Cada grado que se quita al aire acondicionado supone un incremento en la factura de la luz: cómo evitarlo

¿Qué es mejor, mantener el aire acondicionado a una temperatura de unos 23 o 24 grados centígrados durante más tiempo o ponerlo a 18 grados solo un rato para conseguir enfriar la estancia de manera más rápida? Expertos de la Universidad Europea aseguran que la primera opción es la más recomendable porque cada grado que se baja al aparato puede suponer un incremento de hasta un 8% en la factura de la luz.

Y no solo lo dice la Universidad Europea, sino que el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) recomienda fijar en 23 o 24 grados la temperatura del aire acondicionado para tener un uso eficiente en verano y, de paso, reducir en lo posible el impacto ambiental ya que, cuanto más bajo esté el termostaro mayor será la emisión de gases de efecto invernadero.

Otro aspecto a tener en cuenta al ajustar la temperatura es conocer los grados a los que se está en el exterior. Si la diferencia es muy grande, el aparato deberá trabajar mucho más de lo normal. Por ello, los expertos aconsejan poner el aire con una diferencia de 8 grados centígrados respecto al exterior, tanto en invierno como en verano. En verano, entre 23 y 26 grados serían suficientes, y en invierno, entre 16 y 18 grados.

Instalar un aparato eficiente. La normativa europea obliga a clasificar los aparatos de aire acondicionado, al igual que ocurre con todos los electrodomésticos, de la letra A a la G en función de su eficiencia energética. Lo ideal es elegir un aparato clasificado con la etiqueta A. La inversión inicial será más grande, pero a largo plazo se recuperará la ya que el gasto energético será menor.

Un buen aislamiento térmico. Resulta conveniente instalar en casa puertas o ventanas adecuadas y de calidad que garanticen un correcto aislamiento, y asegurarse de que estén correctamente cerradas cuando el aire acondicionado esté en funcionamiento.

Mantenimiento básico. Además de ajustar la temperatura, los expertos recomiendan ser constantes a la hora de realizar un mantenimiento básico. Desmontar y limpiar los filtros de forma regular mejora la eficiencia y prolonga la vida del aparato. Además, también resulta fundamental revisar la unidad exterior para asegurarse de que no existen obstrucciones.

Ventiladores de techo. Tampoco viene mal contar con ellos porque ayudan a distribuir el aire frío de manera uniforme y elevar unos grados la temperatura de la estancia.