¿Qué pasa con mi familia si no hago testamento?

En muchos casos es por desconocimiento, al fin y al cabo la casuística legal es amplia y, por eso, es importante ver las circunstancias concretas de cada caso, pero si fallece uno de los dos miembros del matrimonio, cuando hay hijos, el cónyuge que continúa vivo recibe una pequeña parte de la herencia si no hay testamento. ¿Por qué? Porque en ese caso heredan, por orden, los descendientes o los ascendientes.

Vamos a verlo con un ejemplo, José y María, de 50 años, con dos hijos, Ana de 21 y Pedro de 18. Tienen una vivienda habitual valorada en 600.000 euros, y una segunda en 300.000 euros. Todavía tienen pendiente 200.000 euros de la hipoteca. Tienen un patrimonio financiero de 200.000 euros. El valor total de su patrimonio (neto) es de 900.000 euros. Si fallece José sin testamento, María tendría su mitad del patrimonio y el usufructo del tercio de mejora (58.500 euros).

Pero si hace testamento, José tiene otras opciones para que la situación financiera de María sea mejor. Puede dejarle en testamento el usufructo universal del 100% del patrimonio (175.500 euros) o dejarle el tercio de libre disposición más el usufructo del tercio de mejora (208.500 euros). Como vemos, la situación cambia mucho. Qué y cuánto podemos dejar a nuestro cónyuge no depende solo de nosotros y no es algo intuitivo.

No tomar decisiones con tiempo podría provocar que quedase nuestro cónyuge en una situación económica más frágil de lo que deseamos, o generar conflictos entre hermanos por intereses económicos contrapuestos. Por eso, la planificación sucesoria es tan importante.

Los imprevistos ocurren, y plantearnos hoy qué querríamos para ellos si faltáramos nos permite controlar la gestión de nuestro patrimonio a largo plazo, adelantar decisiones y evitarles problemas.