Arqueología o cómo construir y avanzar sin dañar el patrimonio

Astarté es un estudio malagueño que lleva cerca de dos décadas trabajando por todo el país, tanto para administraciones públicas como para iniciativas privadas

Lunes, 1 de julio 2024, 02:00

Hace casi dos décadas que David Gestoso y José Ignacio López montaron el estudio de arqueología malagueño Astarté. Ambos licenciados en Historia y especializados en Arqueología decidieron «tirarse al barro» y emprender a comienzos del año 2006, en una Málaga que no paraba de crecer ... porque la arqueología, al igual que otras actividades económicas, también depende de «coyunturas que no podemos controlar». De manera que «si se siguen haciendo casas, urbanizaciones y carreteras los arqueólogos seguiremos haciendo nuestro trabajo».

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Porque aunque la arqueología es una profesión de lo más cinematográfica, Gestoso, que lleva toda la vida en esto, deja claro que «no todo son hallazgos» y que básicamente para avanzar en esta profesión «te tiene que gustar mucho» y hay que estar dispuesto a pasar buena parte de tu jornada laboral en el campo.

«Mi socio y yo llevábamos ya unos años trabajando sobre el terreno, junto a profesionales con más experiencia. En aquellos años no existían los grados de Arqueología como hay ahora, la especialización se conseguía echándote al campo: lavábamos la cerámica, documentábamos.... Ambos coincidimos en la misma empresa y cuando nos vimos capacitados decidimos dar el salto y crear la nuestra», explica David Gestoso. Para ellos los primeros años fueron muy buenos, desde el primer momento consiguieron proyectos relevantes y fueron avanzando. Pero entre 2013 y 2014, como a todos, la crisis les golpeó de lleno. «Aguantamos con mucho esfuerzo, fue un periodo muy feo de nuestras carreras, pero gracias a que aguantamos nuestro nombre siguió sonando, fuimos consiguiendo prestigio y hoy en día hemos crecido considerablemente», reconoce el socio fundador.

«Mientras se sigan haciendo carreteras y urbanizaciones seguiremos trabajando bien»

Ahora la empresa tiene a siete personas contratadas y trabaja en proyectos por toda España. En estos momentos tienen proyectos en marcha en Huelva, Cádiz y Málaga.

En este último caso, en concreto, en Antequera. «Abarcamos todas las áreas: desde prospecciones, control de movimiento de tierras, sondeos, excavaciones...», detalla Gestoso, quien asegura que su empresa puede ser contratada tanto por una administración pública, como los ayuntamientos o las comunidades autónomas, como por promotores privados, industrias o por las empresas que implantan plantas fotovoltaicas. Esta última es una de las actividades que últimamente más involucra a los arqueólogos.

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«Estamos hablando de infraestructuras que abarcan entre 150 o 200 hectáreas de terreno, si a eso le sumamos que en Andalucía si pinchas en cualquier sitio sabes que puede haber un yacimiento, es muy normal que cuando se plantea una planta fotovoltaica se cuente con que aparezcan restos». Según detalla Gestoso, todo esto es algo que ya está regulado y recogido en los PGOU de los municipios y que los promotores saben de antemano cuándo deben de contar con los servicios de arqueología.

Por ello, según asegura, en cada intervención suele haber un gran respeto por la actividad que realiza Astarté como estudio especializado. «Es cierto que el promotor tiene una posición complicada ante el hallazgo de restos porque no recibe ayuda, tiene que pagar sí o sí de su propio bolsillo y no recibe ningún beneficio, pero en toda mi trayectoria nunca un promotor me ha puesto en una situación incómoda, de pedirme que no hiciera o que hiciera algo», afirma.

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Entre los hallazgos que los profesionales de Astarté han descubierto últimamente se encuentra un «castillo inédito» en Antequera. «Una fortificación pequeña, de la linea de defensa de Antequera, que no estaba catalogada, a pesar de que Antequera está bastante estudiada», afirma el responsable de la empresa, quien cuenta que estaban trabajando en una prospección para una planta fotovoltaica y se toparon con el castillo. «Ya se ha catalogado y ahora por Ley, al ser una fortificación, pasa a ser directamente Bien de Interés Cultural (BIC) y por tanto, queda protegido».

Al ser un trabajo de campo, el verano es la época de más actividad para la arqueología. Gestoso reconoce que están funcionando al máximo estos días, aunque siempre en un horario adaptado para esquivar las peores horas del calor.

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