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Lucas Irigoyen
Martes, 7 de mayo 2024, 19:14
Tras un 2023 con unas ventas históricas de 652 millones, Talgo sigue mostrando músculo gracias a su fuerte cartera de pedidos -más de 4.000 millones- y firma un primer trimestre de 2024 con unas ganancias de 10,4 millones de euros. Es un salto ... en los beneficios netos respecto al mismo periodo del año pasado que supone multiplicar por casi cinco los 2,5 millones de 2022.
El impulso de las entregas en Alemania, Dinamarca y también la de los polémicos trenes Avril a Renfe ha elevado las ventas que crecieron en el primer trimestre del año un 31% hasta alcanzar los 166 millones. Ha ayudado también un incremento de la actividad de fabricación y los ingresos recurrentes de los servicios de mantenimiento, una de las líneas de negocio estratégicas en los fabricantes de trenes.
Talgo ha registrado hasta marzo un ebitda -resultados antes de pagar impuestos, créditos a los bancos y amortizaciones- de 20,1 millones, con un margen de 12%. Esta cifra responde al plan de acción industrial implementado para mitigar las disrupciones en la cadena de suministro y el impacto de la inflación, que anularon el beneficio de la empresa en 2022.
«La solidez del negocio y el buen rendimiento de la ejecución de los proyectos» -señala la empresa en un comuniado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)- confirman las perspectivas establecidas para el año 2024, las cuales consideran un alto nivel de actividad y por tanto de ingresos reconocidos en el periodo, con unos márgenes ebitda estables del 11,5%«.
Son parámetros positivos a la espera de ver cómo se resuelve la OPA amistosa lanzada sobre el fabricante español de alta velocidad por Magyar Vagon el pasado mes de marzo. El grupo húngaro ha planteado una oferta, pactada con la actual dirección de Talgo y sus accionistas principales, de 617 millones por la empresa. La operación se ha convertido en la principal solución para dar salida de la empresa al fondo británico Trilantic. Es el principal accionista de Talgo y lleva dos años intentando vender su participación en la compañía.
Los húngaros ofrecen reforzar la capacidad industrial de fabricación de Talgo, actualmente al límite e incapaz de desarrollar los 4.200 millones de la cartera de pedidos. Pero a cambio se quedarían con el control de Talgo, aunque manteniendo la sede, las plantillas y la actual dirección de la empresa. El Gobierno de España no ve con buenos ojos la operación por las conexiones de Magyar Vagon con el Ejecutivo de Hungría presidido por Viktor Orban.
El consorcio industrial magiar cuenta con respaldo y financiación de su país, lo que incomoda en Moncloa que ha intentado armar una OPA alternativa. El mercado, en cambio, no ofrece candidatos y el Ejecutivo de Pedro Sánchez solo ha conseguido que Criteria -el vehículo de participaciones industriales de La Caixa- se muestre dispuesto a formar parte minoritaria de la solución, pero con un socio industrial que no termina de aparecer.
La situación ha forzado a Moncloa a contemplar la opción de buscar una alternativa con Magyar Vagon, pero dando entrada a socios nacionales, como Criteria, con presencia en el consejo y determinada capacidad de veto. El consorcio húngaro registró formalmente la solicitud de autorización al Gobierno en la Junta de Inversiones Exeriores (Jinvex), del Ministerio de Economía, el pasado 22 de marzo. Pero mientras el Ejecutivo no autorice la operación, sigue en 'stand by'.
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