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Las bolsas mundiales trataron este martes de recuperar el pulso tras la caída libre que en las últimas tres sesiones se ha llevado por delante ... 9,5 billones (trillion) de dólares -unos 9,1 billones de euros, con b- de los mercados de renta variable, según datos recopilados por Bloomberg, en una terrible ola vendedora que puede considerarse casi histórica por su rapidez y virulencia.
A solo unas horas de que los aranceles entren en vigor, el mercado se aferra a la posibilidad de las negociaciones para retomar posiciones en activos de riesgo. Y, de paso, aprovechar las fuertes caídas de algunos valores -que en los casos más intensos han llegado a superar el 20% en tres jornadas de infarto- para comprar más 'barato'.
Eso y las palabras del secretario del Tesoro de EE UU, Scott Bessent, apuntando que la Casa Blanca ha recibido la llamada de numerosos países para negociar, fue suficiente para que Wall Street abriese con un rebote del 3,5%, el mayor desde 2022. Pero el optimismo en el principal mercado internacional fue decayendo con las horas hasta incluso cerrar el día en rojo, si bien con un pequeño descenso del 0,8%.
Las bolsas del Viejo Continente recogían el guante y despedían la sesión con subidas del 2,5% para el CAC 40 de París y el DAX alemán, también ante los esfuerzos de la Comisión Europea por evitar una ruptura total con la primera potencia mundial, a pesar de tener claro que su respuesta debe ser contundente.
En España, el Ibex-35 rebotó un 2,37% en su mejor sesión desde marzo de 2023, aupado por la recuperación de IAG_y los bancos. Recuperó así los 12.000 puntos, pero el selectivo –como el resto de indicadores– aún está lejos de recuperar todo lo perdido desde el Día de la Liberación. En el caso de la bolsa española, la caída suma más de un 11%.
El intento de remontada no quita para que el vértigo vivido siga muy presente en el ánimo de los operadores. Por eso los analistas advierten de que esta mejora del tono financiero tendría más que ver con lo que en el argot se conoce como 'el rebote del gato muerto', una subida provocada por los que aprovechan las bajas valoraciones que quedan tras la corrección pero que no implica un cambio de tendencia firme.
Para eso hacen falta buenas noticias. Y los analistas no lo tienen tan claro. La directora de políticas públicas de Pimco, Libby Cantrill, consideraba que los aranceles más altos se acabarán imponiendo según lo programado. La mayor gestora del mundo avisa de que no hay que hacerse ilusiones. «Trump lleva predicando sobre aranceles más altos desde, al menos, 1987 y su equipo cree firmemente en lo que se dice», apunta. Y aunque espera algún canje de Trump, advierte que «los inversores deberían pensar más en términos de meses».
En todo caso, las recientes caídas indican que el mercado ya ha empezado a descontar, al menos en parte, el posible impacto de la guerra comercial, que aún no se ha dejado sentir en la economía real en términos de empleo o de subida de precios pero que, a medio plazo, sí influirá si se materializan todas las amenazas.
«Cada vez más malas noticias empiezan a descontarse en los mercados, tanto en términos de desaceleración económica como de impacto negativo sobre los beneficios empresariales. Creemos que surgirán oportunidades de compra, pero dada la elevada volatilidad, adoptaremos una actitud de cautela y revisaremos nuestras posiciones a diario», apuntan desde Columbia Threadneedle Investments.
No obstante, el movimiento de regreso hacia los activos de riesgo tiene su reflejo en la renta fija, que estos días ha actuado de refugio para el dinero que huía de las bolsas. Este martes los inversores vendieron bonos, provocando la caída del precio y haciendo repuntar su rentabilidad.
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