«Abordamos este año con prudencia: hay que ver día a día qué ocurre»

–Los datos de empleo, contratación indefinida, nuevas empresas, salarios... muestran una economía en ebullición en Málaga. ¿Es un crecimiento sostenible?

–Es un crecimiento, de momento, hasta la fecha, sostenido. Llevamos más de 25 años, casi 30, en los que Málaga es líder en generación de actividad empresarial, si la medimos por creación de empresas y altas de autónomos. Esto se viene proyectando en el tiempo, incluso en momentos difíciles, en la crisis financiera o en la pandemia: hemos sufrido igual que el resto, pero siempre hemos seguido manteniendo el liderazgo en la generación de actividad económica. E incluso hemos cerrado un 2022 en el que si a nivel nacional ha habido un descenso en comparativa interanual en cifras de autónomos o en la de empresas dadas de alta, en Málaga hemos tenido incrementos y estos números ya están por encima de los de febrero de 2020, antes de la pandemia.

–¿Qué retos hay ahora?

–Tenemos que seguir trabajando por consolidar el tejido empresarial. Porque sí que es verdad que ha habido una rotación: más allá de dar la cifra en términos absolutos, es cierto que se han perdido muchas empresas aunque se están generando otras tantas. También hay que dotar al tejido empresarial de mayor capacidad competitiva y de mayor crecimiento.

–¿Cree que vienen curvas para este año?

–Hemos cerrado un 2022 en el que el crecimiento se ralentizó en el último trimestre en cuanto a muchas variables, como el consumo, con el pico positivo de Navidad y luego con las rebajas de enero. Pero realmente estamos abordando este año con prudencia, porque las previsiones de crecimiento del PIB bajan bastante respecto al año pasado. También es verdad que estamos viviendo un tiempo complicado para las predicciones económicas, con acontecimientos imprevisibles como los geopolíticos. Es cuestión de ver día a día qué es lo que ocurre.

–Estamos en año electoral. ¿Qué pide a los próximos gobiernos?

–En las administraciones se tiene que seguir produciendo una transformación. Nosotros ponemos el foco en que, de cara a las elecciones, se tienen que producir reformas importantes: la administración tiene que ser más ágil para permitir que también las empresas puedan transformarse; el sistema educativo debe permitir una formación más adaptada a los perfiles profesionales que a día de hoy piden nuestras empresas; y, en el ámbito municipal, para que un territorio sea más atractivo para atraer inversión, hace falta establecer unos parámetros para poder traer aquí empresas y personas que quieran realizar proyectos en nuestra provincia.

–¿Hay necesidad de nuevas infraestructuras en Málaga?

–Siempre seguiremos pidiendo infraestructuras para Málaga. Hablamos de la Costa del Sol y de ese tren litoral que no llega: no somos capaces de ver un proyecto en firme que pueda ir dotándose poco a poco de fondos para poder hacer ese corredor ferroviario. Además está esa conexión del puerto seco de Antequera con el puerto de Málaga. O el tramo Algeciras-Bobadilla del corredor ferroviario que también está planificado y que se dota muy poco a poco de recursos. Y qué decir de las infraestructuras hídricas, tan necesarias en este tiempo cuando estamos viendo que la sequía afecta a sectores importantes como el agro. No podemos perder tiempo ni recursos, como los fondos europeos.

–¿Están llegando los fondos europeos a la empresa malagueña?

–Nuestra CEOE hace un informe trimestral muy interesante de seguimiento de lo que está pasando con los fondos europeos. Y la verdad es que nos gustaría que fueran muchísimo más rápido. Están llegando muy con cuentagotas y de forma muy teledirigida. El Gobierno central, que es quien administra los fondos, y en la mayor parte de los casos a través de las Comunidades Autónomas, envía recursos con líneas de actuación muy concretas, como sostenibilidad o transformación digital. Por ejemplo, para el conocido Kit Digital, con ayudas de pequeño importe para pequeñas empresas y autónomos a los que les puede estar viniendo bien, pero realmente no estamos viendo que esté llegando más que eso. Los fondos europeos deberían ser más ambiciosos, sobre todos los Next Generation, que estaban llamados a propiciar una transformación. Tampoco la tramitación de los PERTE está yendo rápido y tenemos interés en algunos de ellos, como el del turismo o el de los chips.

–¿Se están poniendo demasiados huevos malagueños en la cesta del turismo?

–El turismo sigue siendo el pilar de nuestra actividad empresarial. Pero sí es cierto que se ha venido haciendo en los últimos años un trabajo importante de diversificación de forma natural, potenciando sectores como la agroindustria, en la que tenemos empresas punteras en la provincia y que tiran de las exportaciones. Málaga no ha sido en comparación con otras provincias andaluzas de las primeras en el ránking de exportadoras, pero en los últimos años se ha estado haciendo un trabajo bastante intenso tanto de consolidación de esas mil empresas que exportan habitualmente ya en la provincia como de crecimiento desde 2008 tanto en facturación como en número de exportadoras. Por ejemplo, el sector aeronáutico está tirando de esas ventas al exterior. Además, el polo tecnológico malagueño se ha ido fortaleciendo poco a poco en los últimos veinte años. Tenemos también que sumar a las industrias culturales. O el centro neurálgico de la logística que es Antequera. Estamos haciendo un ejercicio de diversificación y también queremos que nuestra industria turística siga siendo puntera.

–Las buenas cifras malagueñas han convivido con la subida del salario mínimo interprofesional y con la reforma laboral.

–Sí, con la recuperación empresarial y el crecimiento del PIB, pero no estamos teniendo en cuenta dos elementos. En primer lugar, que si bien crecen ciertos indicadores, la rentabilidad de las empresas no se ha recuperado con respecto a los niveles pre-pandemia y éstas, además, tienen un endeudamiento mayor. En segundo lugar, crecen el PIB y las exportaciones, pero el IPC también está ahí: seamos prudentes; tenemos crecimiento, pero hay parámetros que ayudan a que sea así.

–¿Por qué en Málaga sube más el IPC que en la media española?

–Es algo que ha pasado en el último mes y habrá que ver si tiene una proyección más allá de eso. Ha sido un mes de enero positivo en consumo y turismo y probablemente ello haya contribuido a que hayan subido algo más los precios. También es verdad que nuestra economía ha subido por encima de la economía nacional y de la autonómica y eso siempre es muestra de mayor dinamismo.

–Decían que, ante la inflación, era necesario un pacto de rentas, y a lo que asistimos es a un conflicto de rentas, de beneficios y salarios.

–El de rentas no es un pacto en el que únicamente se deba hablar de los salarios privados, sino que también hay que incluir los sueldos públicos y las pensiones. Cuando no se quieren poner sobre la mesa esos otros ámbitos, se dificulta que se pueda firmar un pacto de rentas que permita distribuir el impacto de la subida de los precios. Pero no hay un problema de negociación colectiva en España. Se siguen negociando convenios, más incluso en 2022 que en 2021. Seguimos trabajando por seguir dotando de crecimiento a los salarios. Pero todavía más de la mitad de las pequeñas y medianas empresas están en pérdidas registradas fiscalmente y están luchando por sobrevivir.

–Hemos visto tiranteces en las relaciones entre el Gobierno y la patronal a nivel estatal. ¿Cómo fluye el diálogo social en Málaga?

–Tenemos reuniones de seguimiento mensual de la negociación colectiva en la provincia. Tenemos por delante y en mesa de negociación algunos convenios importantes como el de comercio o el de oficinas y despachos. En Málaga tenemos 25 convenios sectoriales. La mayor parte de ellos están vigentes. Y para los que no, hay mesas articuladas para negociarlos. Las subidas salariales negociadas en Málaga a cierre de 2022 estarían rozando el 2,5%, un pelín inferior a la media nacional, que está en el 2,8%, y andaluza, que se encuentra en el 2,7%.

–¿Cómo valora lo acontecido alrededor del salario del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi?, ¿cree que ha hecho daño a la imagen de los empresarios?

–No, en absoluto. Hablamos de libertad de empresa. Una empresa en el ámbito privado, según sus circunstancias, debe poder establecer los salarios de su plantilla. Se ha producido una subida igual que la del resto de la plantilla de CEOE: un 3%. Antonio Garamendi seguirá siendo autónomo, como todos los empresarios en este país; otra cosa es que se haya decidido que, en el vínculo con CEOE, además, vaya a cotizar en el régimen general. Todo esto se encuadra en una campaña que se está dando en el último tiempo de ataque a las empresas, que se está probablemente enfocando a compañías de un cierto tamaño o, en nuestro caso, a la patronal.

–Volviendo a Málaga, algo que ocupa titulares: el problema de acceso a la vivienda. ¿Le preocupa?

–Es cierto que es algo en lo que hay que poner el foco. Si queremos ser un lugar al que vengan empresas de referencia a tener aquí centros de trabajo, tenemos que ofrecer los alicientes necesarios para que sea cómodo vivir aquí; no sólo para el que venga, sino también para la población de Málaga. Si hacemos ese efecto llamada, falta generar infraestructuras, también vivienda, para que se pueda vivir aquí y en unas condiciones deeseables. Probablemente haya que hablar de muchas cosas, como de fórmulas para facilitar el acceso a la vivienda de los jóvenes, de viviendas sociales o de una modificación en el plan general de ordenación y no sólo para la vivienda, porque también hacen falta oficinas y espacios productivos.

–¿El desarrollo de Málaga es inclusivo?

–Málaga, si algo bueno tiene, es que ofrece mucha mezcla. Dentro de sus distritos y barrios, tiene de todo y creo que eso es bueno, porque permite una convivencia siempre positiva para la ciudad. Sin duda, tenemos que seguir trabajando para que haya integración, para que Málaga sea una ciudad en la que todo el mundo se sienta integrado y con posibilidades de crecer y desarrollarse personal y profesionalmente.

–A veces hay divisiones sobre el concepto de ciudad, sobre cómo convivir con el turismo...

–El ciudadano de Málaga acoge bien al turista. Pero ello no es óbice para que podamos aplicar medidas para que esto siga siendo así y que la convivencia siga siendo positiva. Por ejemplo, buscando mayores espacios, más allá del centro histórico: hacia la plaza de la Merced, La Malagueta, la zona este... Debe ir por ahí la acción: mostrar una Málaga más amplia.