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Todos tenemos la idea de que la jubilación supondrá una merma importante de nuestros ingresos, que afectará a nuestro poder adquisitivo. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado una reciente encuesta sobre ahorro y jubilación que indica que solo una minoría «está haciendo algo para preparar financieramente» ese momento. «Se trata de un futuro incierto que preocupa», encabeza el estudio de OCU. Y es que el debate sobre el sistema de pensiones y sus garantías de futuro sigue estando de actualidad. Esta encuesta de OCU permite contrastar expectativas y realidad sobre el poder adquisitivo tras la jubilación.
En OCU han realizado una encuesta a más de 1.500 personas de entre 25 y 80 años, para conocer su percepción sobre la jubilación y las pensiones: los que aún están en activo nos cuentan sus expectativas, y los que ya se han jubilado, cuál es la realidad y qué podrían haber hecho para mejorar las cosas. Los menores de 65 asume que «sus ingresos mermarán tras la jubilación», lo cierto es que «son una minoría los que están ahorrando» con esa finalidad. ¿Por qué? Los motivos son diversos, principalmente tener otros gastos a los que hacer frente o no tener ingresos suficientes o no saber cómo hacerlo. Pero también pensar que es demasiado pronto o se es demasiado joven para hacerlo (15%) o pensar que con la pensión pública será suficiente (15%).
Los encuestados no son demasiado optimistas respecto a su pensión futura, aunque el 42% cree que el importe de su pensión le alcanzará para llegar a fin de mes, y otro 7% qye bastará con creces. La gran mayoría tiene asumido que recibirá una cantidad por debajo de su actual salario (hay un 12% que piensa que recibirá menos de la mitad). La merma de ingresos es un hecho, pero ¿en cuánto se pueden ver reducidos estos ingresos?
Por las respuestas de los que ya se han jubilado, de media, su último salario fue de 1.592 euros al mes, mientras que el importe de la pensión media actual apenas asciende a 1.201 euros al mes. Por tanto, según los resultados de la encuesta de OCU, entre el último sueldo y la primera pensión hay una pérdida media de 400 euros al mes.
Todo esto supone una clara pérdida de poder adquisitivo. Y aunque los gastos en ese momento son previsiblemente menores (casa pagada, menos gastos familiares...) también puede haber otras partidas de gasto que aumenten, lo que obligue a muchos a echar mano de sus ahorros o a apretarse el cinturón y recortar algunos gastos cotidianos. E incluso, en algunos casos, a pedir ayuda a otros para afrontar determinados gastos (así lo ha hecho el 16% de los encuestados, mientras que otro 22% no lo ha hecho aunque lo hubiera necesitado).
Entre los ya jubilados, el 90% tiene como únicos ingresos los que provienen de la pensión pública (la suya, la de su cónyuge o las dos), mientras que un 10% cuenta con otras fuentes de ingresos. Entre estas destacan el alquiler de propiedades inmobiliarias, o el capital que procede de un plan de pensiones u otro tipo de inversión. El ahorro se revela, por tanto, como la mejor opción para completar los ingresos tras la jubilación. De hecho, un buen porcentaje de los ya jubilados se arrepienten de no haber cotizado más (en el caso de los autónomos), o simplemente de no haber ahorrado algo más pensando en el futuro.
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María José Díaz Alcalá
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