

Secciones
Servicios
Destacamos
Ezequiel Navarro (Málaga, 1974) empezó como becario en Premo hace casi 25 años y hoy es su consejero delegado. Por el camino, ... este ingeniero industrial formado en la UMA ha contribuido decisivamente a hacer de la compañía lo que es hoy: una multinacional líder de su sector (aplicaciones de magnetismo en la electrónica) con fábricas en varios países, 1.500 empleados y un potente centro de I+D en Málaga. Navarro preside además el recientemente creado club de empresarios y directivos del PTA, Málaga TechPark Execs, que reúne a los responsables de medio centenar de empresas: desde multinacionales como Oracle o Accenture a compañías y 'startups' locales.
–¿Cómo y por qué surge la iniciativa de reunir a los directivos y empresarios de las principales empresas del PTA?
–Los directivos llevábamos tiempo hablando con Felipe [Romera, el director de la tecnópolis] de que necesitamos poner los intereses empresariales fuera de la pelea política. Málaga es una isla con mucha colaboración público-privada y con colaboración entre instituciones de distinto signo político. Un ejemplo es el PTA, donde durante mucho tiempo el Ayuntamiento ha sido del PP y la Junta del PSOE, y a pesar de eso ha habido espíritu de suma. Queremos proteger eso y pensamos que sumar la voz de los empresarios puede ayudar a mantener el consenso y trabajar a 30 años vista. Hubo gente visionaria cuando Málaga era una ciudad que no se parecía en nada a la de ahora que pensó el Parque a 30 años vista. Y entre los que lo pensaron, los que lo ejecutaron, los que lo han gestionado y los que nos hemos instalado allí hemos conseguido ejecutar esa visión. Ahora debemos diseñar una nueva visión del Parque a 30 años.
—¿Cómo creen los empresarios que debe ser ese Parque de dentro de tres décadas?
–Lo tenemos clarísimo: más internacionalización, más trabajo en equipo, más ecosistema, más plataformas, más digitalización, más innovación. Tenemos que hacer que el Parque no sea sólo un lugar donde estén las cosas; que sea no sólo un espacio físico, sino lógico, cultural, relacional; un ecosistema de innovación que impregne un territorio mucho más amplio.
–¿Y cuál es la estrategia a seguir para llegar a esa meta?
–Hace 30 años se pensaba en infraestructuras físicas: espacios, terrenos, carreteras. Hoy tenemos que pensar en infraestructuras lógicas o digitales. Tenemos que pensar en un parque con 5G, con 6G, con conectividad de satélites de baja órbita, con capacidades de desarrollo de computación con inteligencia artificial, con conexiones de ultraalta capacidad de comunicaciones. Tenemos que pensar en una transferencia tecnológica del siglo XXI, que se tiene que montar a través de OPPI (Organismos Público-Privados de Investigación) gestionados por las empresas. Si no ponemos la innovación al servicio del mercado y las empresas no podremos competir a nivel mundial.
–En este momento en el que el teletrabajo ha adquirido tanto protagonismo y en el que incluso se cuestiona el futuro de las oficinas, ¿hay que seguir pensando en un PTA con 40.000 empleados yendo cada día a trabajar, que era el plan para dentro de 20 años?
–Mira, en Premo en este momento hay trabajando 1.500 personas. No están físicamente en Málaga [en el centro de I+D del PTA hay 50 empleados], pero están conectadas como tú y como yo [esta entrevista se desarrolla por videollamada entre Málaga y Barcelona, donde reside Navarro], trabajando en desarrollos de innovación conjunta, generando patentes que se registran en Málaga. Todas son empleados de Premo. ¿Qué quiero decir con esto? Que lo que hay que conseguir es que en el Parque haya muchas sedes de empresas; si puede ser, de empresas españolas, y si son malagueñas, mejor todavía, porque esas son las que no se van. Si te va bien, creces y si te va mal, te repliegas, pero de donde nunca te vas a ir es de tu sede.
–En los últimos años las empresas que han impulsado el fuerte crecimiento del PTA en términos de empleo han sido multinacionales como Accenture, Oracle, Ericsson, Ciklum... ¿Está diciendo que hay que apostar por otro tipo de compañías?
–El concepto por el que yo apostaría es el de campeones mundiales de nicho: empresas que son líderes mundiales en mercados muy especializados. Alemania es el modelo a seguir en esto y, después, a nivel europeo, le sigue el cluster de Euskadi. En el País Vasco hay una cantidad enorme de campeones mundiales de nicho. Son empresas que exportan un 96% ó un 97% de su producción, que pagan salarios que son un 40% o 50% mejores que las de su entorno; son empresas más resilientes a una crisis porque están más internacionalizadas y diversificadas. Ejemplos hay muchos: Irizar, Orbea, Ikusi... Son empresas que hacen una cosa o muy pocas cosas muy bien y eso les permite ser líderes mundiales de su nicho, estar a la vanguardia de la tecnología, hacer más patentes… El País Vasco tiene una estrategia muy clara: saben que apoyando a sus campeones mundiales de nicho desarrollan todo su tejido productivo y hacen que sea más resiliente, que cree más valor añadido, que se retenga más talento... Y ellos también hacen mejor la transferencia tecnológica porque tienen un solo centro tecnológico muy potente, Teknalia. Ese modelo es un modelo que funciona, ¿por qué no hacerlo aquí?
–Supongo que será difícil convencer a los gobernantes de esto. Es más rentable políticamente 'vender' que viene una multinacional a crear mil puestos de trabajo...
–¿Te recuerdo todas las multinacionales que llegaron y se fueron del PTA? Si las empresas vienen atraídas por atractivos efímeros, cuando desaparece la motivación pueden irse. Cuando te apoyas en cosas más fuertes, como tener gente muy bien formada y un tejido empresarial innovador y capaz, tienes un atractivo mucho más sólido. Busquemos algo parecido a lo que tiene Alemania, el Mittelstand: un tejido muy tupido de empresas medianas muy sólidas e innovadoras, muchas de ellas familiares. Nosotros aquí jugamos al 'manguerazo': que venga General Motors, monte una fábrica y nos salve. Pero nadie nos salvará: sólo nos salvaremos nosotros. Y para eso hay que construir a largo plazo. Claro que las estrategias a largo plazo no cuadran con el criterio político, que tiene un plazo de cuatro años... o menos.
–¿Málaga tiene mimbres para tejer ese 'Mittlestand'?
–Aquí tenemos empresas magníficas. Y las noticias de operaciones como las que protagonizaron Virustotal, Freepik o nosotros [Premo cuenta en su accionariado con el fondo soberano de Bahrein] genera un efecto llamada; hay otros que descubren que aquí hay ecosistema, talento, una Universidad... Y una cosa muy importante: el carácter empresarial y pragmático de los malagueños. Aquí no estamos regidos por la estética. No preguntamos a nadie si es de la Macarena, del Betis o del Sevilla para hacer negocios. Preguntamos si quieren cazar el mismo ratón que nosotros, no miramos el color del gato, como decía Deng Xiaoping [el que fuera secretario general del Partido Comunista de China].
–¿Les preocupa a los empresarios del sector tecnológico que el talento pueda escasear en un futuro cercano en Málaga?
–El talento no nos preocupa, nos ocupa. Probablemente el talento sea lo mejor que tiene Málaga, junto con sus condiciones medioambientales. Ojalá tuviéramos además lo que tiene Silicon Valley de entorno empresarial y tejido inversor, aunque eso si hay buenos proyectos irá viniendo. En cuanto al talento: tenemos que enseñar a la gente nuevos conocimientos para resolver problemas que ahora mismo no existen, así que se selecciona al personal por lo que llamamos 'soft skills' (habilidades 'blandas'). La primera de esas habilidades es la curiosidad: la gente tiene que tener permanentemente ganas de aprender. Y las siguientes en importancia son las capacidades de comunicación, de relación, de liderazgo. ¿Significa esto que no tienes que saber matemáticas, ciencia básica, física? No: tienes que saber más que nunca. Pero tienes que pensar que eso tiene que servir para un producto que el cliente lo quiere para ayer. Y necesitamos que esa velocidad no sea interpretada como una tiranía sino como una oportunidad de estar permanentemente en forma.
–¿El problema de movilidad del PTA puede considerarse solucionado o sólo está camuflado por la menor afluencia de trabajadores?
–La situación ha mejorado mucho desde que se ha ampliado el acceso. Costó mucho que se hiciera, se hizo tarde y ahora parece que no se necesitaba. Pero el Covid pasará y eso es una infraestructura que hacía falta y volverá a hacer falta. Yo he tenido clientes y consejeros que han venido a Málaga y han perdido el avión. Y por cierto, todavía nos falta el acceso al aeropuerto; eso sigue siendo vital porque hay gente que viene sólo a una reunión y esa reunión puede ser tan importante que si no llegas pierdes una inversión, un cliente o un negocio
–¿Ve alguna carencia más en términos de infraestructuras?
–Tenemos que ser capaces de invertir en infraestructuras lógicas y tecnológicas tanto como en carreteras o edificios. Para los administradores públicos es muy fácil invertir en una carretera porque es algo que se ve. Pero hay cosas que no se ven y son tan importantes o más: capacidad de proceso de datos, infraestructuras para vehículos conectados y eléctricos... Lo que no puede ser es que estemos hablando de ir a la vanguardia en esto del coche del futuro y que falten puntos de carga.
–Resuma las principales demandas de las empresas del PTA a la Administración.
–La primera es más democracia y menos burocracia. Tenemos que ser capaces de hacer las cosas de una manera muchísimo más ágil, Y que podamos participar en determinados procesos, porque de repente nos cae encima un plan de incentivos que no sabemos cómo se ha decidido y que define una serie de prioridades y exigencias que no se ajustan a la realidad de las empresas. Lo que queremos es la mínima regulación posible y la mayor velocidad en los trámites. A nivel Parque, tenemos que integrar más la colaboración público-privada. En ese sentido, vuelvo al modelo vasco: allí van de la mano las diputaciones forales, los ayuntamientos de las mayores ciudades, la Universidad (que solo tienen una), el Ministerio de Industria, gobierno vasco, las empresas y la Kutxa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.