El Congreso aplaza al lunes la votación sobre el impuesto a la banca

Dada la inestabilidad parlamentaria del Ejecutivo, este no tiene garantizado que vayan a ser aprobadas sus medidas fiscales. En todo caso, este miercoles solo se han aprobado enmiendas técnicas al impuesto a las multinacionales (que es la transposición de una directiva comunitaria) dejando para el próximo lunes la votación en la Comisión de Hacienda del resto de propuestas. Será entonces cuando se decida si se prorroga el impuesto a la banca. El PSOEacordó con el PNV suavizar este gravamen y convertirlo en un impuesto progresivo (con tipos del 1% al 6%) sobre el margen de intereses y las comisiones de las entidades, de manera que pueda ser gestionado por las haciendas forales vascas y navarra. Pero este pacto es rechazado por su socio de gobierno, Sumar, y por EH Bildu, ERC y BNG, que han presentado sus propias enmiendas defendiendo la permanencia del gravamen extraordinario a la banca, asi como sobre las energéticas, que el Gobierno ha decidido dejar que decaiga el 31 de diciembre tras el rechazo de Junts a este impuesto por si ponía en peligro las inversiones de 1.100 millones de Repsol en Tarragona. Por el contrario, Podemos no apoyará el proyecto si se intenta sacar adelante excluyendo el impuesto extraordinario a las energéticas.

Por su parte, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha puesto en duda la constitucionalidad del nuevo impuesto sobre el sector bancario y considera que es más bien una «multa» al sector por no gozar de la simpatía del Gobierno. Fedea (entre cuyos patronos están los principales bancos) señala que la «vía poco ortodoxa» de tramitación se ha hecho para evitar los informes preceptivos de los ministerios competentes y de órganos consultivos como el Consejo de Estado. En su opinión, estos informes «difícilmente podrían evitar plantear objeciones de calado a una propuesta de más que dudosa constitucionalidad».

Además del impuesto a la banca, la Comisión de Hacienda debatirá otras medidas fiscales propuestas por el Gobierno como la subida de los impuestos especiales al diésel, para equipararlo a la gasolina; el incremento de la fiscalidad sobre el tabaco y el vapeo; y la subida de un punto en el tipo impositivo de las rentas de capital superiores a 300.000 euros, que se situaría en el 29%.