La economía azul confirma su pujanza en Málaga

El clúster estima que hay unas 700 empresas en la provincia dedicadas de una u otra manera a la economía que surge del mar. La cifra que aporta la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía es muy superior: habla de 12.327 empresas vinculadas a la economía azul en Málaga. La diferencia estriba en que este cálculo se incluyen las empresas turísticas, que son nada menos que 11.287. El gobierno andaluz también tiene identificadas 762 compañías de recursos marinos vivos; 182 de logística, puertos y transporte marítimo de mercancías; 95 de industria de construcción naval e industria auxiliar, y una de recursos marinos no vivos. Entre todas suman más de 44.000 empleos.

Los directivos de algunas de las empresas de este ramo de Málaga coinciden en que se trata de un sector estratégico y que sus posibilidades de crecimiento son enormes. «El dinero invertido en la economía azul se multiplica más en el mar que en tierra. Antes todo el mundo estaba de espaldas al mar y no se veía todo el negocio que conlleva algo como una comunidad portuaria», asegura Adrián Westendorp, vicepresidente del CMMA y CEO de Alnasur, una empresa que cuenta con sus propios barcos de trabajo para apoyo a tanto a investigación, como a obra marítima. Esta compañía malagueña juega un papel fundamental en el desarrollo de la economía azul de la provincia porque, además de contar con un buque de 26 metros de eslora para balizamiento de costa, la colocación de boyas oceanográficas o trabajo de buceo profesional, está especializada en la limpieza de playas y puertos con barcos más pequeños de anticontaminación.

El 'turismo azul' es hoy esencial en la economía malagueña, con su quíntuple vertiente: la gastronomía azul, el turismo costero o de litoral, el turismo náutico, el de cruceros y el de buceo, sin olvidar lo que implica para el PIB de la provincia el puerto de Málaga.

El consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, y portavoz del Gobierno, Ramón Fernández-Pacheco, destacó recientemente en Cádiz que la economía azul es un sector que aporta ya el 11,09% del PIB andaluz durante su intervención en el II Foro de Sostenibilidad Tribuna de Andalucía, algo que Noriega ve lógico, por el papel que ocupa el mar en el territorio.

«El crecimiento en Andalucía ha sido exponencial, sostenido y sigue teniendo un amplio margen de expansión en los próximos años. En el clúster fuimos pioneros en recordar que el crecimiento azul tiene componentes de innovación, tecnología y sostenibilidad, por lo que es un segmento absolutamente disruptivo que crea oportunidades prácticamente todos los días para los andaluces», señala Noriega, quien reitera que, con la creación de una consejería específica para la economía azul, se ha dado un paso de gigante, al unificar bajo un mismo departamento todas las políticas relacionadas conlos mares y océanos.

Málaga es una de las grandes potencias 'azules' de Andalucía renovando el paradigma turístico. «Cuando nosotros empezamos hace más de 27 años el turismo náutico era de élite, ahora cualquier persona pueda contratar nuestra actividad, ya sea a modo de transporte o para vivir un avistamiento de delfines, nos ha influido la consolidación de la economía azul, sobre todo, por ser una empresa que hace turismo responsable, ya que es una demanda de nuestros touroperadores», cuenta Verania Medina, la directora de ventas, calidad y marketing de Costasol Cruceros, que celebra su renovación por novena vez de la Bandera Azul, un reconocimiento de sostenibilidad internacional.

Hace 17 años, Pedro Mayorga, el presidente de Enerocean, empezó su andadura en la provincia cuando aún no existía el término de economía azul. «En 2007, empezamos a mirar al mar buscando qué opciones había de utilizar tecnologías de explotación de la energía de las olas y de la energía de las corrientes marinas», señala Mayorga, quien reconoce el papel líder en el desarrollo tecnológico que la provincia ocupa a nivel internacional en el asentamiento de la economía azul, aunque «aún falta mucho por hacer y definir a nivel nacional, ya que España lleva mucho tiempo viendo cómo definir qué normativa se va a aplicar», asegura el presidente de la que fue la primera empresa del mundo en instalar una plataforma flotante eólica con doble turbina en el mar, concretamente el prototipo W2Power en Gran Canaria.

La arqueóloga de Nerea Arqueología Subacuática, Verónica Navarrete, apunta que no se puede olvidar que Málaga vive de cara al mar y que hay que mirar más allá del sol y la playa. «La arquitectura subacuática está menos explotada, pero muchos yacimientos tienen mucho valor económico la relación del mar con la tierra», añade. Por su parte, Pedro Argüello, el gerente comercial de Marine Visión, dedicada a robótica submarina, señala cómo desde su entidad viven la consolidación de la economía azul en la provincia como una evolución, ya que se ha globalizado el término, a pesar de que esa economía sumergida ha existido siempre.