![Cervezas San Miguel traslada su sede social de Cataluña a Málaga por «seguridad jurídica»](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/201710/09/media/cortadas/sanmiguel-k8FI-U40990177604KFH-624x385@Diario%20Sur.jpg)
![Cervezas San Miguel traslada su sede social de Cataluña a Málaga por «seguridad jurídica»](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/201710/09/media/cortadas/sanmiguel-k8FI-U40990177604KFH-624x385@Diario%20Sur.jpg)
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Se cuentan ya por decenas las compañías que han decidido curarse en salud ante el ‘sarampión’ independentista, trasladando su domicilio social desde Cataluña a otros lugares de España con el fin de garantizar la seguridad jurídica. Ayer, en vísperas del día en el que se considera probable que se realice una declaración unilateral de independencia en el Parlament, Cervezas San Miguel SLU se sumó a esta fuga de empresas. La sociedad, que es una de las filiales industriales del grupo cervecero madrileño Mahou y tenía su sede social en Barcelona, anunció que cambia su domicilio a Málaga como consecuencia de su «compromiso de garantizar la máxima seguridad jurídica para la compañía y sus profesionales en el desarrollo de su actividad».
La elección de Málaga por parte de Cervezas San Miguel no es fruto de la casualidad. La vinculación de esta marca cervecera con la ciudad data de 1966, cuando fundó su fábrica malagueña. Fue sólo unos pocos años después de abrir su primera factoría española, que es la de Lérida, en 1957. Hoy el centro de producción de Málaga es uno de las más importantes del grupo Mahou San Miguel, con una producción anual de 2.500.000 hectolitros de cerveza. El compromiso de la compañía con Málaga se ha traducido en inversiones que superan los 35 millones de euros en la última década y que han situado a la fábrica en vanguardia tecnológica.
A partir de ahora, Málaga será además la sede social de Cervezas San Miguel SLU, una de las sociedades dedicadas a la actividad industrial que forman parte del Grupo Mahou San Miguel. Se trata de una empresa que no comercializa bienes o servicios al consumidor final, sino que ‘trabaja’ internamente para el grupo cervecero, como propietaria de sus activos industriales de Lérida, Burgos y Málaga. Pertenece al 100% a Mahou SA, que es la cabecera del ‘holding’ y tiene sede en Madrid. Su facturación fue de casi 71 millones de euros en 2015 (último ejercicio con balances disponibles) y tiene una plantilla de 403 trabajadores. Mahou San Miguel, líder del sector cervecero en España, tiene su sede central en Madrid desde 1890, donde factura y se consolidan todas sus cuentas a través de la mencionada matriz Mahou S.A. Además, cuenta con centros de trabajo en 11 comunidades autónomas (Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, País Vasco y Principado de Asturias), que se mantendrán operativos en sus actuales ubicaciones, según confirman desde la compañía.
Esto implica que la decisión tomada por la cervecera no tendrá efectos productivos. Tampoco implicará que se traslade a Málaga el equipo directivo de la sociedad en cuestión, Cervezas San Miguel SLU. La fábrica malagueña seguirá dirigida por José Manuel Huesa y continuará con su ritmo de producción habitual. Entonces, ¿qué implica un cambio de sede social? Según explica Pedro Fernández, abogado especialista en derecho tributario y socio del bufete Garrigues en Málaga, es una decisión que las empresas catalanas están tomando ante la eventualidad de una declaración de independencia para asegurarse de que permanecen bajo el paraguas de la legislación española y europea. Pero no implica –a no ser que la compañía así lo decida– ningún cambio a efectos productivos o laborales.
Este cambio no supondrá un beneficio para la ciudad o la región a nivel de ingresos fiscales, ya que el Impuesto sobre Sociedades es un tributo estatal, recaudado y gestionado por la Agencia Tributaria dependiente del Ministerio de Hacienda, y se paga por igual con independencia de la comunidad autónoma en la que las compañías tengan su domicilio social y fiscal. Otros impuestos locales y autonómicos, como el Impuesto de Actividades Económicas o el Impuesto de Bienes Inmuebles, están más relacionados con los bienes físicos de las empresas que con su domicilio social y, por lo tanto, se pagan donde se sitúan los centros de producción.
Al hilo de la fuga de compañías catalanas, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, declaró ayer que le gustaría que no hubiera «ninguna dinámica de salida de empresas» en Cataluña, y opinó que no se debe «dar la sensación» de que desde el resto de España se trata de «luchar por atraer los componentes de la fortaleza económica» catalana. De la Torre, al ser cuestionado por la posibilidad de que Málaga intente ser candidata a sede de la Agencia Europea del Medicamento ante la situación de Barcelona, señaló: «El interés general a lo mejor no hace aconsejable ahora decir ‘quitamos esa candidatura’».
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