Nuria Triguero
Martes, 11 de noviembre 2014, 01:54
La indignación ciudadana contra la corrupción se está focalizando en la clase política, pero hay otro colectivo que está igualmente implicado en esta lacra social: el de los empresarios. Ayer el presidente de la patronal andaluza, Javier González de Lara, hizo un ejercicio de autocrítica y un llamamiento a la regeneración ética. «Nosotros también entonamos el mea culpa y asumimos nuestros posibles errores», afirmó ayer tras la reunión del consejo de la Zona Sur de la Asociación para el Progreso de la Dirección, celebrado en la sede de Unicaja en Málaga.
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González de Lara presentó a los integrantes de dicha organización el plan de acción que ha puesto en marcha en la CEA para «transformar y reformar» dicha organización tras los escándalos protagonizados por su anterior cúpula. Y, a preguntas de los periodistas, fue muy claro respecto al descrédito generalizado que viven las instituciones en España: «Tenemos serios problemas sociales y reputacionales, muy vinculados a la realidad social que significa la corrupción. Y la única forma de atajarlos es aplicar el imperio de la ley y recuperar el diálogo político y social», declaró.
«Con la corrupción solo cabe tolerancia cero», aseveró el presidente de la CEA, que reconoció que los empresarios deben «contribuir a esa necesaria contundencia contra comportamientos sociales y empresariales que no son del todo éticos». En este sentido, destacó la necesidad de que las empresas y organizaciones se sometan a códigos de conducta porque «sin ética no hay éxito económico ni empresarial». También apeló a la responsabilidad del ciudadano de a pie. «Tenemos que intentar entre todos ser más proactivos respecto a comportamientos sociales que son demasiado relajados, desde el punto de vista de las corruptelas», añadió.
Preguntado por la paralización del diálogo social en Andalucía, González de Lara reconoció que «ni está ni se le espera», aunque recalcó que la CEA «está dispuesta a sentarse siempre, no tenemos ninguna línea roja ni ningún interés en bloquear el diálogo, sino al revés». El dirigente empresarial afirmó no tener noticias «de quien nos tiene que convocar, que es la Junta de Andalucía» y criticó que no se le dé «la importancia que se merece» al diálogo social. «Si hace unos años ese diálogo social era imprescindible y necesario, curiosamente ahora cae en el olvido», afirmó, atribuyendo el parón a «los contextos», en velada alusión a las tensas relaciones actuales entre sindicatos y gobierno andaluz. «Hay que comprender que se acumulan otra serie de dificultades y quizá se está esperando a otro momento para sentarnos», apuntó.
Respecto al proceso electoral en la CEOE, González de Lara descartó «absolutamente» que vaya a presentarse candidato, pues no quiere repetir los «reveses» que se han producido en el pasado «cuando ha habido candidato andaluz» (Santiago Herrero). Respecto a las dos candidaturas que hasta ahora se han presentado el actual presidente, Rossell, y el vicepresidente de Cepyme, Antonio Garamendi no quiso apostar por ninguno hasta conocer sus propuestas, para lo cual adelantó que les invitará a «venir a Andalucía». Eso sí, incidió en el interés de la CEA «en formar parte de los órganos de decisión que salgan del proceso electoral» y ocupar «el espacio que a Andalucía le corresponde».
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