Waaraya, una app de soporte emocional

Se puso manos a la obra con esta idea que partía de lo sentimental y se dio cuenta de que en realidad había otra mucho más necesaria: «Estuvimos buscando posibles usuarios, en quién podía pararse a pensar a dejar un legado emocional... Y en ese grupo empezamos a tratar con personas con cáncer, con las que nos dimos cuenta de que en realidad ellos en lo que menos piensan es en la muerte. Ellos tienen más ganas de vivir que nunca y lo que necesitan a nivel emocional es poder expresar lo que sienten, compartir el proceso de la enfermedad, sentirse acompañados, relacionarse...», explica Mayte Montes.

Así fue como surgió en el mes de mayo Waaraya, la 'startup' malagueña que colabora en el apoyo emocional durante el cáncer. Iniciaron su proyecto con la aceleradora Demium y después en Andalucía Open Future, en La Farola, y ahora la idea ya está en su primer avance. La CEO de Waaraya explica así cómo funciona su 'startup': «Vimos esa serie de necesidades que no se estaba solucionando. Y giramos nuestra idea hacia lo que somos a día de hoy: una aplicación en la que el paciente con cáncer entra, se registra y tiene diferentes opciones de contactar con otras personas», comenta Mayte Montes.

La primera de ellas consiste en la búsqueda de un testimonio, otra es el momento del desahogo para los malos momentos poder hablar con alguien y, la última, la duda concreta. «Pueden ser dudas sobre efectos secundarios, ejercicios, alimentación, sexualidad, fertilidad... En la aplicación se selecciona de lo que se quiere hablar y quién quiere que le ayude», informa la CEO de Waaraya.

Pero la selección también está para el tipo de cáncer, fase de la enfermedad, edad y sexo. «En ese momento la aplicación manda una petición a todas las personas que cumplen con esos criterios. Y esa personas decide si puede ayudarla o no y, cuando acepta, se genera el chat», completa Montes. En estos momentos cuentan con 20 pacientes reales que parten desde los 29 años aproximadamente hasta los 50: «Llevan un mes y medio aproximadamente en prueba y están siendo muy participativos para definir bien lo que necesitan. Tenemos pacientes de toda España ahora mismo: Málaga, Sevilla, Granada, Madrid...», enumera la fundadora de la 'startup'.

Desde su página web (www.waaraya.com) explican las tres bases principales por las que se creó: apoyo diario y mensajes emocionales. «Encuentra personas que hayan pasado o estén pasando por el cáncer, escribe cómo te sientes cada día y registra tu estado emocional y crea mensajes especiales para comunicar tu diagnóstico a tu entorno», indican desde la web. Un vídeo emotivo acompaña esta información: '¿Cuándo fue la última vez que dijiste te quiero?', se titula. En ese contenido, voluntarios de diferentes edades accedieron a ser entrevistados sin saber la temática que se iba a tratar: «A lo mejor a mi madre...», «En mi casa de pequeños nunca nos hemos dicho te quiero», «No sé, siempre he sido así», son algunas de las respuestas que se escuchan. «Ese vídeo lo pusimos para dar a conocer la importancia de mostrar lo que sentimos y nuestras emociones», matiza Mayte Montes.

Acompañamiento integral

Cuando Mayte Montes mira hacia un futuro explica que con Waaraya quieren llegar a mucho más de lo que ahora están probando. «La idea es que incluso en un futuro puedan hacer videollamadas entre ellos. Y compartir con los profesionales. Queremos que sea un acompañamiento emocional integral, es decir, que ya no solo sea de ayuda entre los propios pacientes, sino que también puedan compartirlo con los profesionales. Para que así puedan tener recomendaciones para estas personas que se están sintiendo mal», reflexiona la CEO al explicar las próximas líneas de trabajo.

En el equipo de esta 'startup' malagueña trabajan cinco personas y aseguran que, más allá del emprendimiento y la creación, lo que les empuja es el ayudar a personas que pasan un momento complicado en sus vidas. «Ese es nuestro motor del día a día, cuando hablamos con ellos y nos agradecen que gracias a nuestra aplicación han conocido a personas que les han podido ayudar», concluye Mayte Montes.