La tributación por módulos no se endurece al ceder el Gobierno

En concreto, la reforma fiscal aprobada por el Gobierno en 2015 incluyó restringir la tributación por módulos en el IRPF por considerar que era un foco de fraude. Y es que este modalidad implica que el pago del impuesto se calcula en función de parámetros como el número de empleados, el tamaño de la superficie del local o la potencia eléctrica contratada. A partir de ahí, la Agencia Tributaria estima la cantidad a abonar al fisco. Por contra, la estimación directa tiene en cuenta los ingresos y gastos generados (estimación directa).

Para limitar el uso de ese sistema y evitar abusos el departamento que dirige Cristóbal Montoro decidió en la reforma de 2015 reducir de 450.000 euros a 150.000 euros el umbral de facturación para acogerse a este sistema. Sin embargo, introdujo un periodo transitorio de dos años en el que la cantidad quedaba fijada en 250.000 euros. Y esa prórroga concluía en enero de 2018.

Sin embargo, ante la falta de nuevos Presupuestos en el que recoger ese cambio normativo y ante las protestas de las asociaciones de autónomos por una reducción que consideraban excesiva, el Gobierno decidió mantener el sistema al menos durante este ejercicio. Así lo aprobó en el último Consejo de Ministros de 2017.

Una decisión que fue aplaudida por las asociaciones de estos colectivos. En concreto, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) estimó que la medida permite mantener en este sistema de tributación a 450.000 autónomos y calificó como positiva la medida de Hacienda "frente a quien quiere acabar con los autónomos con ingresos más bajos".

Por su parte, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de España (UPTA) consideró que el mantenimiento de los umbrales actuales evitará la expulsión de 100.000 trabajadores por cuenta propia de este modelo, principalmente del sector del transporte de mercancías, con gastos asociados a la actividad como el coste del combustible.