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La conciliación laboral y familiar es todavía hoy la asignatura pendiente en las empresas de Málaga y en las de todo el país. Un tema que genera mucho debate pero que tiene a una principal perjudicada: la mujer. Son ellas quienes tienen el mayor índice ... de contratos a tiempo parcial, son ellas quienes más solicitan la reducción de jornada y por tanto, de salario y son ellas quienes incluso renuncian al mercado laboral.
En los últimos años se han dado pasos en materia de conciliación, pero no los suficientes. Sindicatos, empresarios y asociaciones de madres coinciden: hace falta un gran cambio, una «transformación social» y laboral, una nueva mentalidad a todos los niveles: desde lo público a lo privado, pasando por la cultura y la formación para avanzar por un lado en la corresponsabilidad a la hora de asumir cuidados y tareas domésticas y por otro, para implementar medidas que de verdad favorezcan un desarrollo laboral sin renunciar a las necesidades personales.
«El mayor avance que hemos tenido ha sido la equiparación del derecho de maternidad y paternidad, con un permiso de 16 semanas por nacimiento, igual para ambos géneros e intransferible», destaca la secretaria de Formación y Empleo de UGT Málaga, Luisa Domínguez Ruiz, quien aún así apunta a «una brecha de género» en el mercado laboral con un paro 20 puntos mayor entre las mujeres respecto a los hombres.
Domínguez echa mano de los datos recogidos en el informe sobre el Reparto de los Cuidados en Andalucía, elaborado en 2022, y señala que un 79% por ciento de mujeres hace uso del permiso de maternidad, frente al 46% de los hombres que disfruta el de paternidad.
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La jornada reducida la solicitan un 77 por ciento de mujeres frente al 23% de hombres. De igual forma, las mujeres que han optado por una excedencia representan el 87,2% frente al 12,8% de hombres.
«Ser madre tiene un coste muy alto para las trabajadoras, no solo por el salario real que se deja de percibir, sino también por los tiempos de cotización perdidos y la falta de estabilidad y promoción en sus puestos», afirma la responsable de UGT, quien apunta a la importancia de la implantación de planes de igualdad en las empresas porque «inciden en detectar las discriminaciones y en tomar medidas al respecto».
Para ello considera que es necesaria una «disposición empresarial», pero «hemos detectado que las empresas siguen relacionando la conciliación con el absentismo y se concibe a las mujeres como menos rentables, con menos disponibilidad». Es más, señala que cuando negocian los convenios «las medidas de conciliación suelen ser las más complicadas de negociar». «Hemos avanzado, pero queda mucho camino por recorrer», asegura y no solo mira a los empresarios, también a la administración pública y a la necesidad de cambios a nivel legislativo: «Es algo en lo que tenemos que trabajar todos».
Desde Comisiones Obreras, la secretaria de Igualdad en Málaga, María José Prados, aporta un dato significativo: «En nuestro servicio de atención a la mujer llevamos hasta julio de este año 113 consultas relacionadas con los derechos de conciliación, en muchos se llega a acuerdos con la empresa, pero otros terminan en demandas judiciales. Este número de consultas es el más alto de todas las provincias andaluzas».
Prados defiende el impulso de «políticas y medidas progresistas» que potencien un cambio social necesario en este tema. «Ya nadie se imagina entrar a un restaurante y ver a la gente fumando, eso ha sido gracias a la ley que prohibió el tabaco en estos espacios y que generó mucha polémica en su momento, pero que vino a mejorar la vida de las personas. Pues con las medidas de conciliación pasa algo parecido, ya cuesta cada vez más encontrar a un padre que no disfrute de las 16 semanas de cuidados de su menor. También estos cambios normativos han empujado a las empresas a considerar que la conciliación y la corresponsabilidad es un asunto de su responsabilidad».
Natalia Sánchez es la vicepresidenta de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM). Explica que su organización está ahora mismo inmersa en el proyecto 'Corresponsables en la conciliación', un programa impulsado por el Ayuntamiento de Málaga con fondos europeos y en el que los empresarios han participado a través de diferentes fórmulas. Una de las más interesantes ha sido la elaboración de un cuestionario para todas las empresas en el que se les pregunta por sus buenas prácticas en materia de conciliación. Con esos datos recogidos han elaborado una guía didáctica y un modelo de plan de conciliación, que se ha hecho llegar a todas las empresas para que puedan adaptar medidas y buenas prácticas, en función de su tamaño y a su voluntad.
¿Cuáles son las medidas que se pueden implantar en una empresa para favorecer la conciliación? Una de las más importantes tiene que ver con el horario laboral, también el teletrabajo puede ayudar, pero sobre todo es importante la flexibilidad. «Hay que escuchar activamente las necesidades de las personas y ponerlas en el centro. Entender que no hay una fórmula única. La flexibilidad es la clave y es lo que ayudaría a frenar la renuncia de las madres, las grandes perjudicadas en esta falta de conciliación», defiende la presidenta de la asociación Yo No Renuncio, Laura Baena.
«En Málaga tenemos empresas de muy distinto perfil, las hay que tienen certificada su labor en conciliación y que son pioneras, como el grupo Peñarroya. Hay otras, las más grandes, que articulan bien las medidas a través de un potente departamento de recursos humanos, pero también hay empresas más pequeñas que simplemente quieren facilitar la vida a sus trabajadores y tener contenta a su gente», afirma la vicepresidenta de la CEM.
Aún así, reconoce que «hemos avanzado mucho en la inserción laboral de la mujer, pero aún hay retos por delante, como el acceso a los puestos directivos», lo que, según sus palabras, podría conseguirse con una mayor apuesta por la conciliación.
«Es cierto que la empresa y su ejercicio va más allá de la mera actividad económica, somos impulsores de cambios en la sociedad, por eso nos vemos implicados, pero la empresa sola no puede llevar a cabo esos cambios, este tema necesita un cambio de cultura social que debemos abordar entre todos», asegura.
Desde la Asociación 'Yo No Renuncio', una entidad sin ánimo de lucro impulsada por el Club de Malasmadres para luchar por una conciliación real, su presidenta, la malagueña Laura Baena, reclama «una transformación del sistema laboral, que afecta no solo al trabajo sino a toda la sociedad». Baena asegura que hoy en día la relación entre la vida y el trabajo no funciona y «tiene los días contados».
«Las nuevas generaciones no están dispuestas a vivir para trabajar, las empresas que quieren captar y retener talento tienen que entender que la flexibilidad laboral, el trabajo por objetivos y equipos más humanos son claves a las que ya no pueden dar la espalda». El problema, a su criterio, es que de esto se dan cuenta solo las grandes empresas, que miden cómo la productividad y efectividad aumenta cuando se invierte en conciliación y que además tienen una responsabilidad social que les obliga a ser ejemplo. «Pero el tejido empresarial en España, Andalucía y Málaga está formado por pymes en su mayoría y para esto hace falta: cambio de mentalidad empresarial, otro tipo de liderazgo, implicación y apoyo de los gobiernos y cambiar estructuras sociales, como los horarios comerciales. Queremos ser Europa pero mantenemos dinámicas insostenibles con la calidad de vida, el tiempo propio y el autocuidado».
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