La inflación volvió a acelerarse en mayo, dando una nueva vuelta de cuerda a las ahogadas economías familiares. Tras la leve y engañosa tregua de abril, cuando el IPC marcó una ligera bajada mensual por efecto de las medidas gubernamentales para paliar la subida de ... los combustibles, el coste de la vida ha retomado su escalada, que en Málaga es además más intensa que en el resto del país. Así, mayo se cerró con una variación anual de precios del 8,8% en Málaga; una tasa que es dos décimas superior a la de abril (8,6%) y una décima mayor que la media nacional (8,7%).
Publicidad
El transporte, los gastos asociados a la vivienda (incluida la energía) y la alimentación son los tres motores que más están contribuyendo a este 'sprint' del coste de la vida en la provincia de Málaga, con incrementos anuales de precios que alcanzan el 15,7%, el 15,5% y el 11,5% respectivamente. Parece que las medidas del Gobierno para domar la inflación -limitadas hasta ahora a la bonificación del precio de los combustibles y la limitación de los alquileres, puesto que la 'excepción ibérica' para calcular el precio de la energía aún no se ha puesto en marcha- no han conseguido, de momento, el efecto buscado.
Especialmente preocupante resulta el encarecimiento de los alimentos, no sólo porque es el que afecta en mayor proporción a los hogares con menor poder adquisitivo, sino porque lejos de frenar su escalada, está acelerándola. Mientras el transporte y el grupo de «vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles» están ligeramente más baratos ahora que en el pico máximo de marzo, la cesta de la compra malagueña mantiene una subida inexorable y, de hecho, aumentó en mayo otro 0,8% respecto a abril, que había marcado a su vez un crecimiento del 3,7% respecto a marzo.
En el último año, los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas se han encarecido en la provincia medio punto más que la media nacional (11,5% frente a 11%). Esta subida es más intensa si se contabilizan sólo los alimentos, sin incluir las bebidas (11,8%). Trasladado al monedero doméstico, este dato supone que por cada 100 euros que gastaban las familias malagueñas el año pasado a comprar comida, este año tienen que añadir 12 euros más.
Noticia Relacionada
Donde sí se percibe cierto alivio es en la factura del transporte y en la energía. Aunque siguen siendo los más disparados en la tasa interanual (con aumentos por encima del 15%), estos capítulos del IPC se han moderado respecto al máximo alcanzado en marzo por efecto de la bajada de la luz y de la bonificación de los carburantes. Hay que recordar que en marzo, la «electricidad, gas y otros combustibles» marcaba una subida anual del 88% en Málaga.
Publicidad
Las familias y empresas de la provincia encaran así el inicio de la temporada alta con la inflación lejos de iniciar esa senda descendente que tanto se espera. En Málaga la esperanza de que este alivio se produzca durante el verano es pequeña, dada la influencia que tiene el turismo en la evolución de precios de hostelería, transporte, alojamientos e incluso en la cesta de la compra. Así, en mayo ya se ha percibido una notable subida de precios en servicios de alojamiento, que están un 27,6% más caros que hace un año.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.