Cualquier persona que se dé de alta como autónomo en 2023 estará obligada a presentar declaración de la Renta el próximo año

Así quedó reflejado en el Real Decreto-ley 13/2022, de 26 de julio, que establece el nuevo sistema de cotización por ingresos reales. Esta norma modifica el artículo 96.2 de la Ley del IRPF para establecer la obligación de declarar para todas aquellas personas físicas que, en cualquier momento del periodo impositivo, hubieran estado de alta como autónomos.

Este artículo establece los límites de ingresos, ya sea por trabajo como asalariado, por rentas de inmuebles o por actividades económicas, para estar obligado a declarar la Renta. Con la entrada en vigor de la normativa de cotización por ingresos reales se añade un último párrafo que dice que «estarán, en cualquier caso, obligadas a declarar todas aquellas personas físicas que en cualquier momento del periodo impositivo hubieran estado de alta, como trabajadores por cuenta propia, en el Régimen Especial de Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos, o en el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores del Mar».

Hasta la fecha, los autónomos, como cualquier otro contribuyente, tenían unos límites que determinaban su obligación o no de presentar la declaración anual de IRPF. En el caso de los trabajadores por cuenta propia, sólo tenían que declarar IRPF aquellos que hubieran obtenido unos beneficios (rendimientos netos) superiores a los 1.000 euros anuales.

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Susana Zamora

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ya estimó el pasado año que habría más de 200.000 trabajadores por cuenta propia que no presentaban la declaración de IRPF y que, con el nuevo sistema, pasarán a estar obligados a declarar la Renta.

Aunque muchos autónomos con bajos ingresos en este ejercicio pasarán a tener que declarar la Renta en 2024, la previsión es que paguen poco o les salga a devolver tras aplicar las deducciones disponibles, muchas de ellas autonómicas y que pueden ir desde las cantidades invertidas en el alquiler de la vivienda habitual, por nacimiento o adopción de un hijo o por inversión en creación de la empresa.