El PTA resiste el impacto inicial del COVID-19 y ya piensa en el día después

En comparación con el huracán que ha sufrido el resto de la economía malagueña, el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) puede presumir por ahora de estar resistiendo el impacto del coronavirus. Aunque la afluencia de empleados al recinto se ha reducido visiblemente, pues sólo 2.000 de los 20.000 personas que allí trabajan están acudiendo presencialmente, la gran mayoría de empresas mantiene a su plantilla activa, sólo que en modo teletrabajo. Así lo asegura el director de la tecnópolis, Felipe Romera. «Sólo mantienen el trabajo presencial las empresas industriales», concreta.

En este sentido, hay algunas compañías que no sólo no han frenado su actividad sino que la están viendo potenciada. Es el caso de Premo, que se ha implicado en proyectos para facilitar la fabricación de respiradores o multiplicar la capacidad de realización de test PCR de detección del virus; o de Ingenia, que está incluso reforzando su plantilla con nuevas contrataciones. Los negocios que sí están cerrados, lógicamente, son los que daban servicio a los trabajadores del Parque, como las cafeterías, la guardería o el gimnasio.

Romera insiste en que por ahora no hay un impacto negativo considerable en las empresas del PTA, pero reconoce que hay preocupación, «no por lo que que está pasando este mes, sino por la incertidumbre de lo que está por llegar, ya que la situación es muy líquida y la economía es un todo: si se caen todos los demás sectores el sector tecnológico se verá afectado también».

La crisis del coronavirus ha pillado al PTA en un momento especialmente dulce, con las oficinas llenas y lista de espera de empresas interesadas en instalarse en el recinto. Romera afirma que de las compañías con las que se estaba en conversaciones –casi todas extranjeras– ninguna ha desistido, pero «lógicamente ahora está todo parado»

También está suspendido hasta que acabe el estado de alarma el proceso de licitación de los proyectos para construir, a iniciativa del propio PTA, cuatro edificios de oficinas en la fase de ampliación de la tecnópolis y dos en el campus universitario de Teatinos. «Se reanudará en cuanto la situación se normalice», asegura Romera.

Para Romera, en el nuevo mundo que va a salir de esta crisis sanitaria, económica y social va a haber «oportunidades importantes» para el sector tecnológico: la generalización del teletrabajo, los crecientes problemas de ciberseguridad y la apuesta por la I+D en el campo sanitario son algunas de ellas. El PTA, por su parte, ya está pensando en cómo posicionarse en ese nuevo escenario. «Creemos que nuestro carácter de recinto cerrado puede ser un punto a favor en esa nueva normalidad a la que vamos a tener que acostumbrarnos cuando termine el confinamiento», apunta el director del Parque, que avanza que desde la Asociación de Parques Tecnológicos y Científicos ya están pensando en medidas para hacer de estos recintos lugares «seguros frente al coronavirus».

Así, se plantean medidas como tomar la temperatura corporal a todo aquel que entre al Parque o realizar test de detección del COVID-19 a todos los trabajadores «cuando se liberalicen estas pruebas», matiza Romera. Las empresas, por su parte, están pensando ya en la separación de puestos de trabajo para establecer una mayor distancia entre personas. «Indudablemente el teletrabajo va a salir reforzado de esta crisis», añade el director de la tecnópolis, que espera ver «una verdadera apuesta por la reindustrialización y por la I+D» después de haber quedado patentes cuáles son los riesgos de deslocalizar la producción.