La crisis que atenaza al mercado de la automoción por culpa del coronavirus está lejos de resolverse y está pasando factura a la fábrica malagueña de Fujitsu, que produce componentes para fabricantes como Toyota. Fue la primera empresa malagueña que presentó un expediente de regulación ... temporal de empleo motivado por el Covid-19, a finales de febrero. Y ahora, cuando está a punto de expirar este ERTE (la fecha de finalización es el 17 de mayo), ha presentado uno nuevo que durará hasta final de año y afectará a toda su plantilla fija, formada por 350 trabajadores.
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La filosofía de este ERTE es la misma que ha regido el que todavía está en vigor: la flexibilidad. El expediente plantea un número máximo de empleados que se verán afectados y un plazo máximo de tiempo y la empresa irá modulando su aplicación en función de los pedidos que vayan llegando. «Hay clientes que no han reanudado producción y siguen retrasando la puesta en marcha de sus líneas. Tampoco tenemos datos fiables de demanda para los próximos meses, pero sabemos que los clientes que han reanudado están fabricando a menos ritmo y menos turnos», explica la directora de la planta, Blanca Hermana.
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