Iberdrola se centra en EE UU y Europa tras su «nacionalización» en México

En el vídeo también está presente el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, que habla durante algo más de un minuto para destacar el esfuerzo negociador que han hecho ambas partes, enfatizar que su compañía en líder mundial en renovables y para mantener su mano tendida para desarrollar proyectos empresariales que «beneficien a todos los mexicanos» y se atengan siempre a las «reglas del país».

El acuerdo, 'vendido' a los medios a través de un apretón de manos y sonrisas satisfechas, se produce tras dos largos años de rifirrafes entre el Ejecutivo e Iberdrola. Que López Obradero no es precisamente el defensor número uno de las multinacionales era de sobra conocido, como se constata en un vídeo con tintes electorales (los comicios serán a finales de año al expirar en 2023 el lustro de mandato) para 'vender' al pueblo que el Gobierno toma las riendas de un sector estratégico y que gracias a ellos no subirá la factura energética de los hogares.

Sea como fuere, la operación, que aún debe contar con el plácet de las respectivas autoridades, es un win-win de manual. Todos ganan. Lo hace AMLO al incidir en su estrategia nacionalizadora –la misma, por cierto, que defiende en España formaciones como Podemos o EH Bildu– y lo hace Galán al 'salir' del país con 5.500 millones en el bolsillo. Porque cuando se habla de nacionalizaciones, el riesgo de quedarte sin nada (sin los bienes y sin el dinero) siempre está encima de la mesa.

Respecto a la multinacional española, existe otro elemento a tener en cuenta y que ha influido a la hora de intentar cerrar un acuerdo a toda costa. De la cartera que ha formado parte de la venta, (12 ciclos combinados que suman 8.436 MW y un parque eólico de 103 MW), hay cuatro activos que suman cerca de 1.400 MW que están afectados por litigios con organismos reguladores y que se transferirán conjuntamente con los activos. El impacto negativo en caso de haberlo perdido podría rondar los 800 millones.

¿Y ahora, qué? En lo que respecta a México, Iberdrola mantiene su presencia con 1.059 MW renovables, 1.166 MW ciclos combinados, 202 MW de cogeneración y una cartera renovable de 6 GW con mayor certidumbre. Y lo hace, explican, teniendo «una relación mucho mejor que antes con el Gobierno» de Obrador.

Sin embargo, como ha explicado la multinacional en una conferencia con analistas, centrará ahora todos los esfuerzos en encontrar «oportunidades» de negocio en Europa y Estados Unidos. Y en su particular batalla del relato sobre la «nacionalización» mexicana, Iberdrola defiende que el vaso está más que lleno ya que esta operación «fortalece la rotación de capital hacia renovables, permite superar en más del 90% los objetivos de rotación de activos y alianzas en 2023-2025 (dos años antes de lo previsto), mantiene el compromiso con México, mejora los ratios financieros y acelera los objetivos de descarbonización para 2040.

A finales de mes, Ignacio Galán deberá dar explicaciones ante los accionistas y la 'salida' de México será uno de los elementos centrales de su intervención. De momento, parece haber convencido al mercado ya que sus acciones crecieron un 2% en la sesión de ayer y empujaron al Ibex 35 a cerrar en verde.