Málaga retoma la agenda de espectáculos

Aunque de 2022 a 2023 ha habido algún que otro cambio que algunas empresas sí que han percibido, como por ejemplo El Espejo Negro, la compañía teatral que creó en 1989 Ángel Calvente, el artista que ahora hace un análisis desde la faceta más empresarial de su trabajo. «No somos una gran compañía con 200 bolos al año, pero el pasado hicimos unos 100 aproximadamente, lo que significó que la cosa se había animado y las programaciones se activaron. Nosotros habíamos perdido en la crisis del Covid unos 60.000 euros, eso para una empresa como la nuestra es una barbaridad. Pero ahora lo que hemos notado es que en 2023 las programaciones se han paralizado por cuestiones políticas, estamos ante dos elecciones y lo hemos sufrido», detalla Calvente en su conversación con SUR. Porque, como explica el administrador de Meta Producciones Escénicas, Francisco Valero, «nuestras empresas dependen mucho de los espacios públicos y eso es algo que nos tiene este año algo más inestables».

La inestabilidad laboral. Un tema que, por desgracia, en el sector describen como una constante durante años y que aún perdura. «Nosotros sufrimos una precariedad que conlleva a la gran inestabilidad que tiene el sector», reconoce Gustavo Gordillo, fundador de Espectáculos Alameda en 2019. Algo que hace que muchos de los profesionales del sector tengan otro trabajo: «La mayoría de casos no pueden vivir solo del espectáculo porque si al final de todo lo que queda una persona se lleva 200 euros por bolo como mucho tendría que hacer casi diez al mes para tener un sueldo medio en condiciones. Y hacer tanto al mes es muy complicado», señala Francisco Valero.

Lo que sí que ha dejado de ser una constante son las nuevas formas de trabajo: contratación, gestión, infraestructuras... Así lo destacan los hermanos Rodríguez de Grupo Mundo: «Nuestro padre firmaba un contrato con un apretón de manos, tal y como lo llegó a hacer con el mismísimo Julio Iglesias. Hoy en día tenemos trabajando a profesionales de muchas disciplinas porque tienes que controlar muchos aspectos: marketing, finanzas, contratación, recursos humanos, ingeniería, infraestructuras... Es todo un mundo en el que se necesita tener una gestión muy profesional para no cometer errores», resaltan. Algo totalmente imprescincible ahora mismo en el sector: «Como no lleves una buena gestión de marketing, redes sociales y publicidad te quedas atrás. Ahora se necesita community manager, especialistas en audiovisuales y profesionales de las nuevas tecnologías para que todo llegue bien a un público que se mueve por redes sociales», valora Gustavo Gordillo.

Desde Producciones Merlín y la experiencia de su CEO, Domingo Sánchez, palpan «la revolución en las nuevas tecnologías del espectáculo y la forma de comunicar, tan diferente a la de hace años». Al recordar esos inicios le es inevitable mencionar la evolución de los puestos de trabajo: «Antes bastaba con iluminación y sonido, como mucho algo de humo. Pero ahora es que cualquier escenario lleva todo eso más pantallas led, láser, efectos especiales, contenido digital... Todo ese 'boom' ha hecho que tengamos falta de personal cualificado. Nosotros este año estamos notando que lo más difícil de contratar son los técnicos, es donde se está encareciendo más cualquier proyecto», asegura Sánchez.

Y es que esa falta de personal es algo que los empresarios achacan al 'boom' de espectáculos: «La masificación ha hecho que llegue a faltar material y personal cualificado, ha habido demasiada oferta para un sector que estaba renaciendo y no todo el mundo sirve. En la parte de infraestructura nos la hemos tenido que ingeniar para poder dar un buen servicio de escenarios y demás porque materialmente no había tiempo de montar y desmontar y en ocasiones era incluso difícil encontrar material para comprar, no sólo para alquilar. Por no hablar del coste de estos, porque como todo ha subido muchísimo al final repercute de alguna manera para que el espectáculo sea mínimamente rentable teniendo en cuenta el riesgo que asumes», confiesan Juan Antonio y Daniel Rodríguez.

Ya no sólo los materiales e infraestructuras, también en viajes, dietas y precios varios debido a la inflación. «Nos ha subido todo: gasolina, peajes, hoteles, restaurantes, luz... Nosotros, como emprersa profesional de teatro tenemos que pagar actores, actrices, las dietas... Hay producción y coproducción y, además, la distribución se hace muy complicada por toda la burocracia», concreta Ángel Calvente. Aunque mira al futuro y lo hacen de forma positiva: «Tendremos que adelantarnos y experimentar en lo virtual, metaverso e incluso la inteligencia artificial. Son retos que no son un sueño, son una realidad que vamos a tener muy presente en menos tiempo del que esperábamos; ya no es algo que nuestros hijos tengan que afrontar, nosotros vamos a tener que subirnos a ese tren», concluyen Daniel y Juan Antonio Rodríguez, de Mundo.