Málaga reúne a Pizarro y a Conthe, protagonistas de uno de los grandes enfrentamientos de la economía española

La pugna por la eléctrica los enfrentó y en el Congreso que se celebra este jueves y este viernes en la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga, Pizarro es el encargado de la inauguración y Conthe, de su clausura. Además, la intervención de Manuel Conthe, que lleva el sugerente título de '¿Tienen ombligo los consejeros?', suscita un interés especial en la ciudad, por su paso por el consejo de administración de Unicaja entre 2018 y 2022. Ésta, por tanto, es la historia, además de sobre la opa más larga jamás contada, también sobre las dos dimisiones de Manuel Conthe.

La conflictiva opa sobre Endesa comenzó el 5 de septiembre de 2005. En esa fecha, Gas Natural presentaba una oferta por el 100% de la eléctrica que valoraba a la compañía en más de 22.500 millones de euros, pero cuyo pago a los accionistas se efectuaría en un 65,5% en acciones y en un 34,5% en metálico, lo que le restaba cierto atractivo para los inversores.

El entonces presidente de Endesa, Manuel Pizarro, mostró su disconformidad con la operación y la tachó tanto de «hostil» como de «insuficiente». De entonces data la icónica imagen de Pizarro sosteniendo un ejemplar de la Constitución de 1978 ante los periodistas. Se quejaba en esa rueda de prensa de que a su compañía se le impidiera luchar «en igualdad de condiciones» frente a la oferta lanzada por la gasista.

Uno de los objetivos de los ataques de Pizarro era la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), entonces presidida por Manuel Conthe. El regulador le había remitido una carta recordándole que no podía realizar movimientos que pudieran perturbar e interferir el desarrollo de la oferta de Gas Natural, como empujar a nuevos inversores a comprar paquetes de acciones con el fin de que la operación propuesta no saliera adelante. El supervisor de los mercados se amparaba en el «deber de pasividad del consejo de administración de una compañía objeto de una opa».

La Endesa de Pizarro cuestionó el alcance de ese principio y argumentó que la CNMV se había excedido con la remisión de la carta y llegó a presentar un recurso ante la Audiencia Nacional con esas recriminaciones y más: el expresidente de la eléctrica entendía que la CNMV vulneraba su derecho a la libertad de expresión y a la tutela judicial efectiva y observaba también arbitrariedad en las prácticas de los poderes públicos.

El recurso llegó a prosperar: el tribunal suspendió la operatividad de la carta remitida por el supervisor de los mercados, si bien la CNMV afirmó que esa decisión judicial no tenía en realidad efectos prácticos, puesto que no eximía a Endesa y a su presidente de cumplir la ley.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero había aupado a Manuel Conthe, un tecnócrata sin carné del PSOE, a la presidencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en octubre del año 2004.

Las autoridades españolas habían considerado que la competencia para realizar el análisis y el visado de la operación que proponía Gas Natural sobre Endesa era suya. Pero Pizarro buscó por todos los medios involucrar a las instituciones europeas en la operación, lo que, a ojos del entonces ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, suponía la politización de la operación.

Sea como sea, las suspicacias políticas estuvieron presentes desde el primer momento. La Comunidad de Madrid que presidía Esperanza Aguirre calificó la operación comandada por Gas Natural de absolutamente política desde el minuto uno. El Partido Popular afirmó que el tripartito catalán (el Govern presidido por Pasqual Maragall con la participación del PSC, Iniciativa per Catalunya y ERC) estaba detrás de la oferta: Gas Natural tenía su sede social en Barcelona y su primer accionista era La Caixa. Endesa, mientras, tenía su sede en Madrid y Caja Madrid contaba con la participación más amplia.

Bruselas terminó considerando que las competencias sobre la operación correspondían a las autoridades españolas. El Tribunal de Defensa de la Competencia, ya en enero 2006, recomendó al Gobierno que no autorizara la oferta de Gas Natural sobre Endesa. El Tribunal de Defensa de la Competencia de la Comunidad de Madrid, a instancias del Ejecutivo regional de Aguirre, también se manifestó contrario a la opa, al considerarla contraria a la libre competencia y perjudicial para los consumidores madrileños. Con todo, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó la compra en febrero de 2006, pero a condición de que Gas Natural cumpliera con una veintena requisitos que la empresa aceptó. Como respuesta, Endesa presentó un recurso ante el Tribunal Supremo contra la decisión del Ejecutivo que no prosperó. La CNMV presidida por Conthe, por su parte, dio el visto bueno a la operación a finales de febrero.

Pero, entre medias, la eléctrica alemana E.On había lanzado una contraoferta de cuantía más atractiva para los accionistas de Endesa y, además, completamente en metálico. Fue mejor acogida por Endesa y por Pizarro y también por el Partido Popular. De ahí que desde el tripartito catalán se hablara de «catalanofobia empresarial». De hecho, circuló el eslogan huérfano de autor del «antes alemana que catalana».

La reacción del Gobierno central fue muy distinta: el presidente José Luis Rodríguez Zapatero le manifestó al propio consejero delegado de la empresa germana, Wolf Bernotat, que, en su opinión, las sociedades de sectores estratégicos, como el energético, debían mantenerse en manos españolas. El Ejecutivo puso duras condiciones a la compañía alemana para tratar de impedir que su propuesta llegara a término, cosa que las autoridades europeas le afearon. Pero la operación de E.On, que fue mejorando en términos económicos conforme fue pasando el tiempo, finalmente se aprobó, entró en periodo de aceptación, pero terminó con un sonoro fracaso, con la aceptación apenas del 6% del capital.

Pero es que habían interferido otros dos protagonistas: Acciona y Enel, que habían anunciado un acuerdo para lanzar una oferta por al menos 41 euros por acción, lo que dejaba completamente fuera de juego a E.On, que en su mejor propuesta ofrecía 40 euros por título.

Por poner en contexto la ganancia de los accionistas en apenas dos años: la primera oferta lanzada por Gas Natural había sido por valor de 21,3 euros por acción que no se pagarían enteramente en metálico. Acciona y Enel terminaron pagando 41,3 euros por cada título de Endesa.

El éxito de la oferta lanzada por Enel y Acciona -cerraron la operación en octubre de 2007 al hacerse con el control del 92% del capital de Endesa- conllevó la salida de Pizarro de la presidencia de Endesa.

Y antes de que culminara la compra ya se había saldado con la dimisión de Conthe de su cargo de presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La razón que éste adujo para tomar esa decisión fue la negativa del consejo del órgano supervisor a abrir un expediente sancionador a Enel y Acciona por anunciar, en pleno proceso de aceptación de la opa de E.On, que tenían intención de lanzar su oferta sobre Endesa por un mínimo de 41 euros, contraviniendo la normativa vigente sobre opas competidoras y también las advertencias que les había hecho a las dos compañías la propia CNMV. A juicio de Conthe, el supervisor había actuado con total corrección durante toda la historia de las opas sobre Endesa, tanto con la aprobación de la de Gas Natural, como la que luego afloró de E.On, pero erró con la de Acciona y Enel.

En las declaraciones que efectuó Conthe cuando explicó su dimisión, atacó al vicepresidente del regulador, Carlos Arenillas, a la sazón esposo de una ministra del Gobierno, Mercedes Cabrera, y también con lazos con la Oficina Económica de Moncloa. Trasluce que el desenlace de la historia de las opas sobre Endesa, el triunfo de la oferta de Acciona y Enel, fue el deseado por Moncloa, y que el regulador actuó en connivencia con ese interés.

Años más tarde, Manuel Conthe presentaba una segunda dimisión: hace prácticamente un año anunciaba su renuncia al puesto de consejero independiente en Unicaja Banco que ocupaba desde 2018, momento en que fue el fichaje estrella. Su salida hizo posible que se incorporara al consejo de administración la familia Domínguez, propietaria de la compañía textil Mayoral que, con el 8% del capital del banco, reclamaba presencia en su órgano de gobierno.

De esta manera, la renuncia de Conthe ayudó a resolver uno de los motivos de la vorágine en la que ha vivido inmersa Unicaja. Al rozar Mayoral el 8% del capital de Unicaja, superaba la participación de otros accionistas que sí tenían representación en el consejo de administración. Pero, dado que su número de miembros ya alcanzaba el máximo recomendado por la CNMV, alguien debía dejarle su hueco. La cuestión se dirimía entre alguno de los siete miembros cuyo mandato vencía en abril de 2022. Los cuatro consejeros de la Fundación Unicaja ya estaban ratificados. El quinto era el presidente, Manuel Azuaga, cuya salida no se contemplaba. Sólo quedaban dos posibilidades: los dos independientes. Conthe dio el paso. Aunque el precio a pagar, sobre todo tras la dimisión de Ana Bolado -la otra consejera independiente- que renunció también inmediatamente, era que el banco contara con menos independientes de los requeridos por la regulación y que el BCE iniciara la revisión de la gobernanza de la entidad.

Pizarro también tuvo una segunda vida después de presidir Endesa: se presentó a las elecciones generales en 2008 como número 2 en la lista del PP por Madrid. Y protagonizó un cruento debate televisivo con Pedro Solbes.