su poder adquisitivo sigue menguando ante la voracidad de la inflación, que se ceba sobre todo con los alimentos básicos de la cesta de la compra, encarecidos un 17,5% durante el último año en una escalada inédita en las últimas dos décadas. Además, si los malagueños asoman un poco la cabeza para compararse con sus vecinos, tampoco encuentran mucho consuelo. Más bien todo lo contrario.

En esa misma línea, la subida salarial media en la nómina de los malagueños (2,53%) también sale poco favorecida en la comparación con el promedio andaluz (2,72%) y nacional (2,64%). Y al mirar justo el mapa nacional se aprecian los desequilibrios territoriales que vuelven a girar el tablero económico del lado norte del país. Ahí están las subidas medias en Guipúzcoa (6%), Valencia (5,26%), Lugo (4,45%) y Vizcaya (4,29%) para encabezar el listado nacional y triplicar o duplicar los registros en la provincia de Málaga. Porque aquí también conviene poner los datos en perspectiva para caer en la cuenta de que la subida salarial media en Málaga está a 3,47 puntos de distancia de la más alta del país, pero sólo a 1,11 puntos de la más baja (Palencia). Veamos en el siguiente gráfico la situación de Málaga con respecto al resto de provincias.

¿Cómo leer el gráfico? Cada punto representa una provincia de España. Cuanto más alto se sitúa el punto (provincia), más incrementa el salario en esa región. Cuanto más a la izquierda, menos incrementó el IPC anual. Por tanto, las provincias que quedan más arriba y más a la izquierda se encuentran en la mejor situación.

Con este panorama, se dibuja de nuevo en el horizonte el llamado «pacto de rentas», expresión que ha hecho fortuna entre políticos y economistas para alentar la necesidad de que los salarios se acompasen a la inflación, intentando mantener el delicado equilibrio entre el mantenimiento del poder adquisitivo de los particulares y las exigencias de liquidez y competitividad por parte de las empresas. Y aquí, de nuevo, sindicatos y empresarios tienen análisis bien distintos.

«El salario real se está perdiendo, frente al salario nominal que está ganando. Aparentemente ganas más, pero al estar la inflación por encima de esa subida, tu capacidad de compra disminuye», resume el secretario provincial de Comisiones Obreras, Fernando Cubillo. Para él, hay una frontera clara: «Los sueldos tienen que subir, mínimo, como la inflación subyacente, que es la que se mantiene más o menos estable durante todo el año. Todo lo que sea por debajo de eso, es perder poder adquisitivo». Ahora, la inflación subyacente está en el 6,2% y la inmensa mayoría de los convenios colectivos, por debajo de esa revalorización.

La afirmación de Cubillo se basa en el hecho de que la inflación subyacente se calcula sin los precios de la alimentación y de los productos energéticos como la electricidad y el gas. Se supone que estos parámetros son más sensibles a cuestiones 'externas' (ahora sería el caso de la guerra en Ucrania) y que, por tanto, la inflación subyacente ofrece un diagnóstico más fidedigno del comportamiento general de los precios.

«Los sueldos tienen que subir, mínimo, como la inflación subyacente. Todo lo que sea por debajo de eso, es perder poder adquisitivo»

Fernando Cubillo

Comisiones Obreras

«La situación es peor para aquellas personas que tienen el convenio firmado antes de 2022 y que tienen comprometidas las subidas salariales en los próximos años. Si en lugar del IPC pusieron otra cantidad menor, pierden poder adquisitivo. Este año, por ejemplo, se están firmando convenios con subidas más altas o incluso vinculadas al IPC», acota Cubillo antes de aludir al acuerdo firmado en el sector del comercio, con una subida del 4%, o en el sector de la seguridad privada, con una revalorización del 8%.

El argumento del coordinador provincial de Comisiones Obreras enlaza con la reflexión compartida por la vicepresidenta ejecutiva y secretaria general de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Natalia Sánchez, quien vaticina que la incorporación de esos nuevos convenios a las estadísticas oficiales elevará el incremento salarial medio de la provincia en los próximos meses. Hecha esta salvedad, Sánchez aboga por ese «pacto de rentas» en el que estén incluidos «todos los agentes de la actividad económica», es decir, empresas y trabajadores, pero también instituciones, empleados públicos y pensionistas, «siempre manteniendo la sensibilidad hacia los colectivos sociales más frágiles».

«Las empresas no pueden repercutir en los salarios toda la inflación, porque vienen de una situación muy delicada y perderían competitividad»

Natalia Sánchez

Confederación de Empresarios de Málaga

«Las empresas no pueden repercutir en los salarios la totalidad del impacto de la inflación, porque todavía vienen de una situación muy delicada y perderían competitividad», sostiene Sánchez, antes de advertir del posible efecto contrario que podría tener esta media al mantener la capacidad de gasto y, por extensión, evitar un 'enfriamiento' progresivo de la espiral inflacionista. Además, Sánchez reivindica que el hecho de que se sigan firmando convenios colectivos denota que el diálogo social se mantiene abierto y defiende que los acuerdos laborales que se están firmando ahora ofrecen mejores revalorizaciones que los planteados hace un año.

Bien distinto es de nuevo el análisis desde la parte sindical. Lo ilustra la secretaria de Empleo y Formación de la Unión Provincial de Málaga (UGT), Leonor Gálvez, para quien la situación es «muy preocupante». Y añade: «Aunque ha mejorado con la reforma laboral, todavía hay muchos trabajadores con contratos parciales que no tienen ingresos suficientes para hacer frente a los gastos. La cesta de la compra, las hipotecas, la energía… es un cúmulo y la forma de paliarlo es con empleos más estables y de mayor calidad».

«Si frenas los salarios, pero sigue subiendo todo lo demás, se va a parar la economía y ese parón va a afectar sobre todo a las clases más vulnerables »

Leonor Gálvez

UGT

Por eso, Gálvez corta la baraja: «No compartimos ese mantra que dice que si se suben los salarios las empresas van a tener una situación muy complicada. Si tienes dinero, ese dinero va a dinamizar la economía. Hay que apostar por subidas salariales. Si frenas los salarios, pero sigue subiendo todo lo demás, se va a parar la economía y ese parón va a afectar sobre todo a las clases más vulnerables con las rentas más bajas».

Porque, para aplicar aquella frase de José Mota, para que salgan gallinas (y euros), primero tendrán que ir entrando.

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