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La oficina: ese lugar dominado por decoración anodina, luz fluorescente, pantallas y cafeína en el que los trabajadores 'de cuello blanco' (término anticuado donde los haya) pasan más tiempo que en su propia casa. Eso antes de la pandemia, claro. El 15 de marzo, la ... gran mayoría de oficinas quedaron vacías por decreto (algunas ya lo estaban semanas antes). Y casi seis meses después, muchos de estos hábitats corporativos siguen desiertos o con muy baja ocupación. Hay quienes echan de menos la oficina y todo lo que contiene: bullicio, compañeros, jefes, estrés, cotilleos... Quizá algunos añoren también lo que no contiene: vida doméstica. Otros siguen agradeciendo cada mañana no tener que pisarla.
El 27% de los asalariados andaluces (porcentaje que se eleva al 33,2% en los empleados de oficina y al 63,7% en los técnicos y profesionales científicos e intelectuales) trabajó desde casa durante el estado de alarma, según una encuesta del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA). Estos porcentajes bajaron después del confinamiento, pero no han vuelto a los niveles previos a la pandemia. El teletrabajo sigue instalado en muchas empresas. La prueba está en que en el lugar de mayor concentración de oficinas de Málaga, que es el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), tres cuartas partes de sus 20.000 trabajadores siguen trabajando desde casa, según su director general, Felipe Romera.
FELIPE ROMERA, DIRECTOR GENERAL DEL PTA
El trabajo remoto va a seguir siendo la norma en no pocas compañías, sobre todo las tecnológicas. Algunas de estas compañías con presencia en Málaga, como Google o Freepik, ya han dejado claro que seguirán así al menos hasta final de año. Otras, como Accenture o Ericsson, no especifican una fecha de vuelta y se encomiendan a la evolución de la pandemia, asegurando que no tienen prisa en la desescalada.
Sin embargo, este mes algo empieza a moverse. Hay empresas que se han marcado el inicio del curso como fecha de arranque de sus planes de retorno. «A lo largo de este mes prevemos que se vaya incorporando más gente de forma presencial», apunta Romera. Álvaro Simón, director de la mayor incubadora de empresas del PTA, Bic Euronova, coincide: «Se ha empezado a regresar en bastantes empresas, aunque no todos los trabajadores a la vez porque hacen turnos o dejan a parte de la plantilla en teletrabajo. Esperamos que cuando empiece el colegio se note más este retorno».
Opplus es, probablemente, el mayor centro de trabajo de Málaga. Con tres mil empleados en plantilla, la filial de 'backoffice' de BBVA tiene marcado el 15 de septiembre como fecha de arranque de la segunda fase de su plan de retorno. La primera fase empezó el 6 de julio, aunque en realidad fue un ensayo a pequeña escala, ya que sólo se incorporaron algunos empleados de forma voluntaria. La próxima semana empezará a volver el resto de manera escalonada. Eso sí, nunca se llegará a alcanzar el 50% del aforo de las oficinas, con el fin de garantizar que se cumple la distancia de seguridad de 1,5 metros entre empleados, según explican sus portavoces.
ANTONIO GÓMEZ-GUILLAMÓN, CEO DE AERTEC SOLUTIONS
También en el PTA, otras empresas como Aertec Solutions quieren «aumentar la presencia en la oficina» a lo largo de este mes. «Creemos que es bueno para el trabajo en equipo y la transmisión de conocimiento. Por eso vamos a dar un paso más, con un mix de presencia y teletrabajo que nos permita aumentar la presencia pero con baja densidad, de forma que podamos aplicar con comodidad todas la medidas de prevención», explica su CEO, Antonio Gómez-Guillamón.
¿Cómo va a ser la vuelta a la oficina? Hay tres adjetivos que repiten todas las empresas: segura, gradual e híbrida. Hay mucho miedo a que se produzca un contagio masivo entre empleados; de ahí que los planes de retorno se estén tomando con calma.
Los oficinistas que vuelven en septiembre tras enlazar confinamiento, teletrabajo y vacaciones van a encontrarse un lugar muy diferente al que abandonaron en marzo. Para empezar, salvo en las empresas pequeñas, no volverán a coincidir con todos sus compañeros a la vez. La mayoría de grandes compañías han establecido turnos para garantizar que haya espacio entre puestos de trabajo. Por ejemplo, en la oficina malagueña de Garrigues, que retomó el trabajo presencial una vez finalizado el estado de alarma, un día va una mitad de la plantilla y al siguiente, la otra.
Las medidas que este despacho de abogados lleva aplicando desde junio son las mismas que van a funcionar en la mayoría de empresas que vuelven a la oficina a partir de este mes. El teletrabajo no desaparece: sigue siendo muy protagonista, en combinación con el trabajo presencial. De hecho, en Garrigues hay empleados que, por su especial vulnerabilidad al virus o por problemas de conciliación, siguen sin pisar la oficina. Hay que matizar que esto no es una pauta común a todas las empresas y que la presencialidad puede ser obligatoria. Sin embargo, los expertos en recursos humanos advierten que si el retorno se impone de manera rígida y sin atender las circunstancias de los empleados en un momento tan delicado como este puede volverse en contra de la compañía, generando absentismo y conflictos laborales
Malas noticias: las charlas junto a la máquina de café tendrán que esperar a tiempos mejores. En la oficina anti-Covid, las zonas de cafetería y comedor se inhabilitan; a cambio, en algunas empresas se adapta el horario para que los empleados puedan comer en casa. En oficinas con muchos empleados, como Opplus, se escalonan los horarios de entrada y salida. Se limita el aforo en aseos y ascensores. Se instalan grifos con sensores y sistemas de apertura automática de puertas para minimizar el contacto. Cada día se limpian y desinfectan todos los puestos de trabajo, tarea que se aplica varias veces cada jornada a las zonas de paso y los objetos que más se suelen tocar, como barandillas, pomos o puertas de ascensores. Las reuniones, cuando no son por videoconferencia, tienen un número máximo de participantes en función del tamaño de la sala. Esto se garantiza, por ejemplo, quitando sillas de las salas o intercalando carteles de prohibido sentarse.
Los responsables de señalética viven días ajetreados. Los trabajadores van a encontrarse sus oficinas plagadas de líneas, flechas y señales de tráfico que buscan dirigir el tráfico de personas y evitar cruces y aglomeraciones. Dispensadores de gel hidroalcohólico y carteles recordando las medidas de higiene y prevención completan el nuevo paisaje. El uso de mascarilla es obligatorio en todos los centros de trabajo consultados.
En lo que no hay unanimidad es en la realización de test. Hay empresas como Unicaja Banco o la mencionada Garrigues que sí se los están realizando a sus empleados, pero no como medida aislada, sino como parte de un plan de vigilancia de la salud que incluye también encuestas frecuentes. Tampoco es generalizada la toma de temperatura.
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