La figura del librero, clave para mantener a una clientela fiel

Muchos llevan años, décadas, detrás del mostrador y saben aconsejar y orientar a cualquier cliente. «Cada vez es más importante que el librero esté en el centro de la librería, de cara al cliente, por eso es importante el paso que hemos dado en la aplicación de la tecnología con el objetivo de que el librero se dedique menos a las tareas administrativas. Si un médico tiene que dedicar un 40 por ciento de su tiempo a tareas administrativas, solo puede atender al paciente un 60 por ciento», explica José Antonio Ruiz, de la librería Luces.

Esa presencia del librero es clave en la fidelización del cliente. Además, la profesión de librero es puramente vocacional y satisfactoria para la mayoría de ellos. «El cliente de una librería es el cliente perfecto, es la persona con la que te tomarías un café sin dudarlo: Gente curiosa, amable, con un grado de educación alto y una predisposición total», señala Ruiz, quien asegura que es la profesión «perfecta», salvo que no sirve para aquellos que buscan hacerse ricos.

«Hay que tener mucha experiencia, contactos y mucho amor a los libros para que esto salga adelante», explica por su parte Jesús Otaola, director de Proteo, tras 35 años como librero. Otaola presume además del compañerismo en el gremio, que les ha llevado a crear una página web común de todos los libreros de España, en la que venden sus existencias y se dan apoyo (www.todostuslibros.com). «El gremio de libreros de España es un ejemplo para Europa entera», asegura, aunque también reconoce que existe intrusismo en la profesión.

«Hay intrusismo incluso dentro de nuestro propio sector, con distribuidores que en vez de vender a las librerías, venden directamente al lector o ganan concursos públicos. Para presentarse a un concurso público hay que tener márgenes de beneficio y los distribuidores los tienen, por lo que pueden hacerlo con más ventaja que nosotros», apunta.