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El Banco Central Europeo ha realizado un estudio para medir el impacto ambiental de su materia prima, los billetes. Para ello, ha usado la metodología que se emplea para evaluar multitud de productos y que tiene en consideración todas las fases del proceso productivo y ... de su distribución, al tiempo que analiza todos los posibles impactos medioambientales (sobre el calentamiento global o sobre la reducción de las lluvias) y sus resultados se validan por parte de un experto independiente.
El estudio realizado por el BCE mide el impacto ambiental de que un ciudadano medio europeo pague sus compras habituales con billetes en euros durante todo un año. Y ha concluido que contamina tanto como conducir un coche durante ocho kilómetros. ¿Es mucho o es poco en comparación con el impacto que tienen otras prácticas habituales? En principio, es poco, al menos en relación con las referencias que escoge el Eurobanco: comprar 71 botellas de agua de 1,5 litros tiene el mismo impacto que conducir un coche durante 272 kilómetros; y la fabricación y 52 lavados de una camiseta de algodón -tiene que ser buena para que los aguante- tiene las mismas consecuencias en el medio ambiente que conducir 55 kilómetros en coche.
También hay que tener en cuenta que el impacto ambiental anual de un ciudadano de la Unión Europea equivale a conducir nada menos que 80.000 kilómetras, es decir, el equivalente a dos vueltas al mundo.
De acuerdo con el estudio del Banco Central Europeo que resume en un artículo Carlos González Constán, jefe de la división de relaciones con fabricantes y agentes de efectivo del Banco de España, a favor de la consideración de la sostenibilidad de los billetes de euro juega que se trata de un producto que se reutiliza muchas veces, porque se imprime para que dure mucho. Por eso, el mayor impacto ambiental de los billetes se desprende de la fase de distribución, además del consumo de energía por parte de los cajeros automáticos a través de los que habitualmente se obtiene el papel moneda: estos dos elementos explican más del 70% de la contaminación derivada del empleo de dinero en metálico.
El Eurobanco está determinado a reducir el impacto medioambiental del empleo de billetes y, a este fin, prevé usar únicamente algodón orgánico en su producción a partir del año 2027. También se trabaja en la reducción del consumo energético de los cajeros automáticos o que se alimenten con energías renovables. Y, para su transporte, los vehículos blindados se mueven cada vez con más frecuencia con tecnologías híbridas. Los billetes, además, pueden reciclarse y usarse como combustible, material aislante o materia prima para otros productos. El propio papel moneda, además, ya nace fabricado con el algodón que la industria textil ha descartado.
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