Cuando la calima se convierte en oportunidad para emprender

Se les encendió la bombilla cuando observaron un incremento en la demanda de servicios de limpieza de fachadas. «Empezamos a darle vueltas a cómo podíamos darle solución a aquello. Sabíamos de drones, podíamos hacer un desarrollo I+D y llegar a un modelo de servicio en el que hemos sabido ser una alternativa, que no un reemplazo, a los trabajos de altura, que nació para una necesidad de nicho, pero que tiene muchos modelos de utilidad», explica y añade Bountolos sobre el nacimiento del proyecto.

Estos drones de limpieza aérea proyectan agua a presión gracias a una hidrolimpiadora, a la que se le añaden diferentes soluciones jabonosas según la superficie, que son todas biodegradables. Entre sus ventajas, señalan los socios, ofrecen un servicio más rápido y efectivo (llegando a ser de cinco a diez veces más veloz que los métodos tradicionales) y ocasionan un menor impacto ambiental, además de aumentar la seguridad del personal e incrementar la precisión y control gracias a la tecnología que les permite acceder a zonas de difícil alcance.

Empresa malagueña, están establecidos en el Soho. Son una startup de la compañía Bluesouth Drone Technologies, que cuenta con casi nueve años de experiencia proporcionando servicios de ingeniería civil, entre los que destacan la fotogrametría, los modelos 3D, el seguimiento de obras, las inspecciones técnicas y el timelapse.

Se dieron cuenta, cuando empezaron a trabajar en esta idea, de que podían ser pioneros en España. «Al principio no encontramos información ninguna, sólo algunas páginas web extranjeras que ofrecían sistemas parecidos». Sondearon diferentes opciones antes de lanzarse a emprender su propia solución, aunque para ello tuvieran que hacer frente a una ardua tarea de I+D que duraría algo más de un año. El trabajo dio sus frutos: se convirtieron en la primera empresa en ofrecer este servicio dentro de nuestras fronteras, siempre cumpliendo la estricta legislación asociada al uso de drones en entornos urbanos. «Lo difícil no es volar, es hacerlo dentro de la ley», asegura Josele Bernabé. No obstante, expresa que le gustaría que el sector contara con más competencia. Y así lo explica: «Eso significaría que habría más clientes potenciales que conocerían el sistema, y cuanta más competencia haya, más sano será para el mercado. Habría más negocio y más beneficio. Ya existen un par de empresas que están desarrollando proyectos parecidos en España».

Hoy por hoy, manifiestan, están incursos con varias empresas de servicios a escala nacional de primer nivel, así como con trabajos a clientes particulares. CleanFly, además, está centrado en formar e integrar dentro del proyecto a grandes profesionales, y en ese camino ha encontrado a Paulino Dueñas, un joven malagueño emprendedor que trabaja codo con codo con ellos para crecer dentro del sector de los drones.

En fase de inversión societaria y pensando en acometer una ronda de inversión para permitir el escalado de la solución, así como varios desarrollos de mejora I+D, esperan cerrar este año en torno a los 100.000 o 150.000 euros de facturación. Y después, la fase de monetización. Auguran un futuro a mayores y lleno de buenas perspectivas. «Creemos que la normativa por fin va a estabilizarse y vamos a evolucionar técnicamente, esto no ha hecho nada más que comenzar».