Opciones para afrontar un imprevisto económico sin recurrir a créditos al consumo que rozan la usura

Así lo advierte la OCU, que ha elaborado una guía detallada con recomendaciones que pueden sacar al desesperado consumidor del apuro.

En primer lugar está la opción de pedir un préstamo a un familiar. Es la más socorrida y puede convenir a ambas partes si se pacta algún tipo de interés. No obstante, para evitar problemas con Hacienda, se puede redactar un contrato usando los modelos de préstamo con o sin intereses y presentar tres copias, junto con el modelo 600 en la Consejería de Hacienda de la región donde viva la persona que recibe el préstamo. Éste debe declararse en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, aunque están exento de pagarlo.

En segundo lugar, se puede pedir un anticipo a la empresa. Los empleados tienen derecho a pedir la parte de la nómina correspondiente al trabajo hecho en el mes en curso, más la parte proporcional de la paga extra.

Una tercera alternativa es aprovechar las facilidades de pago que ofrecen algunos comercios. Así al comprar un electrodoméstico u ordenador se puede recurrir a la financiación propia del establecimiento, aunque desde la OCU recomiendan comparar precios, ya que si se aplaza sin coste alguno un producto de mil euros, puede que resulte más rentable comprarlo en otro por 800 al contado. En caso de necesitar pagar a plazos largos, «hay opciones con costes aceptables». En este sentido, hay comercios que no exigen intereses, pero sí otros gastos o comisiones que pueden depender del importe de la compra o de cuánto se alargue la devolución.

Con respecto a la fórmula «Compra ahora, paga después», hay comercios 'on line' que permiten a los clientes registrados posponer el pago de las compras entre 7 y 30 días, o pagarlos sin intereses ni gastos en tres o cuatro meses. «Aquí conviene estar atento porque pagar a plazos más largos con coste sí puede salir caro», alerta la OCU.

La opción de la tarjeta de crédito permite hacer compras hasta un límite que dependerá de los ingresos, pero que suele oscilar entre los 600 y los 3.000 euros. Y las posibilidades de pago van desde la ideal, que es pagarlo a fin de mes sin intereses, hasta mediante cuotas mensuales que se van recalculando según lo que se haya comprado cada mes. Según esta organización, esta última es una «mala decisión» porque los intereses suelen superar el 20% «y es fácil perder la cuenta de las compras y que se descontrole el gasto«.

Otra vía de obtener fondos sugerida por la OCU es empeñar joyas u objetos de valor en un Monte de Piedad. Este servicio implica la tasación del bien, seguida de la concesión de un préstamo equivalente al 75% de la tasación. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que estas operaciones también incurren en gastos por comisiones, lo que debe ser considerado al evaluar esta opción.

En función del gasto, también cabe la posibilidad de tener que pedir un préstamo al banco. En este caso, hay entidades que ofrecen algunos de pequeño importe y con plazos cortos de devolución. También es normal que los clientes con cierta antigüedad dispongan de algunos préstamos preconcedidos que se pueden pedir sobre la marcha. Hay otros préstamos que están vinculados al ingreso de una nómina, conocidos como anticipo de nómina. «Si está a su alcance, puede ser una buena opción, pero no lo contrate si son demasiado caros, pues puede pedir un préstamo mejor en una entidad que no le exija domiciliar una nómina».

Lo que no debe entrar nunca en los planes del consumidor es la solicitud de un microcrédito. Proliferan por Internet empresas que ofrecen créditos a plazos muy cortos, por ejemplo, 600 euros a 30 días, pero según la OCU, «informan poco o nada» del funcionamiento del préstamo y se limitan a mostrar las cuotas a pagar. «Las TAE son muy elevadas, pudiendo superar el 3.000% si el importe es pequeño y el 80% si es mayor». En este sentido, la OCU sentencia: «Huya de estos productos como de la peste».